Un boquete financiero por 547 millones de pesos fue el que heredó la pasada administración panista encabezada por Eduardo Rivera al actual Ayuntamiento de Puebla que encabeza el morenista José Chedraui. El faltante equivale a casi el 10% del presupuesto anual de la capital poblana, informó Héctor González Cobián, actual tesorero municipal.
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De este déficit financiero, 333.9 millones de pesos, la cifra más alta, corresponde a un faltante en las cuentas de banco del Ayuntamiento, ya que se dejaron compromisos de pago en Tesorería sin tener el recurso necesario para solventarlos.
El segundo rubro lo componen 116.9 millones de pesos de compromisos de pago a contratistas, en su mayoría por obra pública, para pagarse en noviembre y diciembre, pese a que su trienio concluyó en octubre. Por último, 96.2 millones corresponden a rubros prioritarios, como el mantenimiento de árboles en riesgo de colapso, que no se incluyeron en el presupuesto, lo que genera una presión financiera para la nueva administración.
Dulce Rivera Aranda, contralora municipal, informó que tras la denuncia que recibió por parte de la Tesorería, se inició un expediente para determinar la responsabilidad. Además, se encuentran en etapa de revisión los contratos firmados por el anterior gobierno municipal en busca de posibles irregularidades que, de ser encontradas, se denunciarán ante las instancias correspondientes.
¿Qué ha hecho el ayuntamiento de Puebla para cubrir el boquete financiero?
Tras concluir la etapa de análisis del proceso de entrega-recepción, se emitieron 368 observaciones por inconsistencias e incumplimientos que a la fecha no han sido solventadas.
La pasada administración, que inició con el panista Eduardo Rivera Pérez y concluyó con Adán Domínguez Sánchez, cuando el primero pidió licencia para buscar la gubernatura de Puebla, dejó en las cuentas bancarias 232.8 mdp, pero ese monto no podía utilizarse para pagar las deudas, ya que proviene del Ramo 33 y está etiquetado para utilizarse en otros rubros.
El pasado 8 de octubre, cuando faltaba una semana para que terminara su administración, el entonces alcalde Adán Domínguez solicitó al Congreso del Estado que le aprobara un crédito de 600 mdp para pagarse a 10 años; esto, con el fin de solventar los adeudos por 564 mdp que tenía su gobierno.
Ese día, el tesorero municipal, Omar Coyopol Ortiz, minimizó el adeudo y señaló que esta cifra se podría pagar con la recaudación generada por los pagos de predial a final de año; mientras que el regidor panista, Carlos Montiel Solana, dijo que no se trataba de un “boquete financiero”, sino de un descontrol en los gastos en el último semestre de esa administración.
