Valentín Elizalde, también conocido como "El Gallo de Oro", fue un ícono en el género regional mexicano con temas que ponían a bailar y cantar a todo aquél que asistía a sus palenques con temas como "Vete ya", "Te quiero así", "Como me duele", entre otros.
De acuerdo con el cantautor y productor musical Mario "El Cachorro" Delgado, quien además fue uno de los mejores amigos de Elizalde reveló en una entrevista con el youtuber Jonathan Jovan Samano, mejor conocido como "Gusgri" que el intérprete de "Lobo Domesticado" ganaba una suma elevada de dinero por cada presentación.
Hace un tiempo fue justamente el cantautor y productor musical, uno de los allegados a Valentín Elizalde, quien terminó confesando cómo pasó de “vender camas” a convertirse en un verdadero emblema del regional. “El Cachorro” Delgado explicó que en sus inicios Valentín Elizalde no tenía ningún disco en su haber pero ya cantaba.
"Él comenzó bien jodido su carrera musical al punto de que en varias oportunidades ni siquiera tenía con qué ir a la escuela. De repente vendía camas, jodido (empezó), no viene de familia rica”, agregó.
De a poco se fue ganando su lugar en el ambiente hasta llegar a ser, antes de que fuera asesinado a sangre fría, uno de los más aclamados de la dinastía Elizalde. En pleno apogeo, Valentín Elizalde llegó a cobrar hasta un millón y medio de pesos por palenque.
“Se llevaba hasta cuatro millones y medio por semana, porque hacía tres palenques, ese era su sueldo”, llegó a afirmar el padre de Mario Delgado Jr.
Pero el sinaloense llegó a recordar además lo extraordinarios que eran los espectáculos que “El Gallo de Oro” brindaba. Según el cantautor, las presentaciones de quien le dio voz al tema "A mis enemigos" eran multitudinarias al grado de que Elizalde tenía que detener el evento debido a que la gente se acercaba bastante a él, fenómeno que "El Cachorro" negó haber visto de nuevo con algún otro cantante del género.
En consecuencia, los eventos se terminaban aproximadamente a los 25 minutos de haber iniciado, ya que era tal la euforia del público, especialmente de las mujeres, por lo que tenía que dar la presentación por terminada: "y nadie reclamaba su boleto, nadie reclamaba nada, todos terminaban contentos."
Elizalde fue muy cercano a sus seguidores y les correspondía al amor que le brindaban, como irse de alguna firma de autógrafos hasta que se retirara la última persona, razón por la que se llegaba a quedar hasta las 9:00 horas en un evento que terminó desde las 4:00.