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“El Tony Montana”, el sicario que retó a “Los Chapitos”

Era uno de los últimos sobrevivientes leales a Dámaso López Núñez, “El Licenciado”, y señalado de cometer secuestros, homicidios y extorsiones

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Escrito en ESPECIALES LSR el

Culiacán, Sinaloa.- A Jesús Antonio Muñoz Parra, “El Tony Montana”, ya le habían advertido que no pasaría al 2019, como otros hombres que pertenecieron al grupo comandado por Dámaso López Núñez, “El Licenciado”, y que fueron eliminados en octubre pasado. Su cuerpo fue encontrado la víspera del Año Nuevo, justo el 31 de diciembre en la mañana, recargado en un pilar del arco de bienvenida a la sindicatura de Eldorado, comunidad ubicada a 30 kilómetros al sur de la capital del estado.

Presentaba huellas de tortura en distintas partes, sobre todo en el rostro, que estaba amoratado. Le habían puesto una gorra en la cabeza y los pies los tenía atados con cinta gris tipo industrial que remataban en sandalias. En cada uno de ellos tenía las letras M y Z marcadas a navaja (iniciales comunes de “Mayo Zambada”).

Aunque no portaba ninguna identificación, personas que pasaron esa mañana mientras peritos de la Fiscalía General del Estado realizaba las diligencias, indicaron que se trataba de “El Montana”. Fueron algunos medios locales quienes mencionaron el caso de manera breve.

Más tarde la Fiscalía confirmó la identidad e incluso acudieron agentes de la Procuraduría General de la República al Servicio Médico Forense (Semefo) de Culiacán para acreditar la identificación de quien ya era ex jefe de pistoleros. Personal del Semefo comentó que los funcionarios de la PGR, ahora Fiscalía General, le practicaron estudios de huellas dactilares, pero no informaron el motivo de estas diligencias.

Cuando familiares fueron a reclamar el cuerpo del ex jefe de sicarios, las autoridades guardaron un total hermetismo. Con sigilo entregaron el cuerpo a la familia, que lo trasladó a una funeraria de Navolato, en donde fue velado y sepultado el 3 de enero.

LA CACERÍA

Muñoz Parra había sido uno de esos integrantes del clan de “Los Dámaso” que habían puesto tierra de por medio en cuanto quedó desmantelado este grupo criminal, pero a decir de fuentes de seguridad, cada uno de ellos tenía puesto un precio a su cabeza, por lo que la cacería no terminó con la expulsión del grupo delincuencial.

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Toda la gente del Licenciado que tiró balazos en la guerra con ‘Los Chapitos’ van a ser cazados hasta encontrarlos”, comenta una persona que conoció a “El Chabelo”, asesinado meses atrás.

En los primeros minutos del 12 de octubre de 2018, fue ejecutado en la Ciudad de México Jesús Elías Ochoa Bojórquez, “El Chabelo”, presunto pistolero de “El Mini Lic”, cuando circulaba en un automóvil sobre la avenida Obrero Mundial, afuera del Parque Delta, en la colonia Narvarte. Iba en compañía de su esposa. Las investigaciones establecieron que “El Chabelo” había huido de Sinaloa por la cacería emprendida contra los integrantes de este grupo criminal.

Al día siguiente fue arrojado el cuerpo de Noé “N” en la calle principal del ejido Portaceli, perteneciente a la sindicatura de Eldorado, pueblo natal de “El Licenciado” y su familia. Según informes de la Policía Ministerial, el joven de 35 años había formado parte de la estructura de la organización de los Dámaso, como una especie de asistente de “El Mini Lic” en la región, pero antes de que estallara la guerra al interior del cártel de Sinaloa. Cuando arreció la pugna y los López se marcharon, Noé quedó desempleado.

Sin embargo, al joven le arrancaron un brazo y fue arrojado desde un vehículo en la calle principal de Portaceli. Según versiones policiales, durante 2018 al menos otro ex integrante de la organización fue asesinado, pero el crimen pasó desapercibido.

EL INICIO DE LA GUERRA

La segunda vez que “El Chapo” Guzmán fue detenido en Los Mochis, en enero de 2016, El Licenciado comenzó a escindir su organización de la de Los Chapitos. Los consideraba inmaduros y violentos. Toda la gente quedó reunida en torno a su liderazgo, pero pronto los hijos de Guzmán Loera comenzaron a reclamar territorios en Culiacán, Navolato y Mazatlán.

