La violencia en Chiapas, Sinaloa y Michoacán ha alcanzado niveles alarmantes, revelando una profunda crisis de seguridad que afecta a migrantes, funcionarios y ciudadanos. La lucha entre cárteles y grupos criminales ha generado un ambiente de tensión y temor que se extiende a lo largo de estos estados. Es en este contexto que el secretario de Seguridad Pública federal, Omar García Harfuch anunció la reorientación del envío de agentes del orden a esas tres entidades.
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Chiapas, estado en la frontera sur de México, se ha visto envuelto en una serie de eventos violentos que reflejan la delicada situación de seguridad en la región. El 1 de octubre se produjo el trágico asesinato de migrantes en Villa Comaltitlán, evento que acaparó la atención nacional e internacional.
Un presunto ataque de “polleros” contra el Ejército Mexicano derivó en la muerte de al menos seis migrantes. El incidente ocurrió en la carretera entre Villa Comaltitlán y Huixtla, cuando los militares respondieron a disparos de vehículos sospechosos.
De los 33 migrantes afectados, cuatro murieron en el lugar y dos más fallecieron en el hospital, dejando una escena de pánico y tristeza en la comunidad migrante que transita la región en busca de mejores oportunidades.
¿Qué eventos violentos han ocurrido en Chiapas en octubre?
Además, Chiapas ha registrado un aumento drástico en homicidios violentos, con más de 540 asesinatos durante septiembre y octubre. Este incremento representa un alza del 60% en comparación con el año anterior y es atribuido a la disputa territorial entre grupos criminales que controlan las rutas de narcotráfico y tráfico de personas en la región.
La violencia ha generado no solo un clima de miedo, sino también el desplazamiento forzado de comunidades locales que huyen de la inseguridad.
La situación en Chiapas se agrava con actos de violencia directa contra las autoridades: el primero de octubre, hombres armados incendiaron la alcaldía de Benemérito de las Américas durante la toma de protesta de las nuevas autoridades municipales, acto que muestra la vulnerabilidad de los gobiernos locales frente al crimen organizado.
Sinaloa: récords de homicidios y violencia en las zonas urbanas y turísticas
En Sinaloa, la escalada de violencia se ha evidenciado especialmente en octubre, siendo el 26 de octubre el día más violento del mes, con un total de 14 homicidios, de los cuales nueve se concentraron en Culiacán. Este evento superó el récord de 12 asesinatos registrado el 4 de octubre y refleja la pugna entre “Los Chapitos” y aliados de Ismael "El Mayo" Zambada.
Los enfrentamientos entre estos grupos rivales alcanzaron su punto más crítico durante el fin de semana del 26 y 27 de octubre, que dejó un saldo de 24 homicidios en total, siendo el fin de semana más violento del mes.
Hasta el 27 de octubre, Sinaloa acumulaba 159 homicidios dolosos en el mes, cifra que ya supera los 103 registrados en septiembre y que podría llevar al estado a cerrar el año con medio millar de homicidios.
La violencia en Sinaloa no solo afecta las áreas urbanas, sino también las zonas turísticas. En Mazatlán, el fin de semana del 26 de octubre se reportaron al menos tres asesinatos, junto con tiroteos y bloqueos que sembraron el pánico entre residentes y turistas.
Michoacán: violencia contra funcionarios y sofisticación de tácticas criminales
En Michoacán, la violencia continúa dirigida tanto a funcionarios como a la población civil. El 28 de octubre, una funcionaria de seguridad y un exalcalde fueron asesinados en un hecho que subraya el riesgo constante que enfrentan las figuras públicas en el estado.
Previamente, el 19 de octubre, una balacera en la carretera Morelia-Pátzcuaro resultó en la muerte de un escolta del edil de Huiramba, reflejando el peligro constante en las vías de comunicación de la región.
En el municipio de Coahuayana, las incursiones del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) han elevado la tensión entre los habitantes, quienes han solicitado la instalación de una base militar para contener la violencia.
Este cártel ha sido señalado como responsable de varios ataques en la zona, entre ellos, un enfrentamiento que dejó ocho policías comunitarios muertos en agosto. A diferencia de otros estados, el CJNG en Michoacán ha incorporado tácticas más sofisticadas, como el uso de drones y minas antipersona en sus ataques, lo que ha incrementado la peligrosidad de sus operaciones y muestra la adaptación de los grupos criminales a tecnologías avanzadas para mantener el control territorial.