TEPETLAOXTOC, Méx. 22 de marzo 2018.- En el jagüey de la ranchería de San Telmo, límites del estado de México y Tlaxcala, quedan algunos de los últimos ajolotes prehispánicos, ya que esta especie desapareció en los estanques naturales de este municipio hace 25 años.
El ajolote o axolotl, de acuerdo a la mitología azteca, estaba relacionado con el Dios Xólotl hermano mellizo de Quetzalcóatl y se desarrolló en aguas pocas profundas del Valle de México, principalmente en los lagos de Texcoco, Chalco y Xochimilco.
Axolotl es una palabra náhuatl que significa "monstruo acuático" (atl, agua y xolotl, monstruo), pero era un rico alimento para los aztecas, texcocanos y teotihuacanos que lo describen como "manjar de Dioses".
Es también conocido como "el pez caminante Mexicano” a pesar de que es un anfibio y puede vivir en agua o en la tierra. Es un espécimen que no pierde su condición de larva a pesar de que se desarrolle su sistema reproductivo. A esta especie mexicana los científicos le están poniendo mucha atención pues han encontrado que tiene capacidad para regenerar todos sus tejidos.
Al ajolote aún se le veía en Tepetlaoxtoc hace más de 25 años, pero con el paso de los años, los estanques naturales o jagüeyes se empezaron a secar y la especie desapareció debido a que nadie intentó preservarlo en la región.
Los hermanos Arturo y César Cando, de la asociación de Vecinos de Tepetlaoxtoc, señalaron que planean recuperar el hábitat natural de los ajolotes, ya que sólo queda un sitio en la ranchería de San Telmo, donde aún prevalecen.
El ajolote era un alimento igual que el pato para los antiguos pobladores de Tepetlaoxtoc, pero de pronto desapareció por la pérdida de su propio ecosistema y raíces lacustres, comentaron.
El problema para su reproducción, establecieron, es que los jagüeyes de este municipio están secos en el 90 por ciento.
Además, con la explotación de más de 40 minas en donde se extrae material para las obras del aeropuerto, los ríos y bajadas de agua de las partes altas se contaminan con el derrame del combustible de las maquinarias y camiones.
"En la mina Las Peñitas se usa dinamita los martes y jueves, y en una ocasión, con una explosión se secó el jagüey de Santa Gertrudis aquí cerquita de Tepetlaoxtoc", apuntó Arturo Cando, con lo que demostró que los hábitat natural de esa especie, no se pueden rehabilitar ante el desastre ecológico de la región por parte de los mineros.
Además, "apenas un persona lavó un motor en el pueblo de San Juan Tezontla y el aceite fue a parar a un estanque y más de 10 mil peces murieron", describió Arturo Cando.
Lo mismo ocurriría con los ajolotes, cualquier contaminante que llegue a sus estaques o jagüeyes, los mataría.
Por ello, se necesita la participación de instituciones y universidades para buscar preservar el medio ambiente en la región de Tepetlaoxtoc.
Por el momento, algunos ajolotes fueron sacados del jagüey de San Telmo y llevados al Centro de Investigaciones Biológicas y Acuícolas de Cuemanco (CIBAC) para su conservación y estudio.
Por el lado de las dependencias del medio ambiente del gobierno del estado de México no hay interés en tratar de conservar esta especie, ícono de los pueblos prehispánicos que habitaron el Valle de México.
AXÓLOTL, EL DIOS QUE SE SUMERGIÓ EN EL AGUA Y SE CONVIRTIÓ EN AJOLOTE
José Antonio Flores Farfán, autor del libro Axólotl: el ajolote, cuenta que el Dios Axólotl era hermano gemelo de Quetzalcóatl, pero en forma monstruosa.
Su historia comienza en el mito de creación del Sol y la Luna, ocurrido en Teotihuacán, “El lugar donde los hombres se convierten en dioses”, uno de los sitios más sagrados para los nahuas, el gran templo-ciudad divina (hoy San Juan Teotihuacán, cerca de Otumba).
Ahí "fue creado el quinto sol, la era en la que vivimos actualmente y que, según la cosmovisión nahua, desaparecerá a causa de temblores".
En aquellos tiempos, según cuenta José Antonio Flores en su libro, era el principio de la era en la que no había nada y "el día estaba en la más absoluta oscuridad".
"Entonces se reunieron los dioses, dueños del movimiento, y en Teotihuacán se dijeron: “¿Quién creará la luz, quién alumbrará el mundo?”
Llegaron a la determinación de que para crear la luz (el quinto sol) deberían de sacrificarse todos los dioses.
Sin embargo la historia dice que hubo un dios, Xólotl, hermano de Quetzalcoátl, que se rehusaba a morir.
En ese momento Xólotl dijo: “Oh dioses, ¡que no muera yo!”. Lloraba tanto este dios, que se le hincharon los ojos. Al llegar Ehécatl a matarlo, Xólotl escapó despavorido.
Huyó hacia las milpas donde se escondió entre los maizales. Ahí se convirtió en el pie de maíz que tiene dos tallos, que los campesinos llaman xólotl. Cuando el viento lo descubrió echó a correr y se escondió entre los magueyes convirtiéndose en lo que se conoce como mexólotl, “maguey de dos cuerpos”; al ser nuevamente hallado, volvió a huir.
Finalmente se sumergió en el agua convirtiéndose en axólotl, el ajolote. Fue capturado y muerto para consagrarse para siempre como uno de los manjares predilectos de los príncipes aztecas.
LOS GOBIERNOS SE OLVIDARON DE PREVALECER LA ESPECIE
"El ajolote es un símbolo de nuestra cultura ancestral, además, de que era usado como remedio de enfermedades como la anemia porque es rico en hierro", dijo Alejandro Contla Carmona, cronista municipal de Texcoco, quien reconoció que los gobiernos se han olvidado de impulsar proyectos productivos del ajolote.
Señala que 500 años después de la caída de Teotihuacán, el ajolote fue parte de la cultura del texcocano y parte de su dieta. Existió en la región hasta los años 60, pero fue desapareciendo paulatinamente, y hoy, únicamente se encuentra en zonas de Hidalgo y Morelos.
Esta especie es prehispánica, símbolo de religión, alimento y medicina, pero no se conoce por el momento algún proyecto para preservarlo en la región de Texcoco, reconoció el cronista.
"Axoyotl era el espíritu negro del agua, pero esa negritud no era de miedo, era de sorpresa y de esperanza; no la negritud que trajeron los españoles con el cristianismo que era de miedo", dijo al describir como veían nuestros antepasados a este anfibio
VENDER AJOLOTES PARA FINANCIAR PROYECTO
En Texcoco, Marcos Terrones Guadarrama, biólogo egresado de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) campus Xochimilco, desarrolló el proyecto denominado Axolkali, para fomentar la conservación del ajolote con el aval de la Secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).
Pero solo para su reproducción como especie, no para recuperar su hábitat natural.
Terrones Guadarrama participó en el Centro de Investigaciones Biológicas y Acuicolas de Cuemanco (CIBAC), en donde aprendió y cuidó esta especie en extinción.
Actualmente, tiene la autorización de vender ajolotes como mascotas para financiar su proyecto, pero además, diseñó playeras y otros souvenirs con tal de recaudar fondos para preservar al "monstruo del agua".
Su establecimiento de servicio medioambiental se ubica en la unidad habitacional ISSSTE-Texcoco. Y la imagen de ajolote estará en la convención más grande de México y América Latina de Fauna y Florea Exótica denominada "Animalia" que estará en el Centro de Convenciones Tlatelolco de 16 a 17 de junio de este año.
AJ