Los periodistas no quedaron fuera de la violencia que se vivió este jueves en Culiacán, Sinaloa, pues fueron amenazados por el crimen que desplegó bloqueos en todas las salidas de la ciudad ante la captura de Ovidio Guzmán, hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán.
Un periodista narró en el diario Reforma su mala experiencia en un hotel que servía de refugio ante uno de los bloqueos realizado por uno de los brazos criminales de los hijos de “El Chapo”, se trata de jóvenes reclutados conocidos como “Los Plebes”.
Contó que luego del paso de un convoy de fuerzas federales en la zona, los jóvenes sicarios lo ubicaron como la personas que pasaba reportes de lo que estaba sucediendo en esa zona.
Te podría interesar
“Ya sabemos que eres tú, que andas pasando el reporte (…) Saca el teléfono y ábrelo", le dijeron al reportero.
En seguida, soltaron la amenaza contra el comunicador que solo tenía el objetivo de informar los hechos suscitados en Culiacán por la captura de Ovidio Guzmán.
“Ya sabemos que eres tú y mira, si no hablas te vamos a matar. Tenemos la orden y tengo el permiso de matarte si fuiste tú”, le dijo uno de los jóvenes al reportero.
Al no poder abrir el celular, le ordenaron: “ponlo en modo avión o apágalo, porque si sabemos que eres tú, te chingamos”.
El reportero dejó el teléfono a estos jóvenes sicarios y se alejó del lugar como se lo pidieron; luego de avanzar algunos metros fue alcanzado por un hombre en una moto para quitarle la cámara.
“Ya te tomamos una foto, ya sabemos quién eres”, le gritaron mientras se alejaba de la zona en una camioneta en la que le brindaron apoyo para salir de ahí.
El periodista también contó que durante la estancia en ese hotel pudo escuchar a Los Plebes justificar sus acciones con la captura de su jefe, Ovidio Guzmán.
LA VIOLENCIA GENERADA POR LA CAÍDA DE OVIDIO GUZMÁN
En un operativo, que llevaba 6 meses de planeación, fuerzas militares tomaron revancha de aquel 17 de octubre de 2019, cuando fueron derrotados por el brazo armado del Cártel de Sinaloa al servicio de Ovidio Guzmán.
En la madrugada, y después de más de 3 años desde que se llevó a cabo el famoso Culiacanazo, detuvieron al hijo de “El Chapo” Guzmán.
Las fuerzas del orden celebraron la captura, pero los sinaloenses vivieron otro jueves negro, día de reyertas, balazos, sangre, caos, saqueos y violencia.