GUADALAJARA.- Un líder del Cartel de Caborca fue detenido por los efectivos de la Secretaría de Marina e Interpol, en Zapopan, Jalisco. El capo es un sobrino de Rafael Caro Quintero, fundador del extinto Cartel de Guadalajara. El capo cayó en un sigiloso operativo realizado por los efectivos de la Octava Región Naval, con sede en Manzanillo, Colima, y elementos de la Interpol México, durante este fin de semana.
Se trata de Rodrigo Omar Páez Quintero, “El R” o “El Lito”, quien fue ubicado en una residencia en el fraccionamiento Rinconada Santa Rita, al poniente de Guadalajara; cuenta con una orden de aprensión con fines de extradición a los Estados Unidos.
Páez Quintero es sobrino del narcotraficante Rafael Caro Quintero, quien fundó el extinto Cártel de Guadalajara y hace 10 años el Cartel de Caborca, Sonora, al salir del reclusorio de Puente Grande.
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Desde ese entonces, “El R” disputa el control de los municipios de Caborca y Magdalena de Kino, con el Cártel de Sinaloa, con sicarios de la fracción de “Los Chapitos”, hijos del narcotraficante Joaquín Guzmán Loera.
El implicado fue trasladado al reclusorio norte de la CDMX donde seguirá su proceso de entrega a las autoridades del vecino país del norte, quien lo reclama al ser acusado de delitos contra la salud y asociación delictuosa.
Las investigaciones de autoridades federales señalan que Páez Quintero se habría encargado de reconstruir el legado criminal de Rafael Caro Quintero al frente del llamado Cártel de Caborca.
EL SOBRINO
El principal objetivo del familiar de Caro Quintero era retomar el control de las actividades delictivas en la localidad de El Zoquete, en Caborca, Sonora. En su empeño por controlar dicha zona, El R mantenía una disputa por la plaza con los hijos de Joaquín El Chapo Guzmán, también conocidos como Los Chapitos, identificados como sus principales rivales.
Su principal bastión era el norte del estado de Sonora, donde el grupo adquirió fuerza desde la liberación de Caro Quintero en agosto de 2013.
Sin embargo, Caro Quintero fue recapturado y desde entonces el control de la organización quedó en manos de Rodrigo Páez Quintero y de su jefe de sicarios, José Darío Murrieta Navarro, El Cara de Cochi, líder del grupo de gatilleros conocidos como La Barredora 24/7.