MUERTE MATERNA EN CHIAPAS

Beatriz libró la muerte: durante 15 días llevó en su vientre a bebé sin vida

Han transcurrido casi 5 años de la negligencia médica en Tila, Chiapas, y el gobierno aún no repara el daño a madre indígena

Han transcurrido casi 5 años de la negligencia médica en Tila, Chiapas, y el gobierno aún no repara el daño a madre indígena
Beatriz Marisol.Han transcurrido casi 5 años de la negligencia médica en Tila, Chiapas, y el gobierno aún no repara el daño a madre indígenaCréditos: CHRISTIAN GONZÁLEZ
Escrito en ESTADOS el

TUXTLA GUTIÉRREZ.- Una revisión de rutina se convirtió para Beatriz Marisol, una mujer indígena cho’l de Chiapas, en una pesadilla: durante 15 días mantuvo en su vientre a un bebé muerto, tras un “error” de una doctora que le dijo: “Todo está bien, regrese después”.

La víctima de negligencia, originaria de Nueva Esperanza, municipio de Tila, acudió el 17 de diciembre de 2018 a la Unidad Médica Rural (UMR) de ese ejido para un chequeo; sin embargo, una doctora le dijo que no había problema y que regresara después.

El 3 de enero, Beatriz Marisol Martínez Martínez, en ese entonces de 30 años de edad y madre de dos hijos, retornó al mismo lugar, pero esta vez el dictamen fue grave: el feto había fallecido desde hace 15 días, por lo que ella tenía que ser trasladada al Hospital Rural de Ocosingo, ciudad ubicada como a dos horas de distancia.

Ante ello, la Comisión Nacional de Derechos Humanos inició el expediente de queja CNDH74/2019/324/Q y asimismo emitió la recomendación 66/2021 para el director general del IMSS, Zoé Robledo Aburto.

¿OMISIÓN?

En un comunicado, la CNDH expuso: “Si bien en el expediente clínico existen constancias de que la médica informó a la agraviada que cursaba un embarazo de alto riesgo y de los diferentes síntomas en caso de alarma obstétrica para que ella acudiera a los servicios de salud, ello no es evidencia suficiente para eludir la omisión de la doctora de referir oportunamente a la persona afectada en sus derechos a un segundo nivel de atención para una valoración, diagnóstico y/o tratamiento especializado.

“(Esto último) aumentó el riesgo de complicaciones obstétricas que influyeron en la supervivencia del producto de la gestación e incluso pusieron en riesgo la salud de la víctima”.

Además, dejó en claro que la mujer cho’l no comprendió la información que le dieron en su momento, debido a que habla una lengua indígena y, asimismo, vive en condiciones de alto índice de precariedad social y económica.

AÚN NO LLEGA LA REPARACIÓN DEL DAÑO

A 5 años de distancia y a pesar de que existe una solicitud de intervención a la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV) en Chiapas, Luis Abarca González, director del Centro de Derechos Humanos de Base “Digna Ochoa”, advierte que el tema de la reparación del daño del IMSS “va muy lento”.

Es decir, asevera que a Beatriz Marisol le han puesto muchas trabas, como el que es necesario que se dé de alta en la Secretaría de Hacienda y tener una cuenta bancaria; además, hasta la fecha, su expediente no ha sido integrado como debe de ser.

Desde un principio, recuerda que hubo una responsabilidad institucional porque el IMSS negó la atención a la queja que fue de oficio, por una denuncia pública que hizo como Comité de Derechos Humanos de Base “Digna Ochoa”.

En la primera de nueve recomendaciones que planteó la CNDH, se advierte que, en coordinación con la CEAV y, una vez que ésta emita el dictamen correspondiente conforme a los hechos y responsabilidades descritas, se debe brindar “la reparación integral por los daños causados a la víctima y sus seres queridos, que incluya la compensación justa y suficiente con motivo de la inadecuada atención médica que derivó en la pérdida de la vida del producto de la gestación (…)”.

