CHIHUAHUA.- Emanuel caminaba en la vía pública de Ciudad Juárez, Chihuahua, cuando lo detuvieron agentes ministeriales. Aquel día de 2012 tenía 20 años. Lo metieron en una camioneta. Escuchó que le dijeron: “Ya mamaste”. Le levantaron la playera para cubrirle la cara y le empezaron a verter un líquido sobre el rostro para asfixiarlo.
Emanuel no sabía en ese momento que se trataba de agentes ministeriales. Menos porque le dijeron: “Somos de La Línea” y cuando sonó su teléfono porque le llamaba su madre ellos contestaron y dijeron: “Si quiere volverlo a ver vaya a buscarlo al Camino Real, ahí lo va a encontrar hecho cachitos”.
De ahí se dirigieron a la Fiscalía de Chihuahua, en el eje vial Juan Gabriel y Aserraderos. En el recorrido lo amenazaron, le dijeron lo que tenía que hacer. Debía declararse culpable de un secuestro. Si no lo hacía iban a matar a su mamá, le aseguraron.
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Una vez en la Fiscalía lo llevaron a un cuarto, recuerda, le vendaron los ojos, le quitaron la ropa y lo pusieron en la estructura metálica de un colchón. Después conectaron unos cables a la corriente y recibió descargas eléctricas hasta que se desmayó.
Cuando despertó notó que tenía las yemas de los dedos de las manos reventadas. Entonces uno de los agentes le aplicó descargas eléctricas en los testículos y después debajo de la lengua y volvió a desmayarse. Le dieron patadas en el estómago y en el rostro hasta que perdió el conocimiento otra vez.
Estaba en una silla, aun vendado de los ojos. Le dijeron que como no había cooperado lo iban a dejar libre si lograba escapar, solo tenía que correr derecho lo más rápido que pudiera. Eso hizo. Pero estaba sentado frente a una pared. Oyó las risas y después más golpes.
Luego otro agente al que se referían como “Coma” le gritó que abriera los pies y le pateó los testículos hasta que no soportó más. Aceptó declararse culpable.
A Emanuel lo presentaron ante diversos medios de comunicación en la Sala de Prensa de la Fiscalía en Ciudad Juárez. Lo pusieron junto a personas que no conocía y que nunca había visto. Los presentaron como una banda de secuestradores. Y después lo trasladaron al Cereso, donde pasó más de tres años detenido. Hasta que se pudo probar que fue obligado a declarar por un delito que no cometió a base de tortura.
Por este caso, la Comisión Estatal de Derechos Humanos emitió la Recomendación 87/2017. Hasta el momento, la Comisión Estatal de Derechos Humanos acumula 254 quejas por tortura registradas en el interior de la Fiscalía de Chihuahua, de 2014 a la fecha.
LOS CASOS
Desde 2010, en Chihuahua se abrieron 1,715 carpetas de investigación por el delito de tortura. De esas, en 872 casos se señala como responsable a un empleado estatal y con 814 diversas instancias municipales, según datos del Tribunal Superior de Justicia del Estado de Chihuahua.
Un reportaje de Marco Antonio López, para La Verdad, revela que, en dicho periodo, tan solo en Ciudad Juárez se iniciaron investigaciones contra 216 elementos de la Fiscalía de Chihuahua. Ninguna ha concluido.
Además, en los últimos 12 años en Ciudad Juárez se abrieron 1,153 carpetas de investigación por el delito de tortura: 469 contra empleados estatales y 663 contra empleados municipales. A pesar del gran número, en la ciudad sólo existen cinco sentencias por este delito; todas ellas contra agentes municipales.
De 2010 a octubre de 2022, la Fiscalía General de Chihuahua ha registrado 2,422 víctimas de tortura en todo el estado. De estas, 2 mil 209 fueron hombres y 213 mujeres.
La instancia encargada de investigar es la Fiscalía estatal a través de la Unidad Interna de Control para el caso de los agentes adscritos a la misma Fiscalía y la Unidad de Delitos contra la Paz para el caso de agentes municipales, federales o particulares.
ATENTADO A LA DIGNIDAD
De acuerdo con especialistas y juristas, la tortura representa una trampa del sistema de procuración de justicia, una falla en la democracia y un atentado contra la dignidad humana.
“Es un sistema de fraude de justicia, todo lo que se estructura alrededor de la tortura. Si las instancias de administración de justicia utilizan la tortura están quebrando un pacto esencial democrático, que es que las autoridades procuren que las personas gocen de igualdad de derechos. Entonces ahí lo que hay es una trampa”, dijo Ángel Salvador Ferrer, oficial de prevención de la tortura de la asociación civil Documenta.
“Cómo puede ser que existan tantos casos de tortura que cumplen con tantos patrones, lo primero que nos lleva a decir es que no son hechos aislados. Vemos que hay unas estructuras de poder que utilizan de forma muy ventajista la tortura y eso no lo pueden hacer las autoridades digamos razas, primeros respondientes, no es que todos los policías de investigación se pongan de acuerdo para decir ‘ahora vamos a torturar a todo el mundo de la misma forma y vamos a proceder igualmente’, eso no ocurre así, entonces a qué responde, pues a estas cadenas de mando donde más arriba suele haber alguna autoridad que dirige alguna instancia o corporación que utiliza con un fin político muy claro la tortura”, señala.
De acuerdo con el especialista hay un primer actor que comete la tortura directamente al infligir dolor y sufrimiento a un detenido. Pero es importante ver esta violencia con una perspectiva más amplia, dice, ya que hay personas más arriba que instigan para que esto ocurra.
“Podemos investigar la tortura con la óptica más corta, una óptica miope en la que decimos aquí hay un caso de tortura y el policía este es el torturador. Pero si quieres analizar el problema de una forma más general tienes que ir un poquito más arriba, hacer un mapa contextual que te va señalando estructuras más elevadas. El problema es que al exhibir esto públicamente el riesgo es mayor”, agrega.
Por su parte, Silvia Méndez, directora del Centro de Derechos Humanos Paso del Norte (CDHPN), sostiene que “la autoridad siempre te va a decir que va en la persecución de un delito y que va buscando a presuntos culpables, pero lamentablemente no se hace un trabajo de investigación y la intención de las detenciones que a veces se hacen de manera arbitraria es precisamente para ellos facilitarse el trabajo y sin un trabajo previo de investigación se van a un interrogatorio para la fabricación de culpables”.
“Como sociedad, con la práctica de la tortura, lo único que estamos haciendo es viciar más el sistema, encarcelar inocentes y que personas culpables estén gozando de libertad”, menciona.