MÉRIDA.- El 10 de septiembre fue el último día que Erica Anahi Cetz Dzul habló con su familia y amigos. Esa mañana, la joven de 24 años salió de casa al trabajo, donde la retiraron porque presuntamente presentaba síntomas de covid-19. Y hoy se cumplen 20 días de su desaparición.
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Su hermano mayor, Luis Rafael Cetz Dzul explicó que como todos los días pasó a recoger a Erica Anahi una vagoneta del trabajo. Desconoce si la rentaban o la fábrica se las proporcionaba, pero se iba junto con todos sus compañeros.
Al llegar a su centro de empleo, Woodgenix Skypark, no le permitieron pasar porque presuntamente tenía síntomas de covid-19 y su expareja Francisco pasó a buscarla, alrededor de las 11 de la mañana. Tampoco saben si ella le pidió que lo hiciera o él se ofreció. Luis y su familia sospechan que él está involucrado. Este miércoles se supo que su expareja se suicidó y que dejó una carta póstuma, aceptando su crimen.
En el municipio de Huhí, de donde es originaria Erica Anahi, la población ha organizado brigadas de búsqueda. “Hay muchas cosas que no coinciden porque da la casualidad en ese día que ella desaparece, aquí nunca había pasado nada así, todo apuntaba a él o solo que la haya vendido o pagado para que la desaparezcan. No hay testigos de lo que dijo (Francisco)”, señaló Luis.
La versión que Francisco le dio a la familia es que dejó a Erica tres cuadras antes de su casa a las 9 de la noche de ese día. “Ella, como una hora antes le habló a mi papá para decirle que tenía covid y que no quería venir para no contagiar a mis sobrinos. Y 15 minutos después le marcó de nuevo y le dijo a nuestro papá que le prepare un cuarto para que se aísle, que estaba viniendo”, comentó.
Esa fue la última vez que escucharon la voz de Erica, no llegó a casa y a su teléfono no entran las llamadas.
Además, Francisco les aseguró que cuando pasó por Erica la llevó a consultar a un médico en el municipio de Homún y después fueron un rato a los cenotes a consumir alcohol. Y de vuelta a Huhí pasaron por un amigo, que también es taxista, quien también se encontraba alcoholizado.
Para la familia de Erica es inevitable pensar que su expareja ocultaba información sobre su desaparición, pues cuando vivió con él sufrió violencia de género. “En una ocasión la amenazó con una navaja, estuvieron juntos poco más de dos años hasta que se separaron hace como dos meses”, agregó.
Luis cree que su hermanita pudo ser vendida y trasladada a Cancún, porque su expareja viajaba mucho para visitar los centros nocturnos. En tanto, la búsqueda de la joven no se detendrá bajo ninguna circunstancia. “No voy a bajar la guardia, nosotros la queremos volver a ver acá, como esté. No nos vamos a quedar de brazos cruzados, que pase lo que tenga que pasar”, señaló resignado.
La Fiscalía General del Estado (FGE) ya emitió una ficha del protocolo Alba con la esperanza de que la joven aparezca.