TUXTLA GUTIÉRREZ.- “Un día de este año me tocó estar en un retén de inspección en esta ciudad capital, entonces detuve una camioneta con vidrios polarizados, un sujeto baja un poco su cristal y observo que llevaba como cuatro o cinco ‘cuernos de chivo’ (fúsiles de asalto AK-47); solo le dije: ‘puede usted seguir, jefe’”.
Esta versión fue contada por “Pedro” (nombre ficticio para proteger la identidad del policía estatal entrevistado por La Silla Rota), quien aseguró que, luego de “hacerse de la vista gorda”, el hombre le intentó dar 500 pesos como “regalo”, pero él no lo aceptó.
Según su testimonio, si hubiera recibido ese billete, de seguro después lo vincularían no solo con ese sujeto armado, sino con el grupo delincuencial para el que trabaja. “Por ello no se lo recibí, mejor así, con mi sueldo, aunque no sea mucho”, argumenta el también padre de familia.
Te podría interesar
No obstante, confesó que no le hacen entre a ese tipo de personas o situaciones porque carecen de armas o, si las tienen, solo cuentan con máximo un cartucho, lo que los deja vulnerables. “Mejor que se vayan, porque no me voy a arriesgar a que me disparen; todos estamos vulnerables”, reitera.
INSUFICIENTE MATERIAL HUMANO
“Pedro” es uno de los 7,017 trabajadores que componen las instituciones de seguridad pública estatal (es decir 0.7 policías por cada mil habitantes), según datos del Censo Nacional de Seguridad Pública estatal de este año que elaboró el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi).
Te podría interesar
Con base en una encuesta efectuada en el 2019 (presentada en 2020) por la organización nacional “Causa en Común”, Chiapas aparecía como uno de los 5 estados del país cuyos policías recibían los sueldos más bajos: poco más de 8 mil 600 pesos mensuales, cuando en otras entidades alcanzaban o superaban los 18 mil pesos por el mismo lapso.
En información más reciente, la mencionada organización evidenció que, de los 349 policías asesinados en México en lo que va de este 2022, la geografía chiapaneca solo ha registrado un par de casos, lo que lo coloca como uno de los estados con las tasas más bajas en ese sentido.
Mientras que las más “golpeadas” son: Zacatecas (46), Guanajuato (44), Guerrero (23), Michoacán (23) y Veracruz (22). En promedio, 1.15 policías fueron ejecutados cada día, advirtió.
Del 1 de diciembre de 2018 al 27 de octubre de este año, detalló, se han registrado, al menos, 1,764 policías acribillados en México. Mientras que, del 21 al 27 de octubre de 2022, sumaron al menos siete casos: Guanajuato (2), Oaxaca (2), Michoacán, Nuevo León e Hidalgo (uno en cada estado).
En cuanto a las agresiones y muertes en la entidad chiapaneca, la primera se trató de un policía estatal el pasado 3 de mayo luego de intervenir en una riña en el municipio de Ixhuatán; en ese evento también resultaron heridos dos agentes municipales.
De acuerdo con notas periodísticas que circularon en ese momento, los uniformados trataron de poner orden y arrestar a los seis involucrados en la gresca, sin embargo, uno de ellos le disparó a Ernesto, quien falleció poco después de ingresar al hospital.
El otro hecho se dio el pasado 21 de julio en la localidad de Villa Las Rosas, luego de que Francisco Javier cayera abatido en cumplimiento de una orden de aprehensión por el delito de homicidio en contra de un individuo de nombre Raymundo, quien se opuso a acatar esa orden y le disparó.
A pesar de que el oficial fue llevado al Hospital Básico Comunitario de Villa Las Rosas, no resistió y falleció.
El último hecho violento que se registró en Chiapas fue el pasado domingo 13 de noviembre, donde cuatro elementos policiacos resultaron lesionados por arma de fuego cuando acudieron a un enfrentamiento entre grupos civiles.
POSIBLES CAUSAS DE LA TÍMIDA RESPUESTA POLICIAL
Para Manuel Balcázar Villarreal, especialista en inteligencia y seguridad nacional, el que muchas veces las policías no se enfrenten a los criminales puede tener varias aristas, como el que un mando policial, ya sea del estado o de un municipio, les instruya a los elementos no exponerse para no ser agredidos.
Además, dijo, se da la disponibilidad de recursos, es decir armas y cartuchos, pues muchas veces las primeras están obsoletas, “o los cartuchos se los cuentan o hasta se los cobran, y hablo de manera general, no particularizando a ninguna policía”.
Sin embargo, dejó entrever que hay otro criterio: el administrativo en términos de inexistencia de recursos económicos para desplazamiento y patrullajes, es decir los elementos están concentrados en ciertos puntos como cuarteles o bases de operación, “y pues no realizan esos patrullajes”.
Algo similar se vivió durante la administración priísta de Enrique Peña Nieto, recordó, cuando las patrullas no salían porque no tenían combustible, “el dinero sí había, pero fue desviado, y por lo mismo no había presencia disuasiva, ni de otro tipo, y lo más seguro es que los policías resultaran agredidos cuando se topaban con los criminales”.
En entrevista por aparte, Gerardo González, investigador de El Colegio de la Frontera Sur (Ecosur) con sede en San Cristóbal de Las Casas, analizó que, casos como el del policía “Pedro”, son más comunes de lo que parecen no solo en Chiapas, sino en muchas partes del país.
“Ya no enfrentan desde hace tiempo… y agregamos a la Marina, al Ejército y ahora a la Guardia Nacional, en parte, por el tipo de armamento de los grupos delincuenciales”, aseveró.
Contó que, en una ocasión, un coronel del Ejército mexicano le dijo que los cárteles son más “canijos, tienen armamento pesado y no les da miedo usarlo; ‘los únicos que podemos enfrentarlos somos nosotros, los soldados, pues las policías están corrompidas por los mismos cárteles, por eso se hacen pato’, me advirtió”.
De nueva cuenta “Pedro”, policía estatal entrevistado de manera anónima, confesó que, de hecho, ni siquiera reciben uniformes nuevos, y cuando hay un acto protocolario, con la presencia del mismo gobernador, solo les prestan uno y después se los piden.
“Solo es pura pantalla, entonces así pues no. Además, gano como 4,300 pesos a la quincena, es muy poco como para arriesgar mi vida, y la de mi familia”.
Al respecto, Manuel Balcázar refirió que, ante todas las carencias que existen, es común ver cómo elementos no solo de las policías, sino de la misma Guardia Nacional son desarmados y hasta golpeados.
Comparó el que mientras los cárteles o grupos delincuenciales manejan convoyes con cuatro o seis camionetas, con sujetos con armas de alto poder, las policías solo hacen recorridos con una patrulla y tres o cuatro elementos, lo que los expone demasiado. “Por eso es entendible que no los quieran enfrentar”.
Lo que se tiene que hacer, dijo, es hacer patrullajes guiados por inteligencia, es decir tiene que haber un cambio en modelo de operación y mando policial en el que se acopie la información y se analice cuáles son los riesgos a los que se tienen que enfrentar, con los recursos que se tienen.
“Donde no lleguen porque los calibres son menores, porque tienen menos elementos, porque no hay cobertura territorial, o porque los vehículos no tienen gasolina o las características para ir a esas zonas, entonces pensaríamos que las mesas de seguridad para construir la paz, determinen quién va de los cuerpos (policiacos o de seguridad) a atender ciertos riesgos o grupos”.
rst