CD. VICTORIA.- Con un vaso de café en la mano, Edson Chávez, migrante guatemalteco de 23 años cuenta: “Sí, ya sabemos los peligros que se corren. Mataron y quemaron a 16 de los nuestros, pero ni modo estos son los riesgos que debemos correr los pobres, no tenemos otra opción más que padecer calor, lluvia, largas caminatas, extorsión, robos, humillaciones y hasta la muerte para llegar a Estados Unidos, para tener un buen trabajo, un mejor salario”.
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A un año de la tragedia en la que fueron encontrados calcinados 19 cuerpos, 16 de ellos migrantes guatemaltecos, en Camargo, Tamaulipas, quienes fueron asesinados e incinerado por elementos de la Policía Estatal y por órdenes de la delincuencia organizada, estos siguen llegando a la frontera norte, a cruzar esa zona en pos del sueño americano.
Debido a que es un área poco vigilada tanto del lado mexicano como estadounidense y existen veredas, escondrijos, el nivel del río Bravo es más fácil cruzar de manera ilegal hacia los Estados Unidos, los migrantes siguen siendo llevados por “los polleros” a esa zona, en donde Camargo los municipios vecinos de Miguel Alemán, Mier y Díaz Ordaz son teatro de guerra entre los Cárteles del Golfo y Del Noreste.
(De los restos humanos, al menos 15 de ellos se encontraban en la cajuela de uno de las unidades. Cuartoscuro)
Como otros tantos hondureños y salvadoreños, Edson se arriesga a caminar por veredas, durante la noche, en medio de las bajas temperaturas que se registran durante estos días.
Para Edson y Gabriel López, también guatemalteco, es lo mismo quedarse allá que correr todos estos riesgos y sufrimientos. “Allá vamos seguir padeciendo explotación, pobreza, nunca vamos a poder vivir mejor, darles educación, la vida, que queremos para nuestros hijos, ni siquiera el juguete con que sueñan”.
SU PASADO EN GUATEMALA
Edson, es originario de Las Flores, departamento de El Peten: “Allá trabaja de guía en la zona maya. Se me la historia de los mayas en Guatemala y en México, las zonas arqueológicas las conozco también en México. Pero vivía de las propinas que me daban los turistas, en algunos restaurantes me regalaban comida porque les llevara turistas o alguna propina. Llevando turistas aprendí algo de inglés”.
Da una mordida a la pieza de pan y un sorbo al café que le ofrecen los militares que los detuvieron en un punto de revisión cerca de Reynosa,: “Eso de andar de guía si me gustaba conocía gente, aprendí algo de inglés pero no se gana lo suficiente solo propinas. Me fui a la capital y me metí de albañil, pintor allá a veces había trabajo a veces. Pero siempre mal pagado y trabajar hasta 10 horas”.
“Por eso ni modo hay que correr estos y otros riesgos si queremos vivir mejor darle algo más a la familia”.
EL HALLAZGO DE LOS CUERPOS
En las inmediaciones del ejido Santa Anita, municipio de Camargo, Tamaulipas, hay un montón de piedras que sostienen una cruz, es el punto en donde fue encontrada la camioneta con los 19 cuerpos ejecutados y calcinados, 16 de ellos guatemaltecos y dos mexicanos, un cuerpo nunca fue identificado. Por ese lugar siguen pasando los migrantes.
Por este hecho fueron detenidos 12 elementos de la Policía Estatal acusados de los delitos de homicidio doloso, abuso de autoridad, desempeño de funciones administrativas y falsedad en informes dados a la autoridad. Los policías acusados, 11 hombres y una mujer, son Mayra Elizabeth “V”, Jorge Alfredo “C”, Williams “F”, Édgar Manuel “A”, Horacio “R”, Carlos “R”, Jorge “C”, José Luis “L”, Héctor Javier “A”, Christian Eduardo “G”, Ismael “V” y Horacio “Q”.
Además, fueron detenidos personal del Instituto Nacional de Migración en Nuevo León, presuntamente también implicado en los hechos.
Los cuerpos de Adán Coronado Marroquín, Édgar López y Ribaldo Danilo Jiménez Ramírez fueron los primeros en ser identificados por Servicios Periciales de la Fiscalía General de Justicia de Tamaulipas, el proceso de identificación de las víctimas fue largo ya que se debieron de tomar muestras de ADN a los familiares en Guatemala y ser enviadas a la ciudad de Reynosa en donde se encontraban los cuerpos para su procesamiento.
La madrugada del 12 de marzo a bordo de un avión fueron enviados los cuerpos de los 16 migrantes guatemaltecos.
Entre el monte, en los caminos se siguen encontrando cuerpos de personas ejecutadas, camionetas quemadas abandonadas, la guerra entre el Cartel del Noreste y Cartel del Golfo por el control de la zona de tráfico de drogas y migrantes continua.
“TENEMOS QUE JUNTAR DINERO PERO LOS COYOTES NOS ROBAN”
Gabriel López, tiene 24 años y estudió electricidad, comentó: “Lo que son las cosas para poder venirnos, para trabajar tenemos que juntar dinero para el viaje. Luego nos roban los coyotes, no nos dan lo que ofrecen y nos maltratan si se enojan nos entregan a los militares a los de Migración”.
“La mayoría de los guatemaltecos tenemos familiares en Estados Unidos, muchos, muchos miles se han ido para allá a trabajar. También allá sufre el trabajo es mucho pesado pero se gana mejor y hasta se puede comprar una camioneta”.
“Los amigos, los familiares, nos animan a que nos vayamos para allá. Que para mi allá fácil encuentro trabajo como electricista. Yo tengo amigos y familiares en Wisconsin, dicen que en estos días hace mucho frío por allá que cae nieve. Pero qué le vamos hacer, en Guatemala vivíamos peor”.
Edson y Gabriel junto con otros nueve hondureños y salvadoreños fueron detenidos en un punto de revisión cerca de Reynosa. “Dicen que a veces los de migración se compadecen que saben que no venimos hacer mal a nadie, que únicamente buscamos trabajo y si les das algo de dinero te dejan ir”. Confían en que los suelten.
“Si se corren muchos riesgos, se sufre, pero vale pena por vivir mejor por darlo algo bueno a la familia, y sino pues ya dejaste de sufrir porque como otros muchos amigos, compañeros han sido asesinados por los delincuentes o muertos en accidentes como el trailer que se volcó en Chiapas, en diciembre y en otros accidentes”.
(djh)