Antes de asesinar a los sacerdotes jesuitas Javier Campos Morales y Joaquín Mora Salazar en la comunidad de Cerocahui, en el municipio Urique, en la Sierra Rarámuri, Chihuahua, los hombres armados secuestraron a cinco personas, entre las que se encontraba un civil al que mataron junto a los religiosos, informó la gobernadora de Chihuahua, María Eugenia Campos.
{"quote":"Estamos coordinando todos los esfuerzos para dar con los responsables, hacer justicia y asegurar las comunidades de la región"}
La mañana del lunes, “se reportó a la línea de emergencia 911, la privación de la libertad de dos hombres identificados como Paul Osvaldo B. y Armando B.; así como de una mujer y un menor de edad”, indicó en un comunicado Eugenia Campos.
Condenó lo ocurrido y expresó que “nos duele profundamente las pérdidas causadas por el ataque, tanto de un civil como de dos hermanos jesuitas (congregación que siempre ha realizado una labor humanitaria en nuestro estado)”.
Detalló que, de acuerdo con las primeras entrevistas, pasadas las 13:00 horas de ayer lunes, fue privado de la libertad el guía de turistas, Pedro Eliodoro P. G. y llevado a un templo de la misma comunidad, “donde fue privado de la vida junto con los sacerdotes Javier Campos Morales y Joaquín Mora Salazar -cuyos cuerpos fueron extraídos del lugar-”.
El Gabinete de Seguridad Nacional y la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), mediante un comunicado, condenaron los hechos ocurridos en Cerocahui e informaron que “ya está identificado el responsable de los crímenes y se continúa con la investigación para dar con su paradero y no permitir la impunidad”.
“La tarde de ayer fueron activados los mecanismos de coordinación entre fuerzas estatales y federales para brindar seguridad a los pobladores de la comunidad de Cerocahui”, informó.
Y aseguró que se ha mantenido al tanto de la investigación y el operativo de la zona.
Según fuentes extraoficiales, detrás de este hecho delictivo que ha conmocionado a la comunidad religiosa se encuentra el líder criminal José Noriel Portillo Gil “El Chueco”, quien se habría llevado los cuerpos de los sacerdotes de la escena el crimen.
Los dos sacerdotes fueron asesinados al interior del templo tras intentar proteger a una persona que era perseguida por “El Chueco” y sus sicarios y que también fue asesinado.
(LSN)