MUERTE MATERNA

Aunque Beatriz Marisol “vivió para contarla”, según el Observatorio de Mortalidad Materna en México, hasta la semana 15 de este 2023, Chiapas apareció en el segundo lugar a nivel nacional con 14 muertes maternas, cuando en el mismo lapso, pero del año pasado, acumuló una decena.

De 2018 a la fecha, advierte que en la geografía chiapaneca se han registrado 302 muertes maternas, lo que lo ha mantenido entre el segundo y quinto sitio a nivel nacional. Es decir, se registran alrededor de seis casos de forma mensual.

Sin embargo, el panorama es más complejo. El mismo Observatorio advierte que, en México, fallecieron 644 mujeres el año pasado por causas relacionadas con el embarazo, lo que promedia 33 muertes por cada 100,000 niños que nacieron con vida.

Al cierre de 2019, la Dirección General de Información en Salud a nivel federal informó que Chiapas ocupó el quinto lugar a nivel nacional en mortalidad neonatal; asfixia, infecciones y bajo peso al nacer fueron las principales causas.

En entrevista, Ofelia Pérez Ruiz, vocera del Movimiento “Nich Ixim”, el cual reúne a más de 600 parteras de zonas mestizas, indígenas, rurales y urbanas de Chiapas, manifiesta que la cifra de muertes maternas podría ser mayor, debido a que “algunas son registradas por otras causas, porque al final nadie quiere que se sepa”.

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Considera que, si muchas veces las cifras de mortalidad son altas, es porque muchas mujeres en estado de gestación no tienen la confianza de llegar a los hospitales, donde por lo regular reciben malos tratos o una mala atención y eso lo difunden ellas mismas en sus comunidades.

Tras dejar en claro que la labor de las parteras es esencial, la también fundadora de la asociación civil “Mujeres construyendo desde abajo” asevera que otro factor es la escasez de medicamentos, insumos y personal médico especializado que las atienda en esos nosocomios.  

“Lo digo por experiencia, porque hay espacios donde ni un ginecólogo tienen, o se les descompone un equipo y no pueden hacer una cesárea, y la mujer tiene que ser trasladada”.

Para el movimiento que representa, la mayor parte de muertes maternas ocurren en población indígena, por factores como: la falta de recursos para atenderse, por miedo o falta de traductores que les ayuden, entre otros factores.

POBREZA, UNA GRAN DESVENTAJA

Tila, el municipio que vio nacer y crecer a Beatriz Marisol, se ubica en una zona rural del Norte de Chiapas, con un grado de marginación muy alto; prueba de ello, es que en el 2015 fue catalogado entre los 15 municipios del país con mayor número de personas en situación de pobreza extrema: 52,809 en esa condición.

Con base en el “Informe Anual sobre la situación de pobreza y rezago social 2021”, difundido por la Secretaría de Bienestar, Tila presentó otros indicadores preocupantes, como el que 13,265 (16.9% del total) personas tuvieran rezago en el acceso a los servicios de salud y 69,765 (es decir 88.9 %) no contaran con seguridad social.

A pesar de este “oscuro” panorama, el secretario de Salud en Chiapas, José Manuel Cruz Castellanos, ha refrendado su compromiso de reducir el “flagelo” que representa la mortalidad materna. Según el funcionario, han hecho el trabajo preventivo para avanzar con el tema de la disminución de la muerte materna, “que en Chiapas está siendo histórico”.

Para Ofelia Pérez Ruiz, del Movimiento “Nich Ixim”, hay una deuda histórica para las mujeres chiapanecas en el tema de salud, debido a que hay comunidades, sobre todo las más lejanas de las zonas urbanas, donde no hay centros de salud o no llegan las brigadas médicas.

Otra cuestión que es esencial, opina, es que haya un mayor acercamiento entre médicos y parteras, “por eso ha habido muchos problemas de salud, muchas muertes maternas”.