TUXTLA GUTIÉRREZ.- Aurelio Cruz López y dos de sus primos, ambos menores de edad, estaban cansados de vivir en condiciones de desplazamiento forzado en Chiapas y, por ello, emprendieron un viaje hacia Sonora el 5 de mayo, pero después cambiaron su ruta hacia Arizona, Estados Unidos; sin embargo, el primero desapareció y, hasta la fecha, aún no es hallado.
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El joven de 19 años, hablante de la lengua tsotsil, es una de las más de 240 personas (54 familias) que tuvieron que moverse de su tierra por el temor a ser asesinados en esa ocasión; de hecho, su padre, Guadalupe Cruz Hernández, fue muerto en una especie de emboscada el 26 de mayo de 2016.
Aunque ni sus familiares saben quién o quiénes lo llevaron hasta esa entidad del norte del país, ni cuánto pagó, Aurelio haría su primera parada en Altar, Sonora, donde se supone ya tenía un empleo asegurado.
No obstante, conoció a otros jóvenes que también huían de sus entidades, con quienes esperaban cruzar el desierto de Arizona, y de ahí emplearse para ganar dólares.
Lo último que se supo de él, cuenta su hermana Aracely, es que se desmayó, y uno de sus acompañantes le tomó una fotografía que les envió, “pero no supimos más”.
POCOS RASTROS
Tras esa situación, organizaciones civiles que se dedican a la búsqueda de desaparecidos en el desierto, como “Los Armadillos” de Arizona, comenzaron a apoyar. En esa búsqueda, hallaron un zapato de Aurelio, pero no sus documentos, ni su ropa.
Aunque el pasado 28 de mayo encontraron restos óseos que, al parecer, se tratarían de Aurelio, pues se avocaron a rastrear en la zona donde estaba la última ubicación de él.
De Altar, Sonora, el indígena tsotsil se reuniría con sus compañeros (cuyas identidades se desconocen hasta la fecha) en la milla 111, pero en ese momento ya no estaba junto con sus sobrinos, quienes tomaron por otro rumbo.
Para saber si los retos hallados son compatibles, dice Aracely, ya enviaron algunas pruebas que les pidieron en Estados Unidos, para que sean analizadas y comprobarlo mediante el ADN.
Por su parte, Julio César Pérez, defensor independiente de derechos humanos, mencionó que están en comunicación constante con la Embajada de México en Arizona para saber si los restos son de Aurelio.
Lamentó, de hecho, que la secretaria general de Gobierno en Chiapas, Cecilia Flores, no los haya atendido hasta el momento, pese a que se lo han solicitado en varias ocasiones.
“Mi hermano es un muchacho alegre, que ha luchado por sus derechos, que ha sabido defenderse, pero el gobierno violentó sus derechos, lo que lo obligó a salirse de Chiapas, a un lugar muy lejano”, lamentó Aracely, quien advirtió que no descansarán hasta hallarlo.
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