URUAPAN.- Un sacerdote de la iglesia Católica, sobrevivió a un ataque armado perpetrado por dos sujetos que, presuntamente le dispararon para asaltarlo, en pleno centro de la ciudad de Uruapan, Michoacán. Se trata de Hipólito Murillo Echavarría, párroco de la iglesia de La Resurrección, en ese municipio ubicado a 110 kilómetros de la capital michoacana.
Un video de las cámaras de seguridad de un estacionamiento, captó el momento en el que los dos sujetos merodean ese lugar, cuando el sacerdote ingresa por su vehículo.
Los informes señalan que el religioso había retirado minutos antes, dinero en efectivo de un cajero automático, ubicado a unas calles de donde ocurrió el ataque. En las imágenes, se ve cuando el padre Poli –como es conocido- ingresa por su vehículo a un estacionamiento ubicado sobre la calle Cupatitzio.
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Enseguida se ve a los sujetos que lo siguen. Uno ingresa al estacionamiento y el otro se queda en la entrada. En otro de los videos, se ve al sacerdote de pie, a un costado de una camioneta; enseguida da unos pasos hacia delante y queda fuera del alcance de las cámaras.
A los pocos segundos aparece en la imagen el criminal, pero también el sacerdote que intenta huir del delincuente, aunque no lo logra y cae al suelo al recibir el primer tiro.
El sujeto no sabe qué hacer y regresa a rematar al párroco que sigue en el piso y quien se intenta defender con los pies. Eso molesta al criminal y le asesta otros disparos. El delincuente se echa a correr hacia la salida del estacionamiento e increíblemente el padre Poli se levanta y camina a paso lento a pedir ayuda.
GRACIAS AL SEÑOR DE LOS MILAGROS
Ya en el hospital, el párroco de la iglesia de La Resurrección, es grabado por otro sacerdote, quien dice: “Estoy con Poli. Está bien. Ahí lo ven”.
“Hola. Estoy bien, gracias a Dios y al Señor de Los Milagros. Fui a verlo, hace ratito, o sea que ya le debo dos veces salvar mi vida”, expresa el padre Hipólito Murillo Echavarría.
El religioso que lo acompaña, revela que el padre Poli, recibió un disparo en el brazo, un rozón en la cara y dos disparos en los pulmones.
“Una bala es la que tiene más perjudicial, pero está bien en lo que cabe. Ahorita va a ser recuperación para él”, dice el sacerdote, ante el párroco sobreviviente.