NUEVO LEÓN. - Monterrey y su área conurbada mantiene altos índices de contaminación en el medio ambiente, problema que sigue latente desde hace años, y que en 2022 tuvo el 67 por ciento de sus días con mala calidad del aire y 13 alertas ambientales.
Mientras tanto, existe un déficit de un millón de árboles y espacios de áreas verdes, lo que complica la situación; ecologistas y activistas coinciden en favor del medio ambiente.
En lo que va del año, las autoridades estatales emitieron la primera alerta ambiental con lo que el área metropolitana de Monterrey ligó dos años con una contaminación atmosférica grave, y el 67 por ciento de los días con aire sucio y niveles extremadamente malos.
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Las concentraciones rebasaron el límite permisible tanto en PM10 como en PM2.5, éstas últimas las más dañinas para la salud, señala la Secretaría de Medio Ambiente. La primera alerta del año señala que hubo altas concentraciones de PM10, aire "extremadamente malo", con 261 microgramos por metro cúbico.
El límite diario de la Norma de Salud para este contaminante es de 70 microgramos por metro cúbico. La contaminación se presenta a baja altura, por una inversión térmica previo a la entrada de un frente frío.
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De acuerdo a los datos del propio gobierno estatal, la contaminación por PM2.5, que son las partículas más dañinas para la salud, duplicaron el límite de la Norma de Salud en el área metropolitana de Monterrey durante el 2022. Según las cifras, también la contaminación en PM10 superó el límite anual permisible en 66 por ciento.
Los ecologistas y activistas en favor del medio ambiente Cosijoopi Montero y Guillermo Martínez Berlanga, coinciden en la falta de un millón de árboles para Monterrey y la zona metropolitana, lo que agrava la dificultad para combatir la contaminación.
El déficit es de 1 millón de árboles y requeriría de 25 espacios parecidos al Parque Fundidora para alcanzar las cifras mínimas de nueve metros cuadrados de área verde por persona, dice Cosijoopi Montero.
Y sentencia que, si no hay áreas verdes, el resto de los problemas, como la contaminación del aire y de los ríos, no pueden ser resueltos, por lo que la cadena del ciclo ambiental de Monterrey está roto, ya que cada proceso de solución depende del otro.
Estudios del ambientalista Guillermo Martínez Berlanga, indican que Monterrey requiere por lo menos de 12 áreas verdes similares a la del Parque Fundidora:
"Como lo hacen en Madrid, tienen una esponja que son sus bosques y sus 7 millones de árboles que impiden que se vayan a la atmósfera 700 toneladas de contaminantes", añade el activista.
Como ejemplo de parques cita el Tangamanga de San Luis Potosí; el bosque de Chapultepec, en Ciudad de México, y Central Park, en Nueva York.
Montero a su vez, afirma que el déficit en áreas verdes es de unas 2 mil 500 hectáreas; es decir, se necesitan 25 espacios parecidos al actual Parque Fundidora.
Advierte que en la medida que se adquiera la cultura del árbol, se solucionará el problema, el cual debe estar en la agenda pública.
Ambos ecologistas coinciden que el mayor desafío es la arborización, ya que aquí se tiene un promedio de 9 metros cuadrados de áreas verdes por persona, cuando en otras ciudades del mundo oscila entre 18 y 20 metros cuadrados.