Luego de los resultados del 1 de julio, el gobernador de Querétaro, Francisco Domínguez, aseguró que tanto Ricardo Anaya, como el actual dirigente Damián Zepeda, tienen que dejar la dirigencia del partido, pues aseguró que urge una renovación dentro del partido.
En entrevista con el Financiero dijo: “hay muy malos resultados y Ricardo lo tiene que aceptar. No tendría que regresar a dirigir al partido ni tendría que participar en el proceso, por madurez política y porque, sí es así, lo que va a provocar es lo que no queremos, una nueva división dentro del PAN”.
Aseguró que la actual dirigencia tendría que hacerse un lado y convocar, a mas tardar en agosto, a que la militancia elija un nuevo liderazgo nacional.
En cuanto a la propuesta de un gobierno de coalición, dijo que no era una mala idea, pero no funcionó y fue un fracaso. “Fue un altísimo costo lo que sucedió en estas negociaciones del Frente y el corte ya está hecho, de cuánto aportó el PRD, cuánto aportó MC, pero se le cedieron un gran número de escaños y de curules que pudieron haber sido para panistas, si hubiéramos ido solos” afirmó.
Domínguez, como integrante de la Asamblea de Gobernadores de Acción Nacional (GOAN), dijo que la Asamblea no tiene un gallo ni candidata, pero que un posible favorito podría ser Miguel Márquez Márquez, actual gobernador de Guanajuato, y descartó a Ernesto Ruffo.
A pesar de los malos resultados a nivel nacional, Querétaro y Guanajuato fueron los únicos estados que "sacaron la hombrada", dijo.
En Guanajuato se ganó la ganó la gubernatura y la mayoría de los cargos que se disputaron, además fue de los dos únicos estados donde no ganó Andrés Manuel.
Querétaro, aunque sólo fueron elecciones intermedias, obtuvo 12 de los 18 municipios y mantuvo el Congreso local con mayoría.
bl