La crisis en el Sector Salud alcanzó al Hospital Juárez de México, que dejó de hacer casi 2 mil intervenciones quirúrgicas mayores en los últimos 12 años y disminuyó el número de consultas de Urgencias, esto aunado a que la Secretaría de Hacienda le acaba de congelar 44 millones de pesos destinados para este año. Sin embargo, los pacientes continúan llegando por miles diariamente, ya que consideran que ahí el servicio es un poco mejor que el que hay en otras instituciones de salud.
El presupuesto es el principal problema del Hospital Juárez, al igual que de la mayoría de las instituciones del Sector Salud, este año se le habían asignado mil 735 millones 371 mil 651 pesos; sin embargo, ahora la Secretaría de Hacienda le congeló 44 millones 411 mil 732 pesos, así que contará con menos recursos para la atención, la cual de por sí ya se ha visto mermada en los últimos años.
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La Silla Rota obtuvo con base en la Ley de Transparencia datos sobre el funcionamiento del hospital y el dato que más resalta es que las cirugías mayores disminuyeron en los últimos 12 años, ya que en 2006 realizaban 11 mil 120 intervenciones al año, mientras que en 2018 el número bajó a 9 mil 214.
Lo mismo sucedió con las intervenciones quirúrgicas menores, aunque en esa área la caída fue más drástica, ya que en 2017 hicieron 7 mil 379, pero en 2018 la cifra bajó a sólo 2 mil 452, es decir, se redujeron a un tercio de las que hicieron antes.
Además, reporta lista de espera en varias especialidades. Por ejemplo, 49 personas esperan una cirugía a corazón abierto, pero el hospital destaca que eso depende de que ellos adquieran sus propios insumos; asimismo, 168 personas están en lista de espera en el área de osteosíntesis, 62 de ellos están a la espera del material y el resto en protocolo de estudio. Mientras que otras 13 personas esperan un trasplante de córnea.
Uno de estos casos es el de Carlos Jiménez, quien esperaba información de su hijo sentado en una banca que está frente al área de Urgencias. El menor, de 16 años, se encuentra internado debido a que le extirparon un tumor cancerígeno y ha tenido que recibir tratamiento de quimioterapia durante varios meses.
“Lo más difícil es pensar, cuándo se va a acabar esto, si va a avanzar o no va a avanzar, porque es un cáncer y esas respuestas muchas veces no te las dicen, depende el progreso”, narra tranquilo pero con un gesto triste.
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Destaca que dentro de lo que cabe le han dado un buen servicio en el hospital, tanto en el área de especialidades como de Urgencias e incluso una organización lo ha apoyado con el tratamiento de su hijo.
Detalla que para la operación del menor le dieron la cita hasta mes y medio después y aunque habría querido que fuera más pronto, dice: “yo siento que fue lo más rápido que pudo ser, gracias a Dios, porque hemos oído que a otros se las alargan mucho más hasta dos o tres meses”.
Sin embargo, se queja de la atención de algunos de los empleados como enfermeras y administrativo, quienes dice que no han sido muy amables con ellos y tampoco le han dado buen servicio.
Familiares de pacientes se quejan de los costos y de las enfermeras
Justamente esa es una de las áreas que alcanzó el recorte de personal, que se registró principalmente en 2019, ya que el año pasado tenían 972 enfermeras y ahora sólo hay 957, lo mismo sucedió con los médicos, que pasaron de 364 a 359, y con los trabajadores administrativos, que pasaron de 712 a 674.
Quienes también se quejan de las enfermeras son las hermanas Carolina y Jacqueline Saldaña, quienes acompañan a su mamá que está hospitalizada por varios problemas de salud, entre ellos daño en el hígado y piedras en el riñón.
"Ya la internaron, ya la pasaron a piso, porque desde ayer estábamos esperando y hasta ahorita. Al principio, cuando veníamos a la consulta, la enfermera que nos recibe los pases no nos quiso admitir y nosotros llegamos a las 2:00 de la mañana del martes para que nos tocara y no, entonces mejor nos fuimos a Urgencias y ahí nos atendieron", dice Jacqueline.
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Ellas vienen desde el Estado de México porque aseguran que allá no hay hospitales en los que les den buen servicio. Su travesía empezó en el Hospital General, en donde relatan que los doctores tuvieron sentada afuera a su mamá durante horas porque no tenían camas y les dijeron que si necesitaba una operación se tendrían que aguantar, porque tampoco tenían personal.
Aunque en el Hospital Juárez han tenido algunas dificultades, destacan que a la atención le darían una calificación de ocho, ya que luego del incidente en consulta externa y la espera de más de un día por una cama, después las han atendido bien.
“En Urgencias nos tardamos como una hora en entrar, pero desde que entró (mi mamá) luego, luego le pusieron el suero, en una camilla. Pero la espera por una cama fue larga, se la dieron hasta hoy como a las 10:30, pasó más de un día, y así hay varios esperando cama”.
Otra de las áreas en las que también disminuyó la atención fue en Urgencias, que pasó de 55 mil 299 en 2016 a 42 mil 679 en 2018, en las de especialidad la disminución fue menor, ya que cayó de 214 mil 478 a 205 mil 396 en el mismo periodo.
Gerardo Sánchez también dijo que en Urgencias atendieron rápido a su esposa, quien lleva 17 días internada en Terapia Intensiva porque la golpearon fuertemente en un asalto. Ahora están a la espera de que se le desinflame el golpe que le dieron en la cabeza para que pueda entrar a cirugía.
Sus ojos reflejan el dolor y la impotencia de tener en un hospital a un ser querido, en el piso cuida una bolsa de plástico grande que parece tener ropa en su interior. Respecto al servicio en el Hospital Juárez señala: "Está en un siete de 10 la atención, es buena, pero hay mucho personal que no está capacitado para atender, hay enfermeras y trabajadoras sociales que no hacen su trabajo bien, así como los que están de seguridad”.
Aunque dijo que hay algunas enfermeras amables, a otras las calificó de déspotas e inhumanas e incluso comentó que no hacen su trabajo por estar platicando. Añade que la misma situación se da con el personal de seguridad, al que no capacitan para atender a la gente, ya que "te cierran la puerta en las narices" y te dicen que no puedes entrar.
Gerardo mencionó también que otro de los problemas es que le han robado cosas al interior del hospital, artículos como pañales y medicina, “preguntas, pero nadie te sabe responder y ya piensas mejor me quedo callado, al rato traigo más”.
En los días que lleva internada su esposa ha gastado alrededor de 70 mil pesos entre el hospital y medicamentos, sin contar los gastos de alimentos y de hospedaje, ya que ellos vienen de Zumpango.
“Los cobros son muy excesivos, también aquí no te hacen válido el Seguro Popular ni nada, aquí de plano todo lo pagas, sólo te hacen un estudio socioeconómico", declara molesto.
djh