CHIAPAS

Jóvenes mexicanos y migrantes “ven la luz”, proyecto internacional los emplea en Chiapas

Según Youth Build México en el estado de Chiapas 32.4 por ciento de los jóvenes no estudian, ni trabajan; en comparación con la Ciudad de México que tiene un porcentaje del 15 por ciento

Créditos: CHRISTIAN GONZÁLEZ
Escrito en ESTADOS el

TUXTLA GUTIÉRREZ. - Fabricio, joven originario de El Salvador, llegó solo a México hace como siete meses, sin embargo, como no pudo acreditar su situación migratoria regular, personal del INM lo aseguró en Arriaga, Chiapas y mientras era resuelto su estatus, lo trasladó a Comitán de Domínguez. Debido a que aún es menor de edad, durante los últimos tres meses ha permanecido en las instalaciones de Aldeas Infantiles S.O.S.

En ese sitio, conoció el “Proyecto Jóvenes con Rumbo”, en el que ha experimentado los procesos de empoderamiento emocional, fortalecimiento de habilidades académicas a través de la lectoescritura y matemáticas, habilidades digitales y la capacitación técnica con el curso “Atención y servicio al cliente con calidad y computación”.

Su sueño, confiesa quien tiene 17 años, es profesionalizarse en algún área de la ingeniería, y para eso trabaja todos los días con actitud positiva, se destaca por ser participativo y lograr lo que se propone, mientras espera, con paciencia, el documento que le otorgará la condición de refugiado.

Gustavo Hernández Verástica, director de Operaciones de la organización “Youth Build México”, advierte que, sin duda, Chiapas es un semillero de jóvenes que pueden ser aprovechados de buena forma, es decir que terminen sus estudios y se capaciten para el empleo.

En la entidad chiapaneca, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi), presentada el año pasado, en Chiapas existen alrededor de 1.4 millones de jóvenes, la mayoría de los cuales no estudia o no trabaja o sólo cuentan con un empleo precario o si tienen uno, la remuneración salarial no es justa.

Además, el 55.7% de ese total carece de la educación media superior, lo que se considera en la actualidad como parte de la educación básica.

Ante ese panorama, Gustavo Hernández menciona que eso los mete en un círculo de informalidad y de poco acceso a un empleo digno.

“Por eso vemos en esa cifra una gran oportunidad, y con ello romper con ese círculo de pobreza”.

Jóvenes acuden a platicas informativas sobre el proyecto. Fotografía de Christian González

ORGANIZACIÓN NACIDA EN EU

Su organización forma parte de la Red Global Youth Build que, desde hace muchos años, se enfoca en el tema de inclusión de personas jóvenes y capacitación del empleo, donde se trabaja mucho con migrantes, sobre todo latinos que están en Los Ángeles, Estados Unidos, para que sigan con sus estudios y se capaciten.

Pero con la llegada de este programa a México en 2012, el objetivo ha sido incluir a los chavos que no estudian ni trabajan, ya sea para que retomen sus clases o se inserten al mundo laboral.

Consciente de que se trata de un sector con oportunidad de crecimiento y desarrollo del país, confiesa que, desde hace un año, empezaron a trabajar su modelo de intervención denominado “Jóvenes con rumbo” en Chiapas, como el que tomó Fabricio, el joven migrante salvadoreño.

Para ello, cuenta que lo hacen desde las habilidades personales, comunicación, autoconocimiento, y de esa forma tracen y cumplan sus metas. “Que planteen una perspectiva de vida en el corto, mediano y largo plazo”.

Entre otras cuestiones, se enfocan en la lecto-escritura y habilidades matemáticas, lo que les sirve para la vida. Asimismo, incluyen la computación básica y la parte de formación técnica.

“Lo que hacemos como Youth Build es asociarnos con los institutos de capacitación para que las capacitaciones que tomen esos jóvenes respondan a las oportunidades laborales de su región o municipio”.

ACERCAMIENTO A POBLACIÓN MIGRANTE

Para atraer a los jóvenes, menciona que aplican un par de estrategias, una de ellas la asociada con la movilidad, y para ello se coordinan con albergues o instancias que los tienen concentrados para el trámite de refugio.

En Tapachula, ejemplifica, tienen una alianza con el Programa de Emergencia Social (parte del gobierno), mismo que les acerca a esas personas migrantes mientras están en el país.

