El obispo de Cuernavaca, Ramón Castro, denunció que al menos el 50% de los negocios en Cuautla, Morelos, están pagando derecho de piso al crimen organizado. Además, indicó que numerosos profesionales, como doctores y dentistas, han cerrado sus negocios debido a la presión para realizar estos pagos. Tras la denuncia, el obispo planteó preguntas sobre quién tiene el control en la entidad, cuestionando si es el gobierno o grupos criminales y resaltó el aumento de la violencia en Morelos en los últimos años, de acuerdo con información de Milenio.
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No es la primera vez que el obispo Castro alza la voz en contra de la violencia en la entidad. El pasado mes de julio, acusó que el crimen, la violencia, la inseguridad y el cobro de piso han aumentado de manera alarmante en el estado de Morelos y en todo el país y aseguró que las estrategias implementadas a nivel estatal y federal para abordar estos problemas no han sido efectivas.
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Durante una conferencia de prensa en la catedral de Cuernavaca, convocó una caminata por la paz en el estado, la cual se llevó a cabo el 15 de julio de este año. Cuando se le preguntó si la inseguridad y la violencia habían mejorado o empeorado en los últimos cinco años a nivel estatal y federal, el obispo destacó que ha habido un crecimiento preocupante en los crímenes, la violencia y la inseguridad, y que la estrategia de "abrazos no balazos" no ha dado los resultados esperados por el gobierno federal.
Obispos, hartos de la violencia en México
El pasado 4 de julio, el obispo de Apatzingán, Cristóbal Ascencio, afirmó que en Michoacán hay complacencia de las autoridades para que el crimen organizado subsista y tienen permiso para subsistir, en declaraciones en respuesta al gobernador de la entidad Alfredo Ramírez Bedolla, quien afirmara este lunes que hay clérigos relacionados con el crimen organizado y que se convierten en sus voceros; luego de que la semana pasada fuera asesinado quien fuera líder de las autodefensas, Hipólito Mora, a manos presuntamente de miembros del cártel de Los Viagras.
Un día después, al realizarse una marcha pacífica desde el sur hasta el centro de Tuxtla Gutiérrez, manifestantes exigieron paz tanto para todo el país y Chiapas. El contingente partió desde la iglesia de María Auxiliadora, posteriormente otro grupo se unió en la zona poniente formando un grupo de alrededor de 1,000 personas.
El padre Luis Gerardo Moro SJ, líder de los Jesuitas en México, luego de celebrarse el llamado AMLOfest del pasado sábado 1 de julio en el Zócalo de la capital para celebrar el aniversario del triunfo electoral de López Obrador, dijo que “Los 'abrazos, no balazos' ya son una frase trillada”.
En un templo cerca de la Ruana, lugar donde había sido asesinado el jueves 29 de junio por más de mil tiros el ex líder de las Autodefensas: Hipólito Mora, fiel de esa diócesis. Monseñor Cristóbal Ascencio García obispo de Apatzingán Michoacán, le dijo al presidente que no había nada que celebrar, que al contrario que estos días debieran ser de luto nacional.