ZACATECAS.- Andrea Medina Bernal, de 37 años, murió el 17 de agosto pasado, tras 60 días de agonía por las graves quemaduras que le provocó su agresor José de Jesús “N”, quien primero logró un amparo que lo dejó libre y ahora, que la víctima murió, está prófugo de la justicia.
En caso de ser detenido, el imputado podría recibir una condena de más de 35 años de cárcel, sin embargo, en agosto pasado, durante una audiencia el juez determinó que, aunque existían pruebas suficientes para dictar la vinculación a proceso, el que se hubiera presentado voluntariamente y tuviera un amparo en revisión fue motivo para que decidió que llevara el proceso en libertad.
“José “N” se entregó a la policía. Increíblemente lo volvieron a dejar libre. Por cuestiones legaloides, Andrea y sus familiares siguen sin recibir justicia”, escribió la senadora Soledad Luévano Cantú en sus redes sociales, en donde pidió la solidaridad de la población.
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En junio pasado, José de Jesús “N” tuvo una discusión con Andrea, tras lo cual le habría rociado combustible y prendido fuego. El verdugo lo niega y en su defensa afirma que la propia víctima fue quien lo hizo.
La hija de la víctima, quien estaba con ellos, “fue quien la apagó, quien apagó el fuego”, expresó Daniel Medina Bernal, quien añadió que, ante la desesperación por el fuego prendido en su madre, la jovencita apagó las llamas con agua, lo que al final le causó mayor daño.
Andrea registró quemaduras en 80 por ciento de su cuerpo, explicó Daniel. Las partes más dañadas fueron sus piernas, el pecho y la cara en menor grado.
Andrea tuvo quemaduras de gravedad que requirieron su atención médica en un hospital de Guadalajara, Jalisco, donde falleció. Sus hijas y familiares exigen justicia.
ENTREGAN AL AGRESOR; LO DEJAN LIBRE
Daniel Medina Bernal, hermano de la víctima, informó que un mes después de lo sucedido, el 17 de julio, se encontró con José “N” en la calle, por lo que en el momento hizo una detención ciudadana y lo entregó directamente a la justicia.
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Lo llevó a las autoridades, pero al día siguiente salió libre porque una jueza determinó que los argumentos por los que se le acusaba, como es tentativa de feminicidio, no “daba” para mantenerlo interno en el Cerereso de Cieneguillas. El argumento fue que “no alcanzaba para decir que fue tentativa de feminicidio” ni asesinato porque la mujer quedó con vida.
Al ver que las autoridades pretendieron minimizar el ataque de que fue víctima su hermana, lamentó que ni tentativa de asesinato ni de feminicidio siga sin calificar para que se haga justicia para su hermana; el agresor está prófugo.
Reconoció que pensó en hacer justicia por su propia mano, pero de inmediato las autoridades le dijeron que lo pensara, ya que a él sí le iría peor si le pusiera una mano encima al agresor de Andrea, quien además consiguió un amparo para no ser detenido.
“Yo estoy con coraje; las autoridades no hicieron nada; yo lo agarré, se los entregué, lo entregué a la justicia y un día después lo dejan salir; cómo puede tener más poder un amparo que un feminicidio”, exclamó en tono de impotencia.
Finalmente, Daniel reiteró su clamor: “yo lo que pido es justicia, porque una vez lo agarré y me lo soltaron al siguiente día”.