PRODUCCIÓN DE CERVEZA

Ni cerveceras, ni refresqueras… responden a AMLO en Chiapas

Desde hace al menos una década la población de Chiapas sostiene una lucha por el agua contra empresas refresqueras; no obstante, el presidente López Obrador propuso trasladar hacia el sur del país la producción de cerveza por falta de agua en la zona norte

Expertos señalan que es un mito el que haya mucha agua en Chiapas, como señaló el presidente.
Expertos señalan que es un mito el que haya mucha agua en Chiapas, como señaló el presidente.Créditos: Especial
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TUXTLA GUTIÉRREZ.- Desde hace al menos una década, organizaciones civiles, académicos y activistas iniciaron una férrea lucha en San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, con el objetivo claro de sacar de ahí a la empresa Femsa Coca-Cola, misma que posee un par de concesiones desde el año 1994 para extraer millones de litros de agua del subsuelo.

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La empresa transnacional extrae agua a pesar de que ese mismo Pueblo Mágico de la región Altos de Chiapas presenta graves problemas de abasto para consumo humano y, lo peor, están contaminados sus arroyos y ríos.

Esa “guerra” entre la sociedad civil y la compañía refresquera sigue en pie. Incluso, según la solicitud de acceso a la información número 1610100155815 efectuada a la Comisión Nacional del Agua (Conagua), Femsa empezó en 2015 el trámite para una tercera concesión (es decir, un tercer pozo) para que, una vez terminada la que tiene vigente en la actualidad y que concluye en el 2030, se active y la producción de refresco no se detenga.

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No obstante, el pasado 8 de agosto, Andrés Manuel López Obrador, presidente del país, generó más dudas entre quienes rechazan el uso del agua para fines comerciales e inclusive dañinos para la salud de las poblaciones, pues ante la sequía que se vive en el Norte de México, invitó a esas empresas productoras de cerveza a mudarse al Sur-Sureste porque, según él, hay mucha agua.

“AHÍ ESTÁ EL USUMACINTA, EL GRIJALVA, EL PAPALOAPAN”

De forma textual, el mandatario dijo: “No es decir: ‘Ya no vamos a producir cerveza’, es decir, ‘No se va a producir cerveza en el Norte’”; luego, prosiguió con un cuestionamiento: “¿Quieren seguir produciendo cerveza aumentando la producción? ¡Todo el apoyo para el Sur-Sureste, ahí está el Grijalva, ahí está el Usumacinta, ahí está el Papaloapan! (en referencia a los ríos)”. 

Nuestro país es una potencia en producción de esas bebidas embriagantes, lo que representa un “jugoso” negocio, pese a que se atente en contra del medio ambiente y la vida de las poblaciones, mismas que sufren por el agua.

Según datos recabados, México pasó de generar alrededor de 300 millones de dólares, al año, por exportar cerveza entre 1995 al 2009 y de estar debajo de países como Alemania u Holanda (después Países Bajos), a posicionarse, desde el 2010, como la principal potencia en la materia.

De hecho, para 2021 ocupaba el primer lugar mundial con ingresos superiores a los 5 mil millones de dólares por exportación anual. El “competidor” más cercano es Países Bajos, con poco más de 2 mil 160 millones de dólares.

SEQUÍA ES CADA VEZ MÁS PROLONGADA Y PREMATURA

Desde hace 14 años, Francisco Díaz y su hijo han vivido en carne propia lo que es recibir agua una o dos veces por mes, y solo por corto tiempo cada que les llegaba, y la necesidad de que, ante esa escasez, tuvieran que comprar pipas. 

Foto: Christian González

Ellos viven en Chiapa de Corzo, uno de los cuatro Pueblos Mágicos que tiene Chiapas, ha padecido no sólo la falta de agua, sino la calidad con la que las autoridades les brindan el servicio a sus gobernados; Francisco sabe lo que es tener que apartar una gran parte de dinero para adquirir un servicio de pipa porque lo que les dan, es insuficiente.

