PUEBLA

“No hay daño, no hay delito”: el calvario de una mujer ignorada por la justicia en Puebla

Tannia, sobreviviente a intento de feminicidio, pide que la escuche y la ayude la fiscal general de Puebla Idamis Pastor Betancourt

Tannia era fisicoculturista y llegó un punto donde empezó a vender sus cosas para sacar adelante a su hijo
Tannia era fisicoculturista y llegó un punto donde empezó a vender sus cosas para sacar adelante a su hijoCréditos: Cortesía
Escrito en ESTADOS el

Tannia Sánchez lleva años siendo acosada y violentada por su expareja Leopoldo “N”, de quien ha intentado demandarlo en tres ocasiones: dos por violencia familiar y una por abuso de confianza. Pero sus carpetas de investigación no avanzan, a pesar de que le provocó un aborto en contra de su voluntad, le dejó un mensaje de amenaza de muerte en su vehículo hace unos meses, personas conocidas a él le regaron gasolina a Tannia, estuvieron a nada de quemarla y también han intentado atropellarla.

Tannia Sánchez ya perdió todo: su ropa, su casa, su estabilidad emocional, su salud, y el 21 de noviembre se paró en  frente de la Fiscalía General del Estado y se cortó su larga melena como una forma de protesta ante la falta de eficacia de las autoridades.

Sánchez a sus 41 años de edad, tiene un hijo adolescente que mandó a vivir lejos de ella por su seguridad y en este año, en el mes de febrero ella intentó quitarse la vida. No obstante, de acuerdo con la agente del Ministerio Público, en su dictamen psicológico, salió que “no había un daño” y por lo tanto su carpeta de investigación quedaba archivada.

 “Le dije, o sea, acabo de tratar de suicidarme en febrero, ¿Cómo no voy a tener un daño? Le dije, todo lo que me hizo va a quedar impune. Muy fácil la ley. No hay daño, no hay delito”, explicó en entrevista con La Silla Rota, Tannia Sánchez.

La ley no estaba del lado de Tania, a pesar de toda la evidencia para meter a un proceso legal en contra de su expareja, pues los agentes del ministerio público no investigaron de manera adecuada y esto la llevó a tocar las puertas de la Comisión de los Derechos Humanos de Puebla (CDH) en agosto de 2024, para que le ayudaran.

La CDH le brindó protección por unos meses y después, el 25 de noviembre la Secretaría de Seguridad Ciudadana se comprometió a brindarle medidas de seguridad y atención inmediata cuando lo requiriera.

Un mes después, el 25 de diciembre, Tania Sánchez colocó una lona en la Fiscalía de Puebla para manifestarse y elementos de la dependencia se encargaron de darle un refugio y alimentarla por esa noche. Después, la nueva fiscal general Idamis Pastor Betancourt ordenó que se enviara a un refugio. Sin embargo, Tannia se sentía sumamente vigilada y al estar incomunicada y sin poder salir, la perjudicaba más que ayudarla pues sufre de diversos padecimientos de salud, los cuales requieren de chequeos diarios.

Antes de salir del refugio, su nueva agente del Ministerio Público, Janette Castro le hizo firmar un oficio en donde ella ya no podría manifestarse en frente de las instalaciones de la Fiscalía de Puebla a cambio de que ella buscara acreditar que había sufrido de daño médico durante la relación con su expareja.

 “Entonces me hizo firmar en donde yo tuve que escribir de puño y letra, obviamente de mala gana, lo hice, pero yo no quería, le dije, yo no quiero firmar eso, no me voy a comprometer a que yo no puedo ahora, de ahora en adelante, manifestarme en el edificio central. Si no hacía eso, ella me dijo que ya no iba a seguir con la carpeta prácticamente. Me dijo, 'si tú te comprometes a firmar y que ya no te vas a manifestar allá, yo me comprometo a tratar de ver si te puedo acreditar un daño médico’ o algo así” comentó Tannia.

Esta situación indignó a Tannia Sánchez pues se está vulnerando su derecho humano a manifestarse.

Los problemas de salud de Tannia

Desde que inició la pandemia, Tania Sánchez dejó de trabajar a petición de su pareja Leopoldo “N”. Él, a pesar de ser dueño junto con su familia de una cadena de farmacias en Puebla conocidas como “Surtidoras El Carmen” y tener una empresa de transporte, Leopoldo “N” le daba entre 200 y 400 pesos cada cuatro o cinco días, por lo que Tannia y su hijo pasaron largas temporadas de hambre.

