CHILPANCINGO.- Tras la masacre de 23 personas, San Miguel Totolapan amaneció entre neblina y llovizna. Las calles lucen con cientos de cartuchos percutidos y las fachadas con perforaciones producidas por las armas de asalto que utilizaron criminales para perpetrar tres ataques la tarde del miércoles.
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Una de las víctimas es Martín Crescencio Lozano, el paletero del pueblo. También era integrante del Movimiento por la Paz de San Miguel Totolapan, el que surgió en 2015 para enfrentar a Los Tequileros, una célula de Guerreros Unidos, el grupo criminal que actuó junto a policías y militares para desaparecer a los 43 normalistas de Ayotzinapa en Iguala.
Es la Tierra Caliente de Guerrero, pero la mañana de este jueves no amaneció con buen clima San Miguel Totolapan. Los lugareños sienten frio. Llovió toda la noche. Después del ataque de ayer, alrededor de la una de la tarde, la gente se encerró en sus casas, revela una crónica de José Miguel Sánchez, de Amapola.
La mañana de este jueves comenzaron a salir, varios de ellos curiosean frente al Ayuntamiento, se sorprenden de cómo quedó la fachada. Los hoyos que tiene al frente y a los costados son incontables.
Un habitante cuenta que el ataque al Ayuntamiento duró como media hora.
Todo estaba tranquilo en el zócalo, cuando alrededor de la una de la tarde escucharon las primeras ráfagas.
Un testigo cuenta que le tocó lo peor, iba atravesando el zócalo cuando del lado izquierdo, escuchó detonaciones y vio cómo se impactaban en el edificio.
Se tiró y se arrastró para quedar junto a una jardinera y protegerse. Cuando llegó hasta ahí vio que ahora disparaban del otro lado.
En ese momento se percató que al igual que él, un niño buscaba refugiarse, cuando el niño lo vio se tiró a su lado. Entonces se percató que no eran sólo dos hombres los que disparaban contra el Ayuntamiento, desde donde estaba, contó por lo menos a cinco.
“Pero no tiraban a la gente, tiraban al edificio, pero quienes estaban dentro del Ayuntamiento salieron corriendo, creo que ahí hubo cuatro o cinco heridos”.
Dice el testigo del ataque que cuando vio a todos esos hombres armados y que en ningún lado era seguro, corrió a buscar un mejor refugio, el menor no se movió de ahí por miedo.
Se supo después que ese niño fue una de las víctimas, tenía 14 años. Cuando comenzó el ataque, cruzaba el zócalo a bordo de su moto. Se bajó para refugiarse. Le tocaron cuatro tiros en la espalda. Lo hallaron boca abajo. Es Erick, estudiaba el primer año de preparatoria.
Cerca de las 11:30 de la mañana, unas 80 personas salieron de la casa de Martín Crescencio Lozano hacia el panteón para enterrarlo.
Martín Crescencio fue asesinado junto al alcalde Conrado Mendoza Almeda y su padre Juan Mendoza Acosta, quien también fue alcalde, ambos encabezaron el Movimiento por la Paz, quienes pelearon con Los Tequileros hasta expulsarlos. De hecho, la ciudadanía los hizo alcaldes, primero al padre y después al hijo, por liberarlos de Raybel Jacobo de Almonte, supuestamente el líder de ese grupo criminal, aunque el Movimiento por la Paz siempre afirmó que el jefe verdadero era el ex alcalde priista Saúl Beltrán Orozco.
EL LUGAR DEL ATAQUE
El alcalde, su padre, otros integrantes del Movimiento por la Paz, ahora, funcionarios del Ayuntamiento tenían una reunión, de acuerdo con la Fiscalía General del Estado (FGE), en el domicilio particular de Javier Domínguez Vicente, quien también fue asesinado.
Este domicilio particular, donde supuestamente se reunían el alcalde y ex integrantes del Movimiento por la Paz, está ubicado a unos 300 metros del Ayuntamiento.
Es un lugar donde funciona o funcionaba un lavado de autos. El ataque fue varios metros adentro de la propiedad. Prácticamente los cercaron. Se nota que los tomaron por sorpresa.
En San Miguel Totolapan hasta la una de la tarde de este jueves habían sepultado ya a cinco víctimas, entre ellas, Juan Crescencio y el niño Erick Contreras.
Los cadáveres del alcalde y el de su padre están en Iguala, los trasladaron allá para la necropsia de ley, y aún no los regresan, pero la familia espera velarlos esta misma tarde y sepultarlos mañana.
LA RETROEXCAVADORA
En total, a mediodía de este jueves, debido a que en el pueblo no hay suficientes sepultureros para cavar tantas fosas en un mismo día, una retroexcavadora abrió 17 hoyos profundos al fondo del panteón.
A ese lugar, de uno en uno, llevan a las víctimas para su entierro.
Los peritos de la FGE llegaron hasta apenas este jueves a la cabecera de San Miguel Totolapan, alrededor de las 11:30 horas, para realizar las diligencias, pero los habitantes, sin tener más opción, ya se habían encargado de los cadáveres.
Hasta ahora, la Fiscalía sólo ha confirmado 20 víctimas de los hechos de ayer, pero en esta cabecera municipal se han documentado 23: tres sepultados ayer, los 17 hoyos abiertos hoy para el mismo número de víctimas, el alcalde y su padre de quienes sus cadáveres siguen en diligencias, y una víctima más sepultada en la comunidad de Valle Luz.
En la cabecera hay marinos, soldados y elementos de la Policía Estatal, pero su presencia no resarce los hechos ni calma el miedo, porque los habitantes siguen resguardados desde ayer en sus casas.
Se buscó a algún integrante del Movimiento por la Paz para ser entrevistado, pues, en otros momentos se organizaban para resguardar a la población cada que había un ataque.
La casa en la que operaba este movimiento, ahora es un domicilio particular.
–¿Disculpe, a dónde podemos ver a un integrante del Movimiento por la Paz para que nos cuente qué fue lo que pasó?, –se preguntó a un vecino de San Miguel.
–En el panteón. Ya todos están muertos, –contestó serio.
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