Felipe Carrillo Puerto, municipio de Buenavista, Michoacán.- A cuatro meses del asesinato del exlíder de las autodefensas, Hipólito Mora Chávez, la tenencia Felipe Carrillo Puerto, es ahora una base militar y una zona donde los habitantes afirman, ya se puede vivir mejor.
“Como ves, la tranquilidad de aquí de La Ruana. Antes pues era muy diferente: mirabas la gente armada por todas las calles, te los topabas a cada rato; una intranquilidad que no podías andar a gusto; con el temor de toda la gente”, narra un poblador.
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La unión de la población con el Ejército Mexicano, logró que esa tenencia, mejor conocida como La Ruana, quedara limpia de cárteles y extorsiones.
“Te comentaba que se siente y se ve la tranquilidad del ahorita, a los días antes, anteriores; de los días atrás. Poco desolado, pero tranquila la gente. Tenemos el gobierno federal aquí adentro y pues nosotros del pueblo también apoyándolos y a eso se debe esa tranquilidad. No, ya no tenemos grupos criminales; adentro del pueblo ya nos los tenemos. Ahorita los tenemos en las orillas, en las parcelas; viagras y jaliscos”, dice.
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Y es que hasta hace apenas unas semanas, los habitantes de esa localidad de la Tierra Caliente, no solo eran rehenes del crimen organizado, sino que también eran víctimas de extorsiones, cobro de piso y del aumento indiscriminado en el costo de productos y servicios que fijaba la misma delincuencia, como lo explican los pobladores.
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“Antes, no nos alcanzaba para comer; estaba todo bien caro por todas las extorsiones, todas las cuotas, todo muy elevado. Ellos (Viagras), no permitían la entrada de las empresas, porque ellos acaparaban todo y se encargaban de surtir y tenían que comprarle los comerciantes a fuerzas, lo cual encarecía el precio nosotros como pueblo, éramos los que veníamos pagando el pato”, platica.
El jornalero, quien pidió el anonimato, aseguró que todo empezó a cambiar, por el hartazgo de la ciudadanía, ante el yugo incontrolable de los cárteles, sobre la vida de las familias de esa tenencia.
“Empieza a cambiar hace unos 15-22 días atrás; empieza todo a llegar a su normalidad, ahora sí de los precios, lo que es toda la canasta básica”, enfatiza.
Esos resultados ya se empiezan a percibir en el bolsillo de las familias, como lo cuenta, José Mario Saldívar Ruíz, otro padre de familia y poblador de esa localidad:
“Ahorita ha habido un cambio. Ahorita ya se terminaron las cuotas, la extorsión y parece que todo está bien ahorita”.
Jorge Mario, nativo de La Ruana, afirma, que hasta antes de que el Ejército Mexicano tomara el control de la seguridad en esa tenencia, todo era un infierno.
Recuerda, que además de que vivían bajo el yugo del Cártel de Los Viagras, tenían que pagarle “cuotas” de todo, lo que encareció la vida de los habitantes.
“Los Viagras fijaban los precios de todo producto y ellos eran los que además surtían a los comercios, con un elevado costo, porque no permitían que hubiera proveedores”,
Jorge Mario, puso como ejemplo la venta de carne, la cual, la organización criminal, obligaban a las carnicerías a comprárselas.
“Antes, el kilo de carne de res nos la daban a 200 pesos y ahora ya bajó a 180, porque ya no pagamos la cuota y ya podemos comprársela a quien queramos”.
Dice que en el caso del pollo, esa organización criminal, tenía su propio proveedor, que era una persona vinculada a ellos.
“El pollo también bajó. Ahorita está como en 90 pesos el kilo y antes estaba sobre 160-170 pesos el kilo”, refirió el jornalero.
Expuso, que aunque ya no hay extorsión en La Ruana, las empresas comerciales siguen sin poder entrar a esa localidad, por temor a represalias de la delincuencia.
Explicó que eso no ha permitido que muchos de los productos de la canasta básica bajen y se estabilicen conforme su costo en el mercado.
Denunció, que lo mismo pasaba con los servicios de internet y de televisión por cable, que se disparaban hasta tres veces más de su costo real.
Ahora, lo que piden los habitantes es que el gobierno federal les ayude a limpiar de criminales las orillas del pueblo y las huertas.
También, que las empresas, empiecen a enviar directamente sus productos a los establecimientos comerciales.
Ello, para que se terminen de estabilizar los precios, acordes al mercado, pero sin duda, dicen, lo que más aprecian es la tranquilidad de las familias.
“Pues mire. Ya se ve tranquilo; ya libre de todo lo que nos estaba hostigando. Ya hasta ahorita hay tranquilidad y esperemos que los negocios funcionen, porque ya no se paga cuota, ya no se paga nada y vamos a echarle pa´ delante”, remata, José Mario.