TIJUANA.- Patrullada por Ejército y Guardia Nacional desde que 22 de sus policías municipales se ausentaron cuando recrudeció la violencia criminal y la presión del gobierno de la ciudad a una corporación policiaca infiltrada desde hace tiempo por el crimen organizado, la ciudad Tecate, Baja California, atraviesa quizás la mayor crisis de seguridad que haya vivido antes.
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Entre ejecuciones por la pugna de los cárteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación, los atentados contra agentes locales y una Dirección de Policía con cinco titulares en menos de dos años, sus habitantes expresan en redes sociales duelo y sorpresa por lo que está ocurriendo.
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Es un “momento crítico”, ha dicho el alcalde morenista Darío Benítez, que los obligó a “militarizar” la ciudad e instalar filtros permanentes de revisión en las tres entradas al municipio fronterizo ubicado entre Tijuana, Ensenada y Mexicali, la capital del estado.
De acuerdo con el gobierno de Tecate, llegaron 410 elementos federales para apoyar a una fuerza municipal tres veces más pequeña que trabaja con agentes divididos entre labores administrativas, programas de prevención, incapacidades médicas, vacaciones y el Grupo Beta de apoyo al migrante para responder a más de 100 mil habitantes en una zona urbana y otra rural.
“La corporación estaba operando únicamente con 25 elementos en la policía activa de proximidad. Únicamente 25 elementos eran los que estaban atendiendo los reportes de atentados, balaceras, robos, situaciones graves”, destacó el alcalde tras la llegada de los primeros refuerzos.
Era julio de este año y acababa de ser asesinada la sub comandante Alejandra Hernández Villa, la primera mujer comandante en la corporación.
Alcanzó ese rango en el trienio 2010-2013 y cuando fue baleada en una gasolinera al terminar su jornada laboral, acumulaba dos antiguas amenazas: una vez rafaguearon la fachada de su vivienda y en otra ocasión lanzaron una bomba molotov contra una casa rodante de su propiedad.
El mismo mes que el presidente municipal explicaba la falta de policías, otros tres agentes fueron atacados a tiros en un par de eventos distintos que cobraron la vida de un uniformado y dejaron a dos más lesionados.
En esa dinámica, el municipio pasó de 19 homicidios en 2017 a un máximo de 241 en 2021. Entre enero y agosto de este año sumó 67 víctimas más, según datos de la fiscalía de Baja California, compartidos por la Secretaría de Seguridad Ciudadana de Baja California.
LA NUEVA DIRECCIÓN
Las riñas no solo están en las calles del Pueblo Mágico también las hay dentro de la administración municipal que en dos años ha cambiado cuatro veces al titular de la Dirección de Seguridad Pública, y tres de esos cambios los hizo en poco más de medio año.
Elsa Macías Vázquez, la quinta persona en ocupar el cargo en la actual administración municipal (2021-2024), fue presentada en pase de revista al cuerpo policiaco el pasado 4 de abril, y ahora hay una mayoría de regidores pidiendo su destitución.
“Por razones de los altos índices delictivos que están surgiendo en el municipio de Tecate, así mismo solicitamos la apertura de una terna misma para proponer perfiles” (sic), argumentan los ediles de Morena, PAN y PES.
El oficio con fecha de recibido en Presidencia Municipal el pasado 14 de septiembre fue firmado por nueve de los diez regidores que componen el Cabildo.
La respuesta de Darío Benítez, quien no lleva buena relación con diversos integrantes del Ayuntamiento que lo han acusado, entre otras cosas, de abuso de autoridad, llegó con fotografías de una reunión entre la directora Macías y la nueva fiscal general María Elena Andrade Ramírez, en la que también participó él.
“Seguimos, menos choros y grillas”, escribió junto a las imágenes publicadas en su cuenta de Facebook.
Esta es la segunda ocasión que Macías Vázquez llega a la Dirección de Policía. A finales de marzo del año pasado fue nombrada directora interina pero poco más de un mes después tuvo que irse como coordinadora de Tecate en la Mesa de Paz y Seguridad ante la repentina salida de Jesús Pereida, quien no contaba con exámenes de control y confianza.
El pasado 4 de abril que fue presentada a la tropa durante el pase de revista, el alcalde Darío Benítez justificó los cambios constantes en la Dirección de Policía y cuestionó las críticas que ha recibido por ello.
También reclamó por las consecuencias que han traído los compromisos entre uniformados y delincuentes, provocando el hartazgo de la ciudadanía.
“Esto es cambiar o morir. Porque los están matando en las calles, y eso es lo que nos tiene que importar. Y si hay a quien le importa más recibir 300, 500 pesitos a que estén matando a alguien en la ciudad, pues creo que no tiene nada qué hacer aquí”, afirmó.
Según el gobierno de la ciudad, el plan es crear una Comisaría para sustituir a la actual Dirección de Policía y su forma de trabajo, por lo que alrededor de 70 elementos están en lista para presentar exámenes de control y confianza.
“Así implique desarmar policías, inhabilitar policías, que policías no vuelvan a saber lo que es montar una patrulla”, advirtió Darío Benítez.