Para Antonino García García, profesor investigador de la Universidad Autónoma de Chapingo, es un mito el que haya mucha agua en Chiapas, y prueba de ello, añadió, es que los ríos de sus costas, desde hace una década, se secan desde enero.

“O sea que, desde ese mes, así como febrero, marzo, abril y mayo están secos porque arriba no se recargan por la deforestación”, puntualizó el experto, quien aclaró que en el caso del río Usumacinta, hay una seria situación de deforestación, sobre todo del lado de Guatemala, pues esa zona se ha ganaderizado y palmificado.

En pocas palabras, reveló en entrevista con La Silla Rota, el caudal de ese importante afluente se mantiene en casi el 30% de su capacidad en época de estiaje, cuando antes era mayor.

“Pero podemos decir que este problema es grave, porque si checamos el caso de Tenosique, Tabasco, nos encontraremos con que también ahí hay sequías y también se han muerto las vacas del trópico mexicano, aquéllas que fueron introducidas en los 70’s u 80’s, cuando tractores tiraron selvas y bosques para meter ganado y granos”, ejemplificó.

EL AGUA LLEGA A CUENTAGOTAS Y SUCIA

Lo peor de todo, confesó Francisco a La Silla Rota, es que la poca agua que les llega está sucia o turbia, sobre todo cuando es época de lluvia, por lo que utilizan ese recurso solo para bañarse o lavar trastes o para el aseo de su vivienda, ubicada en el barrio Candilí, del municipio chiapacorceño.

Don Francisco invita al reportero de esta casa editorial para que compruebe cómo emana el agua de las tuberías, “una vez que llenamos los recipientes, tenemos que esperar a que los turbio asiente para poder utilizar el agua”.

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Entre la plática, recuerda que apenas el año pasado sintieron los fuertes estragos de la sequía, pues si de por sí no les suministraban agua, en los meses más complicados por este tema, como febrero, marzo y abril, la situación era más caótica.

Pero si en la actualidad el agua les llega de forma seguida y por largo tiempo, acepta, es porque uno de los representantes de su barrio no se cansó de insistir ante la autoridad municipal, “hasta que se logró”, advirtió.

De hecho, la tubería que transportaba el agua a los hogares de esa zona fue cambiada hace no mucho tiempo, pues aún se manejaba una de “barro” o asbesto.

“Esperemos que no nos corten el servicio del agüita, que siga así el servicio, porque antes, al mes, me gastaba como 800 pesos en eso, y pues yo estoy grande y mi hijo impedido, ya no puede trabajar, y pues los ingresos son muy pocos”, aceptó.

Inclusive, subrayó que, como tienen afectaciones en su salud, ya no puede trabajar la milpa, y lo poco que obtiene es para autoconsumo.

LA LUCHA EN CASA

Entrevistada por aparte, Alma Rosa Rojas, integrante del Colectivo Educación para la Paz y los Derechos Humanos, AC (Cepazdh), aseveró que el comentario de AMLO está fuera de lugar y solo refleja ignorancia de la situación sobre la gestión del agua en el territorio mexicano.

“Su propuesta o idea no tiene lugar, no tiene ni sustento, y otra cosa: la misma Conagua carece de los estudios hídricos o hidrológicos especializados para saber cuál es la disponibilidad de agua en las cuencas que están en el Sur-Sureste de México”, evidencia.

De hecho, refiere que no existe una política de sustentabilidad del agua en el país, y la que se tiene solo se trata de extractivismo de los mantos acuíferos. En cambio, advirtió, existe el intento de cambiar un modelo de gestión para que se dé el despojo de ese recurso en beneficio de un grupo político y de las grandes empresas.

