TIJUANA.- “El Güero” salió de Ciudad de México con la intención de cruzar ilegalmente a Estados Unidos, pero hoy deambula sin hogar en las calles de Tijuana, durmiendo donde le cae la noche y sobreviviendo mayormente de la caridad.
“Traté de cruzar, pero no pude porque porque no tenía cómo llegar. Transporte”, es toda la explicación que el hombre de 56 años de edad da a su desventura.
Está sentado en una banqueta de Zona Centro frente al Desayunador Salesiano “Padre Chava”, organización civil que ofrece albergue a migrantes y diariamente alimenta a decenas de hombres y mujeres como él, que tiene seis años en condición de calle.
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“Hemos estado viviendo en los puentes porque la policía nos corre pa´llá”. Entonces hacemos un `ñonguito´, algo dónde dormir”, cuenta. Los "ñongos" son refugios improvisados con trozos de madera, cobijas o cualquier otro desecho; algunas personas han buscado refugio en el sistema de alcantarillado y otras en la encementada canalización del río, poniendo su vida en riesgo durante la temporada de lluvias.
El gobierno de Tijuana calcula que en la ciudad hay más de mil personas sin un techo, como “El Güero”, pero el número varía y el Ayuntamiento tiene al menos desde septiembre de este año anunciando la elaboración de un nuevo censo que no llega.
"Ese censo lleva muchísimo tiempo. necesitamos unos 15, 20 días, porque también es riesgoso el tema ya que hay muchísimas personas que pueden ser violentas con nuestros servidores públicos", comentó en octubre pasado la alcaldesa Montserrat Caballero.
Los cálculos que hoy existen sobre la dimensión de esta comunidad vienen de gobiernos anteriores; el fenómeno, formado en parte por migrantes que terminaron en esta frontera sin dinero y sin documentos, tiene más de una década.
Comerciantes se quejan de su presencia en la zona turística, policías que los llaman despectivamente “chiviricos” los arrestan con frecuencia por faltas administrativas, y derechos humanos sostiene que urge un programa integral para atenderlos
Se les ve normalmente en las calles de Zona Centro y en la canalización del río Tijuana, el brazo de agua que llega a suelo norteamericano entrando por un costado de la garita El Chaparral, la puerta de acceso a México desde San Ysidro, California.
El paso de los años, con la falta de una verdadera solución más allá de los arrestos diarios para retirarlos de las calles, ha dejado múltiples denuncias por abusos policiales.
También ha provocado que algunas personas en condición de calle busquen nuevos sitios para pasar desapercibidos, incluso cavando la tierra en los costados de la canalización.
“Tratamos, pero de allí nos sacan. Te llegan quemando, echando fuego. Aparte de que nos llevan, incendian y tenemos propiedades, cosas”, dice el originario de Ciudad de México.
EL CENSO Y EL BORDO
La alcaldesa de Tijuana, Montserrat Caballero Ramírez, afirma que el nuevo censo servirá para conocer las necesidades exactas de las personas sin hogar.
“Primero saber cuántas personas hay allí, después saber quiénes tienen problemas de adicción; quiénes no; quiénes quieren regresar a su lugar de origen; quiénes quieren quedarse a la vida en Tijuana, y también quiénes tienen problemas mentales”, comentó.
La Asociación de Comerciantes del Centro Histórico, que tiene como corazón a la turística avenida Revolución, afirma que hace tiempo han planteado la necesidad de un centro psiquiátrico en Tijuana.
Guillermo Díaz, su presidente, insistió en esto luego de una reunión abierta con la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Baja California (CEDH), para hablar sobre la presencia de las personas sin hogar en el primer cuadro de la ciudad.
“Siempre hemos hablado con las autoridades y se plantean estudios que se están haciendo, pero no llegamos al fin (...) Como todos los ciudadanos que merecen atención, y tienen derechos, el estado en este caso es el que debe crear estos centros”, dijo el líder de los comerciantes.
