En las últimas semanas el volcán Popocatépetl ha tenido una actividad volcánica constante, provocando que se haga viral y que incluso comiencen a comerciar productos usando su nombre para hacerlo atractivo como las “popochelas”, una bebida de cerveza “hecha” con cenizas del volcán o incluso las “conchatepetl” un pan de dulce parecido a las conchas, incluso han puesto a la venta ceniza volcánica como recuerdo en algunos establecimientos de Puebla.
Sin embargo, no es la primera vez que se hacen este tipo de comercios usando como “materia prima” el Popocatépetl, ya que en tiempos de la Nueva España se usaba hielo para hacer helados, así como lo lees, gente subía al Popocatépetl para sacar un poco de hielo y luego convertirlo en helado.
El historiador Martín González de la Vara en su libro La Historia del Helado en México plasma en sus páginas el uso de las nieves del Iztaccíhuatl y el Popocatépetl para enfriar alimentos de los tlatoanis mexicas, no fue hasta el siglo XVI con la llegada de los españoles en que el helado comenzó a hacerse una tradición.
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El helado en México es un postre muy popular, en los viejos tiempos podíamos hablar de helados de vainilla, chocolate o nieve de limón, pero ahora podemos encontrar sabores más exóticos como vino tinto, beso de ángel, e incluso han llegado a combinar alimentos como pan de muerto, ponche de frutas y más, el ingenio mexicano no tiene límites.
¿Quién fue el primer nevero en México?
De acuerdo al historiador Martín González el primer nevero durante la Nueva España era Leonardo Leaños, el cual era un criollo y vendía sus productos en la capital del virreinato en 1620.
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En ese momento los refrigeradores ni siquiera existían, mucho menos las hieleras, ni otros artefactos para producir o mantener el hielo, por esta situación el hielo era traído desde Don Goyo o la Mujer Dormida. Según el especialista cuenta que las personas que vivían cercanos a las cimas nevadas subían cada día, cortaban trozos de hielo y las llevaban hasta las neverías en dos o tres mulas.
El método que usaban estas personas para obtener el hielo era usando barretas de metal para sacar los bloques de las heladeras naturales, los envolvían en trapos mojados y los echaban a costales de sal para conservar el frío, una vez hecho esto cargaban el hielo a las mulas y comenzaba la carrera contra el tiempo para que no se derritiera.
A este proceso se le llamaba “la posta de la nieve” y la Corona española tenía el monopolio del hielo mediante el sistema económico llamado estando. En ese entonces el granizo era la única alternativa. Y si te preguntas, de qué sabor eran los helados en ese entonces, de acuerdo al historiador eran de leche, miel y huevos, después aparecieron otros sabores.