MÉRIDA. - Mónica luchó durante cuatro años por acceder a la justicia. A los 16 años fue víctima de violencia digital en la modalidad de pornografía infantil. Tras 4 años de lucha este miércoles 15 de noviembre de este año, avanzó un paso más, cuatro de sus agresores fueron vinculados a proceso, los cuales han sido identificados como: C.A.B.S., C.A.Ch.S., W.A.N.E. y J.R.P.H.
“Siento que, por primera vez después de estos cuatro larguísimos años, porque para mí fueron como 20 años, al fin estoy obteniendo un poco de justicia y ellos están o van a empezar a vivir lo que nosotras sentimos cada que íbamos a una audiencia o la Fiscalía, que era, miedo”, declaró en entrevista para La Silla Rota.
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Durante la audiencia, su asesor legal, el licenciado en derecho, David Dorantes presentó pruebas y testimonios que probaron la participación de estas personas en el delito.
Mónica calificó su proceso legal además de lento, de revictimizante. En agosto de 2022, una jueza determinó que el delito prescribió. Apeló está resolución y en octubre de ese mismo año, otro juez determinó que al ser una menor cuando ocurrieron los hechos el juicio continuaría.
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“Falta muchísimo todavía, esperamos que está vinculación a proceso a favor de nosotras siga siendo así”, manifestó. Los cuatro vinculados a proceso continuarán su proceso en libertad con medidas cautelares.
Difundieron un video íntimo de una menor
Mónica tenía 16 años y estaba en la secundaria cuando un grupo de 11 compañeros, que se autonombraron “Licenciados En Molestar (LEM)” robaron un video con contenido íntimo y lo difundieron. Usaron la plataforma de WhatsApp y a través de un grupo difundieron el audiovisual.
Luego de descubrirlo, la adolescente pidió ayuda a un profesor y personal de la escuela. La respuesta fue una mediación entre ella y los 11 implicados. Acordaron borrar el video y admitieron sus acciones. Sin embargo, durante el juicio, las acciones del personal adscrito a la Secretaría de Educación del Gobierno del Estado de Yucatán (Segey) fueron desechadas como prueba. No podían hacer esto sin la presencia de sus tutores.
Para Mónica esto solo prueba la falta de protocolos y sensibilidad de las autoridades educativas para resolver conflictos que ocurren dentro de sus aulas.
Las repercusiones de la difusión del video de Mónica trastocaron por completo su vida y la de su familia. Debido al acoso escolar (bullying), por esta razón Mónica fue molestada a tal grado de optar por dejar de asistir a la escuela.