El consumo de drogas, principalmente heroína y “cristal”, igual que la salud mental, son dos de las características más notorias de la población sin hogar que frecuenta “el bordo”, como es conocida la canalización del río donde el narcomenudeo también es una constante.
“Ya hay zonas donde, por dicho de la propia autoridad, hay organizaciones criminales que están luchando”, dijo el presidente de la CEDH, Miguel Mora Marrufo, en la conferencia de prensa posterior a la plática con comerciantes.
A los comerciantes también les preocupa que los agujeros en la canalización del río y los hundimientos en las vialidades que corren junto a la obra hidráulica, provocados por fogatas que encienden personas sin hogar dentro del alcantarillado, ocasionen una tragedia.
RECOMENDACIÓN NO ATENDIDA
“El Güero” no da su nombre para evitar represalias de la policía porque asegura, igual que otras personas sin techo, que los uniformados les roban lo que reúnen vendiendo dulces, reciclando, limpiando parabrisas o pidiendo dádivas.
Cuenta que la última vez que lo detuvieron, un juez lo envió 36 horas a la Estancia Municipal de Infractores (EMI), pero antes los policías le vaciaron los bolsillos.
“Me quitaron dinero, 450 pesos de cambio, puras monedas que había colectado desde dos días vendiendo chocolates, paletas”, acusó.
Hace cinco años la CEDH emitió la Recomendación General 1-2017 y advirtió que la criminalización de las personas en situación de calle es “uno de los obstáculos principales para el desarrollo de políticas públicas” que permitan atender el fenómeno.
Esta vez Mora Marrufo sugirió además que el tratamiento contra las adicciones en centros de rehabilitación no sea obligatorio, como ocurrió durante operativos de años anteriores, porque está comprobado que no es la solución, como tampoco resuelven nada “las detenciones masivas”.
“Es también un problema en materia de seguridad pública, pero no debe ser una estrategia en que vaya la policía por delante”, enfatizó el presidente de la CEDH en el estado Pero esa es la única respuesta gubernamental que ha habido hasta ahora.
El pasado 13 de octubre la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana Municipal (SSPCM), anunció que reforzaría la seguridad en la canalización.
Luego de un par de meses el saldo fue de 349 arrestos por faltas administrativas, la detención de un hombre armado y el enfrentamiento con un supuesto vendedor de drogas que terminó abatido por la policía.
“El hombre arrojó piedras al oficial y luego sacó un desarmador con el que lesionó al uniformado en el pecho, por lo que al ver en peligro su vida accionó su arma de cargo contra el presunto narcomenudista, quien perdió la vida”, dijo el gobierno de la ciudad en un comunicado de prensa. Aún así “El Güero” niega que "El Bordo" sea un lugar peligroso.
“No creo, eso es mentira. Siempre quieren decir cosas que no son”, respondió.
Sin embargo, eventos como el asesinato de Kevin Yael, el adolescente encontrado en una de las compuertas de la canalización en septiembre, y algunos otros asesinatos recientes con arma de fuego, han mostrado un nuevo nivel de violencia en la zona.
"Tengamos en cuenta que la vigilancia de todo el canal corresponde a Conagua, y allí quisiéramos que nos ayudara porque Conagua tiene un partida para patrullaje, la policía hidráulica", pidió la alcaldesa Caballero Ramírez.
En cambio si “El Güero” pudiera pedirle algo a las autoridades, lo primero sería un alto a las agresiones, lo segundo atención médica para las personas sin hogar, y luego un sitio en el que puedan pasar las noches cuando no encuentren dónde dormir.
En esto coincide la CEDH, quien dice que un refugio temporal permitiría también la concentración de programas de gobierno que den salida a las necesidades de esta población.
“Si alguna fundación, alguien nos podría ayudar regalándonos un terreno donde podamos estar mejor. Porque pues, sin dinero ¿Dónde podemos estar?”, pregunta “El Güero”
(djh)