Para los clavadistas de Acapulco el primer clavado hacia el mar desde la cima de La Quebrada no se olvida. La sensación de volar dura tres segundos. Son 35 metros de caída libre que les llena su cuerpo de adrenalina pura. Luego, el choque violento a casi 90 kilómetros por hora contra la superficie del agua de un canal de sólo cuatro metros de profundidad. Las lesiones son numerosas: desprendimiento de retina, tímpanos perforados, antebrazos fracturados o problemas en el cuello y la espalda.
Sin embargo, esto no fue impedimento para que una valiente mujer rompiera estereotipos y todo con la finalidad de ganar una apuesta. Se trata de la francesa Jaqueline Petit, reina del Jet Set y empresaria inmobiliaria, quien llegó al puerto en la década de 1950 y se relaciona con la “alta” sociedad.
Según una nota del Sol de Acapulco, Jaqueline Petit se enamora del puerto de Acapulco, donde compra una propiedad, cultiva más amistades y abre su primer restaurante de alta cocina y una agencia inmobiliaria, lo que le permite darse a conocer entre lo más selecto de la sociedad acapulqueña de la época.
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Quienes la trataron la describen como una mujer emprendedora, de carácter fuerte, que siempre era incluida en las fiestas, donde degustaba champaña, tenía roce con los nobles de Europa y una habilidad para tener entre sus amigos a los más acaudalados de Nueva York.
Fue en esos años que conoció al músico de origen suizo, Teddy Stauffer, quien se catalogaba como acapulqueño “por amor y convicción”.
Hay una versión que data de 1966. Durante una plática sobre lo osado que era lanzarse de La Quebrada, Jaqueline Petit dijo que ella podía aventarse un clavado desde La Quebrada. Ambas figuras del Jet Set hacen una puesta de 1,000 dólares y es así como Jaqueline Petit, empieza a entrenar, primero con el gran Raúl García “El Chupetas” y después con el cuatro veces campeón mundial de clavados, Ricardo Vega Moreno, hasta perfeccionar su estilo.
Una vez que logra pulir sus entradas entre el fuerte oleaje que rompía en el canal de 4 metros de profundidad, se fija la fecha y sube a lo alto de las rocas, en donde se prepara y aprovechando una ola alta, se lanza en un clavado conocido como ornamental, que es hacia adelante con los brazos abiertos y se juntan al momento de entrar al agua.
Es tan perfecto el clavado que logra la admiración de los testigos y es así como se convirtió en la primera mujer en lanzarse un clavado de La Quebrada, momento que quedó capturado en una fotografía de su hijo Michel Cosic.
Hasta donde se sabe fue la única vez que lo hizo, pero a partir de ese momento su nombre se hizo leyenda. Y Teddy Stauffer pagó la apuesta de 1,000 dólares.
DATOS CURIOSOS DE LA QUEBRADA
- La Quebrada es un acantilado que surgió luego de que una parte del cerro fuera dinamitado.
- La tradición de los clavados comenzó en 1934, como un juego entre burlas y “supuesta” demostración de hombría.
- La famosa Quebrada de Acapulco mide 35 metros de altura.
- En 86 años de actividad no ha muerto ningún clavadista, pese al peligro que este representa, sin embargo, sí se han presentado lesiones graves.
- La Quebrada ha sido sede en diversas ocasiones del Campeonato Mundial de Clavados de Altura.
- Ha sido escenario de diversas películas mexicanas e internacionales.
- Los clavadistas de la Quebrada han representado a México en campeonatos mundiales y exhibiciones en cuatro continentes desde los años 50´s.
- Cuando los colonizadores españoles crearon el puerto de Acapulco como el primer gran puerto comercial del Pacífico, nombraron a esta formación rocosa “La Quebrada”.
- Los clavadistas viajan a una velocidad aproximada de 90 kilómetros por hora durante sus saltos.
- En promedio sus ejecutantes comienzan en este actividad entre los 11 y 16 años.