Lo más lamentable, insistió, es que desde hace nueve años se lucha por que se dictamine una nueva Ley General de Aguas, pero aún no hay buenos resultados. “Y ahí está el riesgo de no tenerla, porque se otorgan concesiones a diestra y siniestra, incluso en zonas que tienen veda”, ejemplifica.

Entre otros datos, solo el pozo uno que tiene Femsa Coca-Cola en San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, alcanza los 130 metros de profundidad, con una concesión de 11 mil 300 metros cúbicos al día, mientras que el pozo dos, de entre 180 a 200 metros de profundidad, extrae 188 mil metros cúbicos, equivalentes a 1 millón 330 litros diarios.

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Lo que se sabe, expuso de nueva cuenta Alma Rojas, es que ha comenzado a emplear a más gente de comunidades y rancherías cercanas a su planta, es decir cerca del cerro del Huitepec. Además, la transnacional les ofrece agua y la construcción de tanques de ferro-cemento como paliativos para evitar revueltas futuras.

“Esto pareciera que es una estrategia que utiliza para no tener el rechazo social, sobre todo del acuífero donde está instalada la planta; en pocas palabras, no quiere ningún obstáculo para que le den esa tercera concesión”, remata.

Lo que les preocupa a organizaciones como Cepazdh, es que esa empresa esté en proceso de gestión de otra concesión para un tercer pozo, cuya profundidad rebasaría los 200 metros, muy superior a la segunda concesión.

HAY MENOS AGUA PORQUE LA DEFORESTACIÓN AVANZA

De nueva cuenta, Antonino García opinó que, lo más seguro, es que AMLO aún tiene el modelo de desarrollo de 1949-1951 con las comisiones de cuenca, pues en 1970 fue coordinador del Instituto Nacional Indigenista (INI) en Tabasco.

“Se quedó en esta idea de que el Sureste es rico, y tal vez lo fue a nivel de recursos de agua, bosques, en su momento, pero hoy Chiapas solo tiene el 40 por ciento de cubierta vegetal, porque lo demás está deforestado”, advirtió el especialista en temas de ecología, basado en cifras oficiales que maneja la misma Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales de esta entidad.

Eso significa, argumentó, que se tiene menos agua de lo que se poseía antes, debido a que el mencionado recurso se retiene si hay árboles, pero si hay menos, éste se escurre y no es retenido por el subsuelo, sino que se dirige hacia el mar.

“El presidente Obrador dice saber mucho de historia, pero creo que no le da mucho el asunto ahí, porque del año 400 al 900 después de Cristo, arqueólogos reconocidos han hallado ciudades mayas abandonadas en toda la cuenca del Usumacinta tanto del lado mexicano como en el de Guatemala, porque hubo una sequía de ¡500 años!”, rememoró.

A esto se le suma, agregó, la presencia de las presas hidroeléctricas manejadas por la Comisión Federal de Electricidad (CFE), mismas que nunca han generado o garantizado el desarrollo para los propios chiapanecos, sino que solo han servido para potencializar la industria en el centro y norte del país, desde los años 70’s u 80’s.

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Desde hace varios meses, Antonino García comenzó a capacitar a personas de Las Cañadas, municipio de Ocosingo, en la selva chiapaneca, para recolectar agua de manantiales, y ha palpado cómo éstos se han empezado a secar.

“Las cavernas, de donde antes obtenían el recurso hídrico, han bajado como 10 metros su nivel; por eso estoy allá, para rehabilitar esos manantiales”, declaró el especialista.

Sobre la situación de Femsa en San Cristóbal, también coincidió en que la ‘Coca-Cola’ se está llevando el agua”, y prueba de ello, argumentó, es que el abasto se complica porque los manantiales del Sistema de Agua Potable y Alcantarillado Municipal (SAPAM) se mantienen entre 30 o 40% de su capacidad en temporada de estiaje, lo que es alarmante.

¿Y LAS CONCESIONES?

