Para millones de capitalinos, vivir al día no es una elección, sino la única opción. Con salarios que no siempre alcanzan los $10,000 pesos mensuales y precios que siguen subiendo —especialmente en transporte, alimentos y servicios—, la capacidad de ahorro se ha vuelto un lujo al que pocos pueden aspirar. Esta situación genera un desgaste emocional constante y un círculo de estrés del que es difícil salir.
Según la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera (ENIF), el 41% de los adultos en la CDMX no tiene ningún tipo de ahorro formal ni informal. Además, el 54% no cuenta con un fondo para emergencias, lo que los deja expuestos ante cualquier imprevisto: una enfermedad, una pérdida de empleo o incluso un gasto escolar puede desequilibrar toda la economía familiar.
Lo que no se ve —y pocas veces se mide o se habla— es cómo esta precariedad se transforma en una presión psicológica constante. Vivir al día implica estar siempre en modo supervivencia, sin margen para imprevistