Édgar Valdez Villarreal, “La Barbie”, se consolidó como uno de los lugartenientes más importantes en el Cártel de los Beltrán Leyva, cuya zona de control y operaciones era el centro de México. Se presume que este personaje fue amigo de cantantes y políticos y se le relacionó sentimentalmente con algunas personalidades de la farándula.
De tez blanca, ojos azules y ciudadanía estadounidense, “La Barbie” logró inmiscuirse en las filas de algunas de las organizaciones criminales más poderosas de México.
Valdez Villarreal, "La Barbie" nació en Laredo, Texas, en agosto de 1973, y desde los 19 años fue acumulando antecedentes penales menores.
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El gobierno estadounidense señaló que, en el 2000, "La Barbie" ya tenía un próspero negocio de distribución de marihuana y cocaína en su ciudad natal. Sus operaciones se extendieron incluso a lugares como Nueva Orleans, Luisiana, Memphis, Tennessee y Misisipi.
La actividad del joven texano llamó la atención de los carteles mexicanos del narcotráfico. Según expedientes criminales, tras haber enfrentado múltiples problemas con la justicia estadounidense en su adolescencia, Édgar Valdez Villarreal se mudó a Tamaulipas, donde comenzó a adentrarse en el mundo del narcotráfico.
En Tamaulipas, “La Barbie” comenzó a buscar aliados para enfrentar y sacar de Nuevo Laredo a Los Zetas, quienes en aquel entonces ya se habían consolidado como uno de los grupos delictivos más sanguinarios del país.
En esa época, “La Barbie” conoció a Arturo Beltrán Leyva y, tras ganarse su confianza, comenzó a trabajar para su organización criminal.
Durante 2005, "La Barbie" y su grupo pelearon violentamente calle por calle por el control del tráfico en Nuevo Laredo, Tamaulipas, fronteriza con Estados Unidos.
La batalla fue el inicio de la guerra entre carteles que causó la muerte miles de personas, y que en algunas regiones del país todavía permanece.
"LA BARBIE" Y SUS RELACIONES PELIGROSAS
De acuerdo con archivos de inteligencia, “La Barbie” contrajo matrimonio con Priscila Montemayor. De acuerdo con algunas investigaciones periodísticas, la boda, en Acapulco, Guerrero, fue pospuesta luego de que supuestamente el ex secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, advirtiera a “La Barbie” de un operativo federal para capturarlo.
Sergio Villarreal Barragán, “El Grande”, fue quien detalló dicho episodio durante el juicio en la Corte de Brooklyn que enfrenta Genaro García Luna.
Tras suspender la boda, “La Barbie” comenzó a tener una relación sentimental con la actriz Arleth Terán. A la pareja se le veía constantemente en restaurantes y bares de lujo, así como en discotecas exclusivas.
La periodista Anabel Hernández escribió en su libro “Emma y las otras señoras del narco” que Priscila Montemayor se enteró de la infidelidad de “La Barbie”, por lo que dio por terminada la relación.
De acuerdo con el libro, personas cercanas a “La Barbie” describieron esa relación como “estable y constante”. Incluso, señalaron que el narcotraficante estaba muy enamorado de Arleth Terán.
Según los reportes de inteligencia, otro de los romances de “La Barbie” fue con Juana Hilda González Lomelí, una de las bailarinas del grupo Clímax. Se sabe que la misma Juana Hilda reconoció ante la entonces Procuraduría General de la República (PGR) que tuvo una relación sentimental con Édgar Valdez Villarreal.
Juana Hilda se encuentra en prisión por presuntamente haber participado en el secuestro y homicidio del empresario Hugo Alberto Wallace Miranda. Según la carpeta de investigación, la exnovia de “La Barbie" había” también sostuvo una relación con César Freyre, identificado como el actor intelectual del asesinato del empresario, hijo de Isabel Miranda de Wallace.
Pero “La Barbie” no solo fue relacionado con bellas actrices, sino también con actores. Según la periodista Anabel Hernández, Édgar Valdez Villarreal organizaba fiestas en el Bar Bar, en el club nocturno Dady’O, en Cancún, y en El Congo, propiedad de “Charly”, ex cantante de Garibaldi.
EL NARCO SONRIENTE
Cuando fue presentado ante los periodistas tras su captura en 2010, "La Barbie" no dejó de sonreír. El gesto desató polémica en el país, pues muchos lo interpretaron como una burla a las autoridades.
En 2015 fue extraditado al país norteamericano, donde tres años después un tribunal de Atlanta, Georgia, lo condenó a 49 años y un mes de prisión, así como una multa de 192 millones de dólares, por cuatro delitos de narcotráfico y uno de lavado de dinero.
En 2018, el que fuera uno de los capos más sangrientos del narcotráfico en México recibió una sentencia de 49 años de cárcel en Estados Unidos.