Para Alma Rosa Rojas y Antonino García, otro asunto que se tiene que tomar en cuenta es el de las concesiones para aprovechamiento del agua. Es decir, expresó por su parte este último, si la empresa “Constellation Brands” posee un “permiso” para aprovechamiento del agua en Baja California, éste no puede utilizarse para otra entidad, como Veracruz.

Lo que puede ser evidente, dejaron en claro ambos expertos, es que habría una fuerte presión de los empresarios sobre el gobierno federal morenista para que, de alguna manera, les garantice el agua para la fabricación de sus productos como cervezas o refrescos.

Es decir, advirtieron que uno de los argumentos que pueden utilizar esas grandes compañías es que, si no les respetan los acuerdos internacionales, vendría una lluvia de demandas ante tribunales.

“Pero, por ejemplo, si a la ‘Coca-Cola’ se le termina el agua, o es sacada de un lugar, por decirlo así de San Cristóbal, el gobierno federal no tiene por qué darle a esa transnacional otra concesión en Tapachula o en Tuxtla o en Tabasco o Veracruz; simplemente, ‘sanseacabó’”.

PEMEX: LA GOTA, ¿DE ACEITE?, QUE DERRAMÓ EL VASO

Sin embargo, el tema de la resistencia en Chiapas en contra de megaproyectos extractivos no es nada nuevo. A mediados del año 2017, los pueblos zoques del Norte de esta entidad frenaron la licitación de la Ronda 2.2 para la extracción de hidrocarburos en más de 84 mil hectáreas que contemplaba nueve municipios de esa región porque, para ellos, representaba muerte y no desarrollo.

Incluso, ha habido otros ejemplos como el de poblaciones del Soconusco, en específico el de Acacoyagua, Chiapas, cuyos habitantes pararon a empresas mineras que solo han provocado enfermedades entre las familias, pues se contaminaron los ríos e incluso las aguas subterráneas.

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El último caso, y no menos importante, es sobre lo que ocurre con una planta de Petróleos Mexicanos (Pemex) entre los estados de Tabasco y Chiapas, pues el colapso de sus ductos, desde el pasado 26 de julio, ha provocado la contaminación de afluentes, entre éstos el arroyo El Platanar, por el derrame de aceite.

Esto conllevó, además, que se afectaran otros ríos como Mezcalapa y Carrizal, y más de 600 mil personas se quedaran sin agua, según advirtieron pueblos zoques organizados en la defensa del territorio, mismos que expusieron que la mancha de aceite se dispersó en esos cuerpos de agua y pastizales de la ranchería El Platanar, municipio de Pichucalco, ubicado entre los límites de esta entidad y la vecina de Tabasco, sobre la cuenca del río Grijalva. 

Incluso, el lunes de la semana pasada, pobladores de Pichucalco organizaron una marcha de protesta desde las oficinas de Pemex en San Manuel Huimanguillo, Tabasco, hacia la ranchería Platanar Abajo, segunda sección, en la entidad chiapaneca donde está la zona del derrame de hidrocarburos.

Fermín Ledesma, investigador de esa zona, advirtió que, hasta el momento, Pemex no ha hecho nada por frenar el daño ambiental, e incluso recordó que en el año 2016 fueron licitadas, como parte de la Ronda Petrolera 1.0, alrededor de 14,196 hectáreas entre Juárez, Mundo Nuevo y Pozo Catedral en Ostuacán, lo que pone a Pichucalco entre campos petroleros que manejan empresas transnacionales, los cuales aparecieron allí desde el año de 1972.

Es decir que, con los ocho pozos para obtener gas y aceite, contó el experto, las compañías mexicanas “Grupo R” y “Offshore” y la canadiense “Oil Corp” le garantizarían un ingreso al Estado mexicano de casi 35.5 millones de dólares, por un lapso de 25 años. “Por eso digo que no es un hecho aislado que estén esos ejidos con gasoductos o ductos de Pemex”, manifestó.

 

(djh)