CHILPANCINGO. - El sacerdote Felipe Vélez Jiménez iba a bordo de su camioneta cuando unos hombres lo atacaron con arma de fuego. Fue interceptado alrededor de las 12:20 de la tarde de este jueves cuando salía de Los Claveles, Chilapa hacia Chilpancingo, Guerrero.
La religión o su actividad religiosa, no son el móvil del ataque al sacerdote Felipe Vélez Jiménez registrado este jueves 28 de julio. El vicefiscal de Investigación de la Fiscalía General del Estado (FGE) de Guerrero, Ramón Celaya Gamboa, detalló que se trató de un ataque directo.
El funcionario agregó que al momento de los hechos, el padre iba acompañado por una mujer a quien las autoridades están buscando para que rinda su declaración ministerial, puesto que no se sabe nada de ella, informó el portal Bajo Palabra.
En conferencia de prensa, el funcionario informó que a las 13:05 horas del jueves 28 de julio se recibió un reporte por parte de la trabajadora social del Hospital General de Chilapa de Álvarez, que ingresó a dicho nosocomio una persona del sexo masculino de nombre Felipe “N”, de 39 años de edad, herido por arma de fuego”.
El personal de la Agencia del Ministerio Público se trasladó al hospital para verificar que el sacerdote se encontraba recibiendo atención médica, pero que debido a esto y dado el estado de salud en el que se encontraba, no fue posible entablar conversación con él ni obtener su declaración respecto a los hechos.
BALEAN A SACERDOTE EN CHILAPA
Tras el ataque, una bala le impactó en el pómulo derecho del rostro, según datos de la Fiscalía General del Estado (FGE) de Guerrero.
“El padre está ahora en terapia intensiva. Fuera de peligro”, indicó la FGE.
Agregó que el párroco había acudido a Chilapa para “atender un asunto personal”.
Felipe Vélez es sacerdote de la iglesia de San Gerardo de Iguala; Guerrero, en la cual colectivos de familiares de desaparecidos reciben apoyo como estancia.
OTROS ATAQUES A SACERDOTES
Los sacerdotes jesuitas asesinados en Chihuahua
El pasado 20 de junio, a las 13 horas, un hombre armado de nombre José Noriel Portillo alías "El Chueco” y vinculado a la delincuencia organizada irrumpió en el templo católico de San Francisco Javier en Cerocahui, en la sierra Rarámuri, Chihuahua y mató a tres personas, dos de ellas sacerdotes jesuitas y a un laico (Pedro Palma) que entró a refugiarse a la misión jesuita.
Los sacerdotes jesuitas asesinados eran Javier Campos, "el Gallo" -de cariño- y Joaquín César Mora "El Morita" fueron abatidos sólo por el hecho de estar cumpliendo con su deber de ayudar espiritualmente a un cristiano que buscó refugio.
Luego los tres cuerpos fueron extraídos del lugar -hecho que causó indignación en la comunidad jesuita-y localizados y recuperador dos días después.
La Provincial de los Jesuitas de México condenó el crimen cometido en contra de los sacerdotes en Chihuahua y exigió un alto a la violencia en el país.
“¡Cuántos asesinatos en México!”, expresó el papa Francisco al final de una de sus audiencias generales en la Plaza de San Pedro, Roma, Italia, y emitió un tuit en varios idiomas.
“Estoy cerca con afecto y oración a la comunidad católica afectada por esta tragedia. Una vez más, repito que la violencia no resuelve los problemas, sino que aumenta el sufrimiento innecesario”, dijo el papa.
Un pleito por un partido de béisbol habría sido el detonante para que José Noriel Portillo Gil, “El Chueco”, asesinara al guía de turistas y a los sacerdotes jesuitas.
De acuerdo con el fiscal de Chihuahua Roberto Fierro Duarte, el equipo de béisbol patrocinado por “El Chueco” perdió el partido, lo que generó una disputa con el otro equipo en el que contendían los hermanos Paul Osvaldo y Armando Berrelleza Rábago, por lo que acudió a su domicilio y disparó contra Paul y secuestró a Armando para después prender fuego a la vivienda.
Tras lo sucedido, los hermanos Berrelleza Rábago fueron localizados, casi tres semanas después de reportarse su secuestro cometido por José “N” alias “El Chueco”.
Párroco golpeado en Michoacán
Luego de ser golpeado por un sujeto, al que llamó sicario, el sacerdote católico Mateo Calvillo Paz acusó que el gobierno federal protege a los criminales y deja en la indefensión a la ciudadanía.
En entrevista para La Silla Rota, el religioso y comunicólogo explicó la agresión que sufrió el pasado 29 de junio en el municipio de Queréndaro, Michoacán
Explicó que mientras viajaba en su vehículo y venía de visitar a un enfermo con cáncer de la región Oriente, un automovilista lo rebasó y se bajó de su vehículo.
"yo traía la ventanilla abierta, abre la puerta de mi auto y me empieza a golpear el sicario, que solo me decía incongruencias", comentó.
“Yo calculo que la golpiza duró como unos tres minutos. El hombre me destrozó la cara. Me provocó una fuerte hemorragia y me fracturó la nariz", detalló el sacerdote.
Acusó que mientras el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador protege a los narcos y criminales, la ciudadanía está en la indefensión.