OXKUTZCAB.- Santos Orlando Cauich May tiene 29 años, es un migrante maya originario de la comisaría de Xohuayan, Oxkutzcab, en Yucatán. Permaneció 9 días extraviado en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM). Su familia logró hallarlo gracias a las redes sociales. Lo encontró en las inmediaciones del lugar, un hombre que vio su fotografía dio aviso de su localización. Hoy ya se encuentra en casa.
Santos desapareció el sábado 15 de abril, el mismo día que regresó a la Terminal 2 en un vuelo proveniente de San Francisco, Estados Unidos. En el AICM debía abordar otro avión con destino a Mérida, ya tenía su boleto comprado, pero nunca llegó y el avión despegó sin él. Orlando viajaba solo y no habla español.
Aquel 15 de abril, en el aeropuerto “Manuel Crescencio Rejón”, de Mérida, lo esperaba su familia en el vuelo que ya tenía comprado. Bajaron todos los pasajeros, pasaron horas y él nunca apareció. Preocupados por su bienestar, tres de sus hermanos viajaron al aeropuerto de la CDMX para buscarlo. No tuvieron éxito, sin embargo, no perdieron la esperanza de encontrarse pronto con él.
Las fotografías que le tomaron a Santos Orlando cuando lo llevaron al aeropuerto de San Francisco, Estados Unidos, hicieron posible su localización.
“Llegó a la terminal (aérea), mis tíos viajaron al aeropuerto de la Ciudad de México para ver sí ahí seguía. Checaron las cámaras (de seguridad) y se ve que llegó, pero salió del aeropuerto. Él, desde hace seis meses había cruzado la frontera junto con su esposa, querían darle una mejor vida a sus hijas y pagar sus deudas”, comentó su sobrina, Karla Chan a La Silla Rota.
Santos Orlando ya está en casa. Según su familia, durante esos nueve días el joven maya estuvo deambulando en el AICM, no saben qué comió ni tampoco dónde durmió.
¿POR QUÉ REGRESÓ SANTOS A MÉXICO?
En noviembre de 2022, junto con su esposa, Santos Orlando cruzó la frontera de México a Estados Unidos. Lo hicieron por el desierto. Su sueño, como el de miles de mexicanos, era mejorar la calidad vida de sus dos hijas y pagar sus deudas. El tiempo que permaneció en ese país no tuvo un trabajo fijo.
“Tenía dos niñas y deudas, y más por las deudas se fueron. Decidieron viajar los dos para no estar solos, porque él cayó en depresión y no podía andar solo, siempre andaba con su esposa”, recuerda su sobrina Karla.
La comunicación con su familia era escasa, ya que él no tenía celular propio, usaba el teléfono de su esposa. Tiempo después manifestó que quería regresar, estaba deprimido por estar lejos de sus hijas y de su casa. Ante esa situación, el matrimonio decidió que solo Santos Orlando volvería a su comunidad para cuidar de sus hijas y ella se quedaría a trabajar en San Francisco.
LA HISTORIA DEL JAPONÉS
A finales de 2008, el turista japonés Hiroshi Nohara vivió durante 117 días en el AICM, a donde llegó cuando decidió salir de su país en busca de su novia, de la cual supuestamente no sabía nada desde hacía tiempo y al parecer se encontraba en Brasil. Su intención era convertir México en su escala y continuar su viaje a Brasil, pero perdió su pasaporte.
Las autoridades del INM indicaron, en su momento, que el reglamento del aeropuerto no estipula el tiempo máximo que un turista pudiera permanecer en la terminal aérea. Nohara llegó a México con un visado de turista para 180 días, el 2 de septiembre de ese año, en un vuelo procedente de Los Ángeles, Estados Unidos.