Uno de esos territorios fue la comunidad de Villa Juárez, punto estratégico entre Navolato y Culiacán que no solo funciona como paso de drogas hacia la costa, sino que además representa un ingreso importante económicamente. Según la Secretaría de Seguridad Pública, en ese tiempo al mando del general en retiro Genaro García Robles, en Villa Juárez se generaba dinero de la venta de cristal, mariguana, maquinitas tragamonedas.

De manera que los hijos de “El Chapo” reclamaron la zona como propia, enviando a la célula de “Los Chimalis” para enfrentar a la de “El Tony Montana”, quien dirigía las Fuerzas Especiales Dámaso en la región. Entre mayo y agosto de 2016 se desataron diversos enfrentamientos, y la pequeña población agrícola empezó a sumirse en el terror.

El poderío de “Los Chapitos” se vio retado por las huestes de “El Montana”, hasta que en febrero de 2017 las balaceras a plena luz del día alcanzaron a víctimas inocentes que quedaron en el fuego cruzado. Con una guerra de exterminio, “Los Chimalis” y “Los Montana” arrasaron con la tranquilidad de otros pueblos, como Las Puentes, Sánchez Celis, Canán y comunidades del vecino municipio de Elota.

A partir de 2017, la guerra comenzó a afectar económicamente al grupo de “El Licenciado”, por lo que se señaló al “Tony Montana” de empezar a cometer secuestros de empresarios y extorsión a agricultores del valle de Culiacán para financiar armas y equipo.

Llegaban con los agricultores y empresarios y les decían que tenían que aportar para la guerra, porque de otra manera los contras se meterían, ya que el Licenciado había logrado que la región fuera tranquila”, indicó una habitante de Eldorado.

Según pobladores de Eldorado consultados, Muñoz Parra fue el cabecilla que estableció un cinturón de seguridad entorno a Eldorado y parte del municipio de Elota, con el fin de evitar el ingreso de las huestes de “Los Chapitos”. Una y otra vez, se libraban escaramuzas en los límites, por caminos rurales o las autopistas cercanas. El sur de Culiacán pasó a convertirse prácticamente en una fortaleza inexpulgable, controlada por “El Montana”.

Hasta que a fines de abril de 2017, la Secretaría de Marina inició con operativos en la región para cercar a Dámaso López y su gente. Las redadas de los marinos incluyeron cateos, detenciones de familiares y pistoleros, así como sobrevuelos de helicópteros artillados. El 2 de mayo “El Licenciado” fue detenido en un departamento de la colonia Nueva Anzures en la Ciudad de México. Con ello empezó el repliegue de los integrantes de la organización.


EL DESMANTELAMIENTO

Su hijo se entregaría a la DEA en California el 27 de junio, y su tío Álvaro López Núñez, el más joven de los hermanos de “El Lic”, haría lo mismo el 18 de agosto en Arizona. Para entonces, el clan había sido desmantelado en la región, prevaleciendo la facción de “Los Chapitos” y la de Ismael “El Mayo” Zambada.

Tres supuestos sicarios este clan fueron acusado por la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos cometidos contra la Libertad de Expresión (FADLE) de asesinar al escritor y periodista sinaloense Javier Valdez Cárdenas, debido a la molestia que provocó a “la gente de Eldorado” las publicaciones del fundador del semanario Ríodoce.

“El Mini Lic” se declaró culpable ante la Corte Federal de San Diego el 11 de enero de 2018, mientras que su padre fue extraditado el 6 de julio siguiente, para declararse culpable por narcotráfico y lavado de dinero en la Corte del Distrito Este de Virginia, en donde se le sentenció a cadena perpetua el pasado 30 de noviembre, días antes del arranque del juicio contra su compadre “El Chapo” Guzmán.

Al ser sentenciado, Dámaso dijo en voz de su abogado que estaba dispuesto a colaborar en la investigación del homicidio de Javier Valdez. Además, se espera que sea uno de los testigos en el caso contra Guzmán Loera.

Mientras eso sucede, en Sinaloa y otros puntos del país la cacería en contra de sus antiguos lugartenientes todavía se mantiene.

mlmt