TIJUANA.- En medio de la inseguridad siempre latente y los homicidios que no paran en Tijuana, este fin de semana la policía municipal atendió tres reportes muy particulares: dos partos de urgencia en menos de 24 horas, y un asalto en pleno bautizo.
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En este último caso, los responsables fueron dos hombres armados que se llevaron relojes y pulseras de dos de los asistentes al acto religioso alrededor del mediodía del sábado. Después del atraco, los ladrones se retiraron en una motocicleta.
Las patrullas respondieron en buen número al llamado desde la iglesia Santa Teresa de Ávila, ubicada en la colonia Gabilondo, una de las más antiguas en la ciudad, pero no hubo detenciones.
Este lunes la respuesta de la presidenta municipal, Montserrat Caballero Ramírez, fue pedir a las víctimas del delito que “por favor” no tarden en informar a la policía.
“Lamentablemente recibimos el reporte en la policía municipal 15 minutos después y ya no fue posible”, dijo la morenista sobre la fuga de los delincuentes.
Los partos, en cambio, ocurrieron entre las siete de la mañana del sábado y las primeras horas de la madrugada del domingo.
Primero, en una de las colonias más alejadas del centro de la ciudad que es donde se encuentran la mayoría de las instituciones de salud, una joven madre de 20 años de edad tuvo que pedir ayuda al número de emergencias desde una gasolinera
La agente Sandra Ferrer Gutiérrez, quien respondió al llamado, encontró que la joven iba en camino en camino al hospital y que ya había dado a luz a una niña. La bebé y su madre fueron reportadas estables de salud.
“Simplemente llegamos y con consentimiento de la Central íbamos a seguir el protocolo para salvaguardar a la bebé y a la mamá”, dijo este lunes la oficial.
En el segundo parto también nació una niña que de acuerdo con los oficiales que atendieron la emergencia, estuvo a punto de morir.
La familia pidió ayuda a la patrulla que tripulaban Jesús García, un subjefe con 16 años de experiencia, y Antonio de Jesús Ulloa Osorio, un agente con apenas 3 años de servicio.
“Llevaba a una persona en situación de riesgo y ya se notaba la cabecita entre las piernas de la señora (...) estaba a punto de nacer, pero ya estaba un poquito moradita, ya no estaba respirando”, contaron los agentes.
Por eso tuvieron que ponerse guantes y ayudar en la labor de parto que se dio sin mayores contratiempos, aunque debieron esperar a los paramédicos para cortar el cordón umbilical.
“La criatura comenzó a respirar, comenzó a llorar. Le seguimos dando indicaciones para que la mantuviera activa y la señora estuviera activa en lo que llegaba el apoyo médico”, añadió el subjefe García.
El gobierno de la ciudad no habló más del asalto a los asistentes del bautizo que ahora debe investigar la Fiscalía General Estatal (FGE), solo hizo un reconocimiento público a los policías que atendieron los partos y anunció que recibirían un apoyo económico.
“Confíen más en nosotros, también somos seres humanos”, dijo al final del reconocimiento la oficial Ferrer Gutiérrez.
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