CUERNAVACA. Los pobladores de Ocotepec, una comunidad indígena del norte de Cuernavaca, ya no quieren ver cada año sus calles inundadas de unicel tras la celebración del Día de Muertos.
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Por eso, a través de una iniciativa empujada por los propios vecinos, pretenden retomar el uso de recipientes de barro, como jarritos y cazuelas, y así lograr que esta celebración no sólo sea la más importante del estado en estas fechas, sino la más sustentable.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), de entre las ceremonias de Día de Muertos de todos los pueblos indígenas de México destaca en el centro del País la de Ocotepec.
Según la tradición, el 31 de octubre y 1 de noviembre se tocan las campanas de las iglesias de la comunidad y se ofrecen misas por los difuntos. Durante esos días la gente espera a sus seres queridos que regresan del más allá. Para recibirlos, los deudos montan altares donde disponen viandas del gusto de los familiares a los que recuerdan y les colocan objetos que fueron de su pertenencia.
Cuando se monta por vez primera la ofrenda a una persona recién fallecida, le nombran Ofrenda Nueva, en este caso los deudos son visitados por sus vecinos y amigos a quienes como muestra de agradecimiento se les da de comer y beber.
Cada una de las ofrendas nuevas recibe entre 5 y 7 mil visitantes.
La comida y bebida suele ser entregada a los visitantes en recipientes de unicel, lo que provoca una severa contaminación en la comunidad.
Ante ello, los pobladores decidieron iniciar la campaña “Jálate con tu Jarro”, que consiste en proponer a los amigos, familiares, vecinos y turistas que acuden a las ofrendas nuevas que traigan consigo sus jarros y platos de barro y así evitar el uso de unicel.
“Es una campaña de concientización a las personas el cual se les invita a traer un jarro, una taza, algún recipiente para recibir lo que los caseros invitan, lo que la gente doliente está al alcance de sus manos para brindarles con mucho amor y de corazón y es para tratar de evitar toda esta contaminación del unicel y de basura que genera dentro de nuestro poblado”, explicó Pedro Rosales Valle, integrante de la Junta de Mejoramiento Moral, Cívico y Material de Ocotepec.
En 2014 esta celebración fue incluida en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, lo que atrajo aún más a los turistas.
“Ha llegado a ser internacional esto y bueno, ahorita con el nombramiento de la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad pues ha sido todavía un poco más, el año pasado
incluso hubo más gente que en otros años, ya con este nombramiento vienen grupos turísticos multiculturales de diferentes partes del mundo a ver las ofrendas de aquí de nuestro poblado”, dijo Rosales Valle.
Los habitantes de Ocotepec celebran la iniciativa, pues en ocasiones la contaminación ha sido tal que ha llegado a afectar la infraestructura urbana de la comunidad.
“Me parece increíble, creo que es una buena iniciativa y lo mejor es que haya provenido del mismo pueblo de Ocotepec, o sea, no tuvo que venir alguna asociación, no tuvo que ser del gobierno, sino que ellos mismos dijeron ‘bueno, tenemos este problema, es muy bonita nuestra tradición, aceptamos a todo público, pero queremos que también esta tradición se siga guardando, pero también con el respeto.
“(Que traigan) su vasito, su topercito o lo que quieran porque también dan mucho pan de muerto, entonces también se echa a perder muchas servilletas, he notado que que también se tapan las coladeras por acá por andar con un buen de basura, así que creo hasta sus bolsitas, su canasta, lo que sea, o si no quieren traer nada de eso compren aquí un jarrito, compren, motiven el mercado de artesanía y pues hasta mejor”, dijo Estefany Michel Oropeza Aranda.
Doña Griselda recuerda cómo hace varias décadas, cuando no se utilizaba el unicel en esta celebración, las calles lucías limpias, pues en cada casa donde se instalaba una ofrenda nueva los alimentos y bebidas se ofrecían en trastes de barro.
“Antes las calles eran limpias porque ocupábamos los jarritos, en casa teníamos muchos jarritos y con esos llegaba la gente, servíamos y a lavar y ahora desafortunadamente es mucha contaminación, mucho unicel que se nos hace, entre comillas, más práctico y barato, pero ya no tenemos esa cultura de estar lavando a cada rato, a cada rato”, expresó.
Para Doña María, además del tema de la sustentabilidad, la campaña tiene beneficios económicos para los pobladores, pues de tener éxito dejarían de gastar su dinero en la compra de vasos y platos desechables.
Al entrevistarla en una de las calles de Ocotepec, la mujer llevaba consigo un paquete de vasos de unicel.
Explicó que, aunque está a favor y promueve el uso de jarritos de barro, la repentina muerte de su madre la obligó a utilizar desechables.
"Vamos a promover lo de los jarritos, porque sí gastamos, es un extra que gastamos, yo ahorita porque apenas falleció mi mamá, entonces estamos haciendo los rosarios, pero para la ofrenda es mejor el jarrito, nos ahorramos”, expresó.
La propuesta de la comunidad incluye la posibilidad de que los invitados que lleguen a las ofrendas con sus jarritos puedan enjuagarlos en las casas donde se instalen las ofrendas.
“Nosotros tratamos de que hagan uso del jarrito y sí, ellos van viendo y sí afortunadamente en algunos casos o en casas se ha visto que sí llegan con su jarrito, luego llegan a la llavecita y a enjuagarlo porque hay atole, tecito, cafecito y entonces hay que lavarlo”, dijo Doña Griselda.
De acuerdo con datos de la Secretaría de Desarrollo Sustentable del Gobierno del Estado, en Morelos se generan aproximadamente cada día 2 mil toneladas de basura, de las cuales
cerca de 600 son producidas en todo Cuernavaca.
Se calcula que durante la celebración de Día de Muertos sólo en la comunidad de Ocotepec se producen cerca de mil toneladas de desechos sólidos urbanos.
kach