Oaxaca.- Bordar el vestido que portó la presidenta de México, Claudia Sheinbaum en la toma de protesta, es para Claudia Vázquez, artesana oaxaqueña, un honor. Ahora confía en que algún día podrá estrecharle las manos.
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Fueron cuatro días de trabajo intenso en los cuales las manos de Claudia, originaria de Santa María Xhadani, expresaron la belleza y cultura del pueblo ubicado en el Istmo de Tehuantepec. Cada puntada de su ganchillo fue hilvanando la esperanza y los sueños de las mujeres que vieron llegar a la primera mujer presidenta de México.
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Claudia Vázquez deja fluir sus sentimientos, no los ataja. “Fue un orgullo bordar el vestido de la presidenta. Lloré de la emoción al verla”.
Fue hace un año cuando la artesana conoció a integrantes del equipo de la entonces aspirante a la presidencia en una expoartesanal. Los dejó cautivados con sus creaciones sin saber de aquél importante vínculo con la vida política del país.
Tiempo después se enteró que sus bordados habían sido puestos en manos de Claudia Sheinbaum. Su trabajo fue tan valorado por la política que en septiembre de este 2024 fue convocada a presentar una propuesta para engalanar el vestido presidencial.
“Cuando emprendimos este taller familiar nos planteamos que mínimo en México se pudiera conocer nuestro trabajo, por eso cuando recibí la propuesta del bordado, definitivamente acepté de inmediato”.
La emoción hizo que Claudia Vázquez bordara día y noche para lograr una creación en un tiempo récord. “Para no quedarle mal a ninguna de mis clientas acomodé mis fechas. Esa era una semana sin pedido. Me estaban dando suficiente tiempo para poder entregarlo, pero yo lo hice en un tiempo récord, fueron cuatro días”.
El primer día hizo el boceto, que representa el momento más tardado. Una vez teniendo el dibujo el segundo momento fue pasar el trazo sobre la tela. Al ser una tela muy delicada y complicada de trabajar, fue bordando pedazo por pedazo en un aro circular.
“Es todo un desafío trabajar tonos en fondos blanco o neutros. Era la una de la mañana del primer día. Me dije: yo no tengo sueño. Empecé y ya no paré”.
Luego de entregar el trabajo quedó expectante. Sólo supo que su vestido había sido portado por Claudia Sheinbaum cuando la vio en la televisión bajando del vehículo que la condujo hasta el recito en donde recibió la banda presidencial. “Ahora no nos damos abasto con los pedidos que tenemos”. Para Claudia este es el momento que esperaban para generar empleos con pagas justas.
Claudia Vázquez aprendió a bordar cuando tenía 10 años. En casa de cada artesana siempre está armado un bastidor. En los tiempos que su madre tenía libre se sentaba a bordar. Alrededor ella y sus hermanos.
“Cuando bordo me gusta pensar que esa pieza le encante a mi clienta, la use y no se la quiera quitar en todo el día”.
Su inspiración la toma de las flores de su comunidad. Cada pieza es bordada con pasión. “Para mí fue un orgullo representar a muchas mujeres indígenas. Es una responsabilidad muy grande sin saberlo porque lo que bordó fue un pedacito de Oaxaca”.
Ahora Claudia Vázquez espera algún día poder estrechar la mano de la presidenta. “No sé qué le diría. Lloraría de emoción”.