La industria automotriz es uno de los pilares más importantes de la economía mexicana, no solo por su impacto en la generación de empleos, sino también por su influencia directa en el comercio exterior y el desarrollo tecnológico. México se ha posicionado como uno de los principales productores y exportadores de vehículos a nivel mundial, y dentro de este competitivo escenario, la firma japonesa Nissan ha jugado un papel importante durante décadas.
Desde su llegada al país en 1966, Nissan ha mantenido una presencia constante entre los consumidores mexicanos. Su planta en Aguascalientes, una de las más modernas del continente, ha sido clave en la manufactura de millones de vehículos tanto para el mercado interno como para la exportación.
Uno de los factores que han consolidado a Nissan como una de las marcas líderes en México ha sido la producción de modelos altamente reconocibles, entre ellos destaca el Nissan Tsuru, un vehículo que, a pesar de haberse descontinuado en 2017, sigue siendo símbolo de confiabilidad, bajo costo de mantenimiento y durabilidad. Su presencia en calles y carreteras aún es notable.
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Tsuru uno de los autos más característicos de Nissan
Contexto: Durante décadas, hablar del Nissan Tsuru en México ha sido hablar de historia, economía, trabajo y movilidad. Este modelo, que comenzó su vida en territorio nacional en la década de los años 80, se consolidó como uno de los autos más emblemáticos no solo de la marca japonesa, sino de toda la industria automotriz en el país.
Con un diseño sencillo pero funcional, el Tsuru se convirtió rápidamente en un favorito entre familias, empresas, taxistas y flotillas de transporte público. Su bajo consumo de combustible, facilidad de reparación, disponibilidad de refacciones y precio accesible hicieron del Tsuru una verdadera leyenda en las calles mexicanas.
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Aunque con el paso del tiempo su falta de tecnologías de seguridad fue una de las razones por las que se detuvo su producción, el Tsuru sigue teniendo una fuerte presencia en la memoria de millones de mexicanos; y es que tan solo basta recordar que recientemente se hicieron virales unas imágenes del supuesto nuevo Tsuru 2026, lo que causó furor en redes sociales, sin embargo hasta el momento la empresa automotriz Nissan no ha confirmado oficialmente la llegada del nuevo Tsuru al mercado nacional.
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¿Por qué es importante la industria automotriz en la economía?
La industria automotriz representa uno de los pilares económicos tanto en países desarrollados como en economías emergentes. Aporta miles de empleos directos e indirectos, inversiones extranjeras, innovación tecnológica y alto valor en exportaciones. En el caso de México, es una de las principales fuentes de divisas y un motor clave del Producto Interno Bruto (PIB).
La industria automotriz es considerada una actividad de alto impacto por su capacidad para generar riqueza, empleo y transferencia tecnológica. En México, este sector representa uno de los mayores atractivos para la inversión extranjera directa y un engranaje esencial del comercio exterior.
Según datos de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), en 2023 se produjeron más de 3.7 millones de vehículos ligeros, de los cuales el 85% se exportó, principalmente a Estados Unidos, Canadá y Alemania.
Conoce quién es el dueño de Nissan y del que podría ser la más reciente edición del Tsuru
La historia de Nissan, una de las compañías automotrices más reconocidas a nivel mundial, comenzó en 1933 en Japón bajo el nombre Jidosha-Seizo Co., Ltd. Su consolidación como fabricante llegó poco después, al adquirir DAT Motorcar, sentando las bases de lo que sería una carrera ascendente en la industria automotriz global.
Durante la Segunda Guerra Mundial, Nissan se enfocó en la producción de vehículos militares, lo que fortaleció su capacidad industrial y tecnológica. Sin embargo, uno de los momentos más importantes en su evolución ocurrió en 1958, cuando ingresó al competitivo mercado estadounidense con el modelo Datsun Bluebird.
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Fue en la década de 1980 cuando Nissan vivió una de sus etapas de mayor crecimiento. La empresa decidió entonces establecer plantas de producción en América, consolidando así su presencia fuera de Asia y respondiendo a una demanda en constante aumento.
El rumbo de Nissan cambió drásticamente en 1999, año en el que se selló una alianza estratégica con la francesa Renault, lo que transformó la estructura accionaria de la firma. Esta unión no solo salvó financieramente a la automotriz japonesa, sino que también impulsó su proceso de modernización y desarrollo tecnológico.
Actualmente, Renault es el principal accionista de Nissan, con el 35.7% de las acciones, según datos de Marketscreener. Otros accionistas importantes incluyen a Mercedes-Benz Group (2.7%), Effissimo Capital Management (2.6%), Nippon Life Insurance (1%) y Daimspain Dag (0.6%). Aunque Nissan conserva parte de su independencia operativa, su estructura de propiedad refleja una red internacional de intereses que sustenta su desarrollo.
AJA
