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POBREZA

Coser balones, así se sobrevive en el municipio más pobre del país

Desde niños, quienes ahora son adultos se dedicaban a coser balones; lamentan que siga siendo una actividad mal pagada

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Escrito en ESTADOS el

La actual crisis, que acumuló el impacto de la pandemia a un magro crecimiento en los años previos, ha arrojado de su empleo o la forma de sustento a millones de personas en México. "Los sobrevivientes" es una serie no periódica de trabajos con los que La Silla Rota busca contar a fondo las historias de familias que han visto desplomarse su nivel y modo de vida y cómo encaran la adversidad. Las historias publicadas desde 2020 fueron merecedoras del Premio a la Excelencia Periodística, en la categoría de cobertura noticiosa que otorga la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP).

SAN SIMÓN ZAHUATLÁN.- Algunas cosas han cambiado, sí, a través del tiempo ha habido mejoras en el municipio más pobre del país, pero el que la juventud tenga oportunidades de estudiar una carrera profesional sigue siendo un sueño, la mayoría de las veces imposible de realizar para los habitantes de este municipio de Oaxaca.

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Ricardo Cruz Ramírez es originario de esta comunidad, ubicada en la región Mixteca de Oaxaca, que -de acuerdo con datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) 2020- es el municipio con mayor pobreza en el país.

A sus 33 años de edad, confiesa lo difícil que es para él, hasta la fecha, no haber podido culminar una carrera profesional por falta de oportunidades.

En pobreza, 99.7 por ciento de habitantes de Zahuatlán, de acuerdo al CONEVAL. Fotos NATHALIE GÓMEZ

COSER BALONES Y OTRAS LABORES

Su niñez en la comunidad consistía en levantarse a las 6:00 de la mañana, agarrar sus cubetas e ir con sus hermanos al río a bañarse y por el agua que se iba a ocupar en la casa.

Saliendo de la escuela llegaba a coser balones (lo que hasta la fecha hace la mayoría de la población para obtener ingresos), comía y las noches eran para hacer tarea.

Tenía unos nueve años cuando su papá, José Vidal Cruz Loyola, que sostenía una familia integrada por su esposa y 12 hijos, le enseñó a coser balones.

Como éramos una familia numerosa, pues demandábamos más comida, más productos básicos para sobrevivir. Mi papá, cuatro de mis hermanos y yo cosíamos los balones

Como es hasta en la actualidad, cada ocho días, la familia entregaba los balones trabajados, que en aquel entonces les pagaban a 9 o 10 pesos cada uno.

Hoy en día se los pagan entre 13 y 15 pesos, en promedio, por lo que lamenta que después de tantos años esta labor siga siendo tan mal pagada.

Lo malo es que los precios de todas las cosas suben, pero no los ingresos por el trabajo realizado”, lamenta

 

Coser balones, la principal actividad del municipio más pobre del país

SUEÑOS TRUNCADOS

Ricardo realizó esta actividad hasta que culminó la secundaria. Dice con nostalgia que, con el apoyo de su familia, intentó estudiar una carrera y, para eso, tuvo que salir de su comunidad porque en Zahuatlán sólo hay educación básica y, ahora, media superior o bachillerato.

Se mudó a Huajuapan de León, en aquel entonces a más de dos horas y media de su comunidad en camino de terracería, que este 2022 está en mejores condiciones gracias al Programa de Pavimentación de Caminos a Cabeceras Municipales que impulsa el gobierno federal y por el que se emplean personas de las comunidades aledañas, ganando mil 200 pesos semanales.

Ingresó al Seminario Conciliar San Rafael Arcángel, culminando la educación de bachillerato, pero quedando inconclusa la educación superior.

Ya no aguantamos, económicamente hablando, porque había que pagar las colegiaturas, los libros, las rentas, la alimentación, ya no me fue posible continuar, pero de que había ganas, había muchas ganas de terminar la carrera”, dice con tristeza

De los 12 hermanos, sólo tres lograron terminar una carrera por mérito propio.

“Aunque quisiera mi padre ayudarnos, no tuvo la posibilidad, sólo mis hermanas estudiaban y trabajaban y así lograron culminar sus estudios”, explica.

Tener profesionistas de la comunidad, un sueño para sus habitantes

SIN PROFESIONISTAS

“Aquí no hay un niño que salga de maestro, doctor o algo, los chamacos ya saben que terminando el bachillerato se van… pero a buscar su trabajo”, confirma Félix Pablo de Jesús Martínez, síndico municipal de San Simón Zahuatlán.

