Joaquín “El Chapo” Guzmán, fundador del Cártel de Sinaloa y actualmente preso en Estados Unidos, dejó fama en el mundo del hampa por ser uno de los narcotraficantes más peligrosos y violentos.
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Luego de su última captura, “El Chapo” Guzmán fue extraditado a EU para protagonizar el “juicio del siglo”, el cual tuvo como resultado final la sentencia de cadena perpetua para el capo de Sinaloa.
En este juicio declararon varios testigos relacionados con Joaquín Guzmán y el Cártel de Sinaloa, entre ellos Isaías Valdez Ríos, “El Memín”, quien reveló las terribles formas en las que el narcotraficante asesinaba a sus enemigos.
“El Memín” fue guardaespaldas de “El Chapo” Guzmán por varios años y presenció la sangrienta manera en la que el entonces jefe del Cártel de Sinaloa terminó con la vida de tres hombres, que presuntamente pertenecían a organizaciones criminales rivales, como los Arellano Félix y Los Zetas.
De acuerdo con el exguardaespaldas de “El Chapo”, en 2006, Ismael “El Mayo” Guzmán, socio de Joaquín Guzmán Loera, le envió un sujeto perteneciente al Cártel de los Arellano Félix.
Luego de torturarlo por varios días para obtener más información de esta organización criminal, “El Chapo” y sus hombres llevaron a este sujeto a un cementerio donde habían cavado su tumba. Al llegar a este lugar, Joaquín Guzmán le disparó al hombre de los Arellano Félix, pero no lo mató, sino que lo enterró vivo.
Valdez Ríos contó que tras dos interrogatorios el mismo “Chapo” le disparó con una pistola .25. “¡A chingar a su madre!”. Aunque el hombre seguía respirando, “así lo echamos al hoyo y lo enterramos”, contó ”El Memín”.
Meses después de este macabro asesinato, “El Chapo” Guzmán capturó a dos hombres pertenecientes a Los Zetas, quienes en esta ocasión fueron enviados por Dámaso López, “El Licenciado”. Ambos hombres fueron torturados en un granero y después Joaquín Guzmán les quebró las piernas con un tronco.
Aquella ocasión, Guzmán les ordenó a sus sicarios que se llevaran a los hombres a una enramada y los “calentaran” a golpes para sacarles información. Después decidió participar él mismo con ayuda de tronco grueso.
“Las personas estaban completamente sueltas, los huesos todos quebrados, no se podían mover. Y el señor Joaquín les seguía golpeando con el tronco y con el arma también”, un rifle camuflado AR-15 o un M16, relató “El Memín”.
“El Chapo” les decía “hijos de su pinche madre, ¿cómo es posible que (siendo de Sinaloa) trabajen con esa gente y nos estén traicionando’?”, agregó.
Uno de Los Zetas fue amarrado a una cuatrimoto y arrastrado por varios metros hasta llegar a una fogata, donde murió quemado. Mientras veía como su compañero fallecía calcinado, el otro zeta fue asesinado por “El Chapo” Guzmán con el tiro de gracia.
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