OAXACA. - Crispín Reyes Pablo, defensor comunitario de derechos humanos de la zona indígena mixe en Oaxaca, fue asesinado este jueves, confirmó y condenó el Centro de Derechos Humanos y Asesoría a Pueblos Indígenas (Cedhapi).
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El crimen se perpetró mediante un ataque con arma de fuego cuando Reyes Pablo se encontraba trabajando en su parcela en San Juan Juquila Mixes, en la Sierra Norte de Oaxaca, informó Excélsior.
El Cedhapi demandó a la Fiscalía General del Estado (FGE) investigar y castigar a los responsables del homicidio.
El asesinato de Crispín Reyes es el número 15 de un activista o persona defensora de derechos humanos en el país en lo que va del 2022. A saber, este año se ha acabado con la vida de: Ana Luisa Garduño Juárez y Francisco Vázquez en Morelos; Verónica Patricia Guerrero Vinueza, en Jalisco; José Trinidad Baldenegro, en Chihuahua; Iván Merino Flores, en Oaxaca; Patricia Susana Rivera Reyes, en Baja California; Juana Ovando, en Veracruz; Lorena Chantzin y Marcos Campos, en Guerrero; Teófilo Barrera, Marcelo Carrera y Cecilia Monzón, en Puebla; Joaquín Mora Salazar y Javier Campos Morales en Chihuahua; y ahora Crispín Reyes también en Oaxaca.
¿QUIÉN FUE CRISPÍN REYES PABLO?
El activista, de 60 años de edad, era representante de 128 familias desplazadas de la comunidad de Guadalupe Victoria, municipio de San Juan Juquila Mixes.
(Especial)
El Cedhapi urgió a las autoridades a brindar protección y apoyo humanitario a estas familias, conformadas por alrededor de 527 personas, quienes se encuentran en una “situación infrahumana, mujeres, niños y ancianos, sin contar con apoyo de salud, vivienda, alimentación y educación”.
En enero de 2017, Reyes Pablo defendió a las familias desplazadas en forma violenta, de la comunidad de Guadalupe Victoria, por un grupo de personas armadas, al parecer respaldadas por autoridades municipales de San Pedro Ocotepec, recordó el Centro de Derechos Humanos y Asesoría a Pueblos Indígenas.
El activista les consiguió un albergue temporal en San Juan Juquila Mixes, y posteriormente hizo posible que algunos encontraran refugio con amistades o familiares.
No obstante, las familias continúan en calidad de desplazadas, privados de sus derechos y en demanda de justicia.
(djh)