Tannia era fisicoculturista y llegó un punto donde empezó a vender sus cosas y lo que podía para sacar adelante la casa y a su hijo. Pero no sólo tenía que lidiar con eso, sino con la violencia de su expareja.

“Él empezó a drogarse a partir de la pandemia. Tomaba piedra, se ponía agresivo. A veces me mordía horrible la cara, me pateó, me ahorcó”, relató la entrevistada.

Aparte, años más adelante, Tannia se embarazó. La primera vez, ella no se enteró que estaba embarazada, sólo le dijeron en los estudios a los que acudió que tenía un desbalance hormonal y su expareja le dio a tomar pastillas abortivas. Después, con el segundo y tercer bebé murieron por falta de atención médica.

“Yo comencé a tener un sangrado, le supliqué que me llevara al doctor, no lo hizo. Eso empezó a las 6 de la mañana, eran las 11:30 del día, y el señor no llegaba ni me enviaba nada. Entonces, pues, realmente llegué caminando a la Cruz Roja. Existe el expediente también de eso. Y cuando él fue hasta las 5 de la tarde, lo único que hizo fue gritarme, porque le habían cobrado 780 pesos. El doctor le dijo que mi bebé estaba vivo. Esa fue la única vez que lo vi, tenía latidos mi bebé. Me dijo que podía tenerlo, pero que tenían que trasladarme al Hospital General del Norte, para que pudieran atenderlo. Por el tema de la emergencia. Cosa que no hizo el señor. Me fue a dejar a la casa. Igual, se esperó hasta que perdiera a mi bebé”, relató Tannia.

Todas estas situaciones fueron vulnerando cada vez a la entrevistada hasta el punto de que desarrolló el síndrome de Wilkie, un padecimiento digestivo que en su caso ocurrió por la pérdida súbita de peso.

“Tengo raquitismo, oxidación por estrés, fibromialgia, falla de órganos generalizada. Son una serie de padecimientos que por la maldad y, no sé cómo decirlo de estas personas, ahora tengo que estar sufriendo independientemente de que ya en una tomografía ya salieron a tumores. Bueno, salieron clasificados, pero obviamente algo los está causando y es lo que aún no sabemos qué es”, detalló Sánchez.

Al menos, Tannia solicitó ayuda médica al anterior gobernador de Puebla Sergio Salomón Céspedes Peregrina y al actual, Alejandro Armenta Mier, por lo que está recibiendo la atención médica necesaria para ir sobreviviendo.

Le robó dinero de su herencia

En mayo de este año, Tannia recibe la herencia de parte de su papá, y su aún pareja L5qeopoldo “N” la acompañó a Ciudad de México a recogerlo. Parte del dinero de este inmueble lo invierte en una camioneta que le vendió Leopoldo “N” y la otra parte se la pide que se la guarde. Pero de acuerdo con Tannia este dinero se le fue robado prácticamente pues terminó siendo invertido en las farmacias de las que son dueños.

“Todavía la señora me dijo (su exsuegra), ‘no te preocupes, hija, pues sabes dónde vivimos, los negocios están aquí. Jamás, pues, haremos nada.  Nos conoces desde hace tanto tiempo y todo’. Realmente era mi familia. Y al final de cuentas, se quedaron con el dinero. Lo invirtieron en sus farmacias”, señaló Tannia.

Tannia estaba ahorrando para una boutique de ropa deportiva y en una estética, pero debido a que su pareja no le permitía trabajar y no le dio el dinero de su herencia, se quedó sin nada. Ahora, sólo pide ayuda de la fiscal Idamis Pastor Betancourt que la escuche y decida si merece o no justicia.

“Por eso yo estoy solicitando que la misma fiscal general escuche mi historia, que ella decida si, al ser fiscal, que ella decida si merezco o no justicia y cuándo, pero que no me lo estén negando como lo están haciendo otras personas. O sea, ahora yo estoy sin casa, estoy en la calle, sin trabajo, estoy enferma y a esta persona le permitieron quitarme todo, le están permitiendo matarme y él sigue libre y nadie le dice nada”, finalizó la entrevistada.