TUXTLA GUTIÉRREZ.- Una mujer, identificada como Victoria Orantes, relató cómo sujetos armados la despojaron de su camioneta cuando circulaba, el pasado 5 de septiembre por la noche, a la altura del tramo carretero Suchiapa-Villaflores, y las horas de terror que vivió a manos de ellos.
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En una entrevista con La Silla Rota, mencionó que viajaba como a las 10 de la noche en una parte conocida como La Encañada, cuando en una curva se topó con piedras y troncos atravesados; como detuvo su marcha, dijo, un hombre salió de entre el monte y le apedreó su cristal.
Asimismo, comentó, otros tres sujetos le salieron al paso, armados, y le dispararon a ella y a su amiga. De hecho, contó que, del impacto de la piedra en el cristal, sufrió algunas heridas en la parte de la sien. “Aún tengo esquirlas enterradas”, subrayó.
“Nos bajaron a mí y a mi acompañante y nos pasaron a los asientos traseros del carro; eran ya cinco sujetos; a mí me traía un tipo con una daga en el cuello y a mi acompañante (otro sujeto) apuntándole con una pistola en la cabeza”, recordó la mujer, quien ha tenido que recurrir a un psicólogo debido al trauma que le ocasionó ese evento.
Dentro de su relato, advirtió que las bajaron a la fuerza y las llevaron a una trituradora cercana, para luego dirigirlas hacia un rancho y asimismo meterlas a una casa abandonada de esa zona.
MOMENTOS DE ANGUSTIA
La situación se tornó aún más tensa, pues aparte de sufrir maltrato físico, como el que las jalaran de sus cabelleras, las mantuvieron en una zona llena de milpas, durante cinco horas y media.
“Al poco regresó uno de nuestros captores con otra persona que también fue secuestrada como nosotras y a quien también le quitaron su vehículo y estuvo cautiva como nosotras”, dijo, al tiempo de advertir que con su coche, marca Xtrail modelo 2018, con placas DND-579-C, los secuestradores habían cometido otros ilícitos esa misma noche.
Como a las 2:30 de la mañana, agregó la víctima, fueron liberadas, pero tuvieron que esperar como una hora para que los malhechos escaparan y ellas no avisaran a la policía.
Tras caminar por al menos ocho kilómetros, contó que llegaron a una gasolinera cercana al municipio de Suchiapa, donde gente de ahí las apoyó para que pudieran comunicarse con familiares.
Lo más lamentable, relató, es que una hora después de llamarle al número de emergencias 911, llegó una patrulla de la Policía Municipal, cuyo comandante les advirtió que tenían que esperar hasta las 9 de la mañana para acudir a la Fiscalía de la región porque no había personal en ese momento.
Según Victoria, el miedo es cada vez mayor porque los asaltantes se llevaron no solo su auto, sino dinero en efectivo, su credencial de elector y otras identificaciones.
Incluso, refiere que ya no quiere viajar a Tuxtla o a otras partes del estado, porque siente que le podrían hacer daño. Además, puso en entredicho el actuar de las policías, debido a que cerca de donde las plagiaron y agredieron hay retenes.
Con base en denuncias públicas en redes sociales, se sabe que los asaltos en esa ruta son cada vez más constantes, cuyas víctimas han sido familias enteras y hasta personas que se dedican al comercio.
DEMORA EN EL PROCESO
Tras el incidente, Victoria y su amiga se dirigieron a la Fiscalía de Villaflores, donde les brindaron un número de atención; sin embargo, confesó la primera, no se ha abierto la carpeta de investigación.
Convencida de que Dios no las abandonó en ese momento, mencionó que falta una firma del fiscal en turno, y que el caso lo remitirían a la Fiscalía de Suchiapa, donde ocurrió el secuestro y asalto. No obstante, refirió que no confía en esa instancia, por lo que pedirá que las atiendan en Tuxtla.
“Exijo a las autoridades de Chiapas que mi caso no sea uno más de los que quedan impunes; los chiapanecos vivimos con miedo, inseguridad, porque ese día no nos dieron abrazos, como lo aseguraría el propio presidente Andrés Manuel López Obrador, sino balazos, nos trataron muy mal; no queremos que nos den carpetazo”.
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