La autoridad detalla que cada uno de los 13 barrios de la comunidad tiene un kínder y su primaria, y en el centro también hay telesecundaria y bachillerato.

Si alguien quiere estudiar la universidad se tiene que ir a Huajuapan, pero las condiciones económicas se los impiden. “La mayoría se va a trabajar, por eso no hay profesionistas”.

Ricardo Cruz se casó con Jenny Flores Vidal, con quien tuvo dos hijos, y con quien regresó a Zahuatlán.

Ella también se quedó con el sueño de estudiar belleza. Hoy considera que para hacerlo no importa la edad, así que no descarta la posibilidad de lograrlo. “Si en mis tiempos no pude, creo que ahorita puedo hacerlo”.

Espera que alguna instancia voltee la mirada a Zahuatlán y pueda acercar cursos o talleres que fortalezcan otros oficios y permitan que las mujeres lleven recursos a sus hogares.

Jeny considera que eso sería un gran ejemplo para su familia. “Yo quiero que mis hijos sigan estudiando, que no se queden como nosotros, rezagados, por eso los estamos impulsando desde ahorita, a sus 7 y 9 años de edad”.

Ella también elabora artesanías con yuja, la hoja de ocote o pino, lo que le enseñó a hacer su mamá, Alicia Vidal.

 

Aprendí a los 15 años, ella me enseñó a hacer canastas, ya de ahí yo hice alhajeros, tortilleros, otras cosas que fui sacando de mi creatividad ya con las bases, que es lo más difícil

 

Esta actividad les ha dado la oportunidad de sostener a sus hijos entre ambos, pues también le enseñó a Ricardo a hacerlas.

MEJOR MORIR DE HAMBRE EN LA COMUNIDAD

El matrimonio recuerda con nostalgia que en algún momento intentó radicar en Huajuapan, “en busca de una vida mejor para nuestros hijos, diferente a la que tuvimos”. Pero enfrentaron muchas dificultades.

Nos explotaban mucho, mi esposa trabajó haciendo tortillas y le aventaban 60 o 70 (pesos) por hacer tortillas todo el día, eso no alcanza para nada

A él le pagaban mil 600 pesos a la quincena por trabajar de guardia en un hospital, pero debían pagar una renta de 800 pesos al mes y los gastos diarios. Reconocen que pasaron hambre.

“Pensamos, en lugar de estar muriéndonos de hambre acá, mejor nos morimos de hambre en nuestra comunidad y fue como nos regresamos a Zahuatlán después de poco más de tres años”.

Actualmente se dedican a la siembra de maíz, frijol y calabaza, pero de temporal porque es una zona mayormente seca. “Quisiéramos implementar sistemas de riego, pero es imposible porque no hay agua”, comparte Cruz Ramírez.

También cosen balones, tejen sombreros de palma y elaboran las artesanías de yuja. “Le buscamos porque no hay dinero que alcance”.

Por los sombreros les pagan 10 pesos en promedio, pero tienen que irlos a vender a Huajuapan de León una vez que reúnen una cantidad que valga la pena, ya que de pasaje pagan 140 pesos la ida y vuelta. En febrero pasado aumentó el pasaje.

Los balones regulares se los pagan en 10 pesos, los de piezas chicas en 14 y los de las piezas más pequeñas en 20.

Trabajan para una empresa de la Ciudad de México, que acude a Huajuapan de León, y les deja con sus paisanos de Zahuatlán los balones que se tienen que coser en una semana; se lleva y paga los que ya trabajaron, por ello ganan unos 200 pesos a la semana.

EJEMPLO DE ORGANIZACIÓN

San Simón Zahuatlán significa “entre los sarnosos”, su nombre proviene de “Zahutl”, que significa “sarna”, y “Tlan”, que se refiere a “junto a” o “entre”. También se le conoce como “Planta que jala agua”.

Prácticamente toda su población habla la lengua Mixteca, alrededor del 70 por ciento también habla el castellano.

San Simón Zahuatlán, actualmente, el municipio más pobre del país

Ricardo habla Mixteco, Yeni, originaria de la comunidad vecina de Santa Cruz Cerro de Agua, habla Náhuatl, ambos le están enseñando a sus hijos a hablar sus lenguas. Por ello es que tienen escuelas bilingües en Zahuatlán.