En cuanto a los jóvenes de comunidades, menciona que se hace un recorrido puerta a puerta, así como el perifoneo y la pega de carteles.

“En el caso de quienes dejan de trabajar y estudiar, se meten a un círculo vicioso del fracaso, y por eso se complica que salgan de su casa o de su entorno inmediato”.

Para él, el haberse establecido en Chiapas hace un año ya rindió sus primeros frutos: han capacitado y brindado estudios a cerca de 450 jóvenes (como 200 son migrantes), de los cuales el 70 por ciento logró retornar a la escuela o insertarse en un empleo.

OTROS CASOS DE ÉXITO

Roselanda y Rosalineda son dos muchachas, originarias del país haitiano, de 16 y 14 años de edad respectivamente, que hallaron en ese programa una gran oportunidad mientras aguardan su trámite de refugio en Chiapas.

Lo que más les gustó, aceptan, es que, pese a no hallar bien el español, lograr ya ser parte de la primera generación y, lo mejor, ya cuentan con herramientas que les servirán para sobresalir en los campos académico y laboral.

Sin embargo, saben que el camino aún es complicado, pues recorrieron varios países para llegar a México en octubre de 2021, y aún tienen la intención de reencontrarse con su madre, quien vive en Estados Unidos.

Roselanda, por su parte, reconoce que nunca había recibido una capacitación de este tipo, por lo que ahora cuenta con un documento que avala haber cursado la capacitación técnica en Atención y Servicio a Clientes con calidad y computación básica.

“Hacía mucho tiempo que no había recibido ninguna preparación para hacer algo y, además demostrarme que podía hacerlo a pesar de hablar muy poco español”.

Ambas se sienten agradecidas de tener una familia de acogida en Comitán, bajo el cuidado y cariño de la señora Irma y de ser parte de “Jóvenes con Rumbo”. Asimismo, esperan alcanzar la mayoría de edad para continuar su trayecto y lograr su objetivo.

De nueva cuenta, Gustavo Hernández está seguro de que, con este tipo de programas, es más probable que ese sector de la sociedad se aleje de conductas ilícitas, sobre todo en zonas como Comitán o hasta Tapachula, donde tienen presencia.

De hecho, para que los 450 jóvenes reciban los conocimientos necesarios, se requieren de entre tres a seis meses, y una inversión cercana a los 3 millones de pesos, “aunque en Chiapas lo hacemos en tres meses, y no es algo barato, pero hay instancias como el Icatech (Instituto de Capacitación Tecnológica del Estado de Chiapas) que nos dona cosas”.

DISPARIDAD EN CHIAPAS

Según la agrupación “Youth Build México” (misma que funciona a base de donativos), el grupo de jóvenes que no trabaja y está desconectado de la educación formal presenta las mayores disparidades entre entidades, y prueba de ello -con base en la ENOE 2022- es que mientras en la Ciudad de México sólo el 15% de jóvenes que no trabaja también está fuera de la escuela, en Chiapas se duplica esta cifra (32.4%).

Entre otros datos, la precariedad laboral es más pronunciada en Chiapas, Guerrero y Tlaxcala, donde más del 96% de las y los jóvenes que laboran no tienen ingresos suficientes o seguridad social.

Por su parte, Lucía Guadalupe Vázquez, coordinadora de ese programa en Comitán, Chiapas, resaltó que otra de las cuestiones que ellos manejan, es el acompañamiento personalizado, pues una vez que el joven está fuera, es monitoreado hasta que logre la reinserción en un empleo.

Lucía Guadalupe Vázquez y Gustavo Hernández Verástica de Youlth Build México. Fotografía de Christian González

Incluso, acepta, muchas veces tienen que luchar con algunos prejuicios de los empresarios, quienes en la mayoría de ocasiones se niegan a contratar a jóvenes originarios de comunidades o que hablan alguna lengua indígena o si provienen de algún barrio.

“Los rechazan, y ahí se nos complica, pero por eso también trabajamos con los empresarios en ese sentido. Que no importe de dónde vengan, sino que evalúen el trabajo de ese joven”.

Pero “Youth Build México” pretende expandir su margen de operación a otras ciudades de Chiapas, y con ello llegar a más de ese 1.4 millones de jóvenes que no tienen muchas oportunidades de desarrollo.

“Pensamos que, si esos jóvenes migrantes se van a quedar en Chiapas, que tengan una vida digna”.

Fotografía de Christian González