Una de ellas es la escuela primaria bilingüe “Lic. Eduardo Vasconcelos” que, desde que inició la pandemia por la covid-19, tuvo unos días de confinamiento, sólo mientras se reorganizaban, y de ahí retomó actividades que no han sido suspendidas y en las que hay un gran compromiso de padres y madres de familia para el cuidado de la salud.

La primaria del centro de Zahuatlán ha sido un ejemplo de organización comunitaria

La escuela integró sus comités y con ellos implementa tres filtros sanitarios, uno es en la casa, el segundo es en la entrada de la escuela y el tercero en el salón de clases.

Los comités apoyan para, entre clases, sacar a los niños del salón para que se laven las manos y continúen sus actividades.

En esta primaria estudian los dos hijos de Yeni y Ricardo, y ambos están agradecidos con la sección 59 por el compromiso para con la niñez de Zahuatlán.

Vienen a clases tres veces por semana y eso es ya bastante. Mi niña ya aprendió a leer, hay entusiasmo por aprender y se ven sus avances”, destacó Yeni

Él dijo que, si se hace un comparativo con otras escuelas que no tienen clases, además de que han sido vandalizadas sus instalaciones, se ha tenido un rezago en su educación y se ve a los niños y jóvenes haciendo otras actividades que nada tienen que ver con su formación.

El Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO) visitó la escuela de más de 600 estudiantes y la felicitó por todos los protocolos implementados, gracias a los cuales no ha habido ningún contagio ni en personal docente, de una plantilla de alrededor de 30, ni en el alumnado, consciente de que la enfermedad no se irá pronto.

Con el apoyo de las familias, también implementan el Operativo Mochila un día a la semana.

ENCABEZANDO ESTADÍSTICAS

San Simón Zahuatlán ha estado dentro de los primeros lugares en mayor pobreza a nivel nacional, no sólo en los estudios realizados en 2020 y dados a conocer a inicios de este año. Ocupó el sexto lugar en 2010 y el décimo en 2015, de acuerdo al CONEVAL.

En pobreza, 99.7 por ciento de habitantes de Zahuatlán, de acuerdo al CONEVAL

“Hace años ya ocupó el primer lugar a nivel nacional, pero de nada ha valido que volteen a ver este lugar solamente cuando se dan a conocer las estadísticas, porque salimos en los medios y de ahí no pasa nada”, condenan las autoridades del lugar.

CONEVAL dio a conocer los cinco municipios que se han mantenido en el grupo de mayor porcentaje de población en situación de pobreza en la década de 2010-2020.

Ellos fueron: “Aldama, Chanal, Chalchihuitán y San Juan Cancuc, en Chiapas; así como San Simón Zahuatlán en Oaxaca, los cuales son municipios indígenas y su población en situación de pobreza ha representado porcentajes superiores al 98%”.

De acuerdo con el “Informe anual sobre la situación de pobreza y rezago social” del CONEVAL, San Simón Zahuatlán ocupa el primer lugar en pobreza porque tiene 4 mil 925 personas viviendo en esta condición, lo que representa el 99.7 por ciento de su población.

El segundo lugar a nivel nacional lo ocupa Cochoapa El Grande, en Guerrero, con 21 mil 844 habitantes en pobreza, 99.4 por ciento de su población.

Coicoyán de las Flores, ubicado también en esta región Mixteca de Oaxaca, se encuentra en tercer lugar con 9 mil 500 personas en situación de pobreza, el 99.3 por ciento de sus habitantes.

Una persona se encuentra en situación de pobreza “cuando no tiene garantizado el ejercicio de al menos uno de sus derechos para el desarrollo social, y si sus ingresos son insuficientes para adquirir los bienes y servicios que requiere para satisfacer sus necesidades alimentarias y no alimentarias”.

Hay progreso, aunque no como uno quisiera. Antes no teníamos agua potable, ahora unos ya. No conocíamos las calles pavimentadas, ahora ya tenemos unas en el pueblo, pero en lugares estratégicos y sabemos que es por cuestiones políticas”, comparte Ricardo Cruz

 

Además de una universidad, otra necesidad que considera básica es la atención en la clínica de salud los fines de semana, que haya medicamentos suficientes, que se abra un mercado en el que puedan comprar y vender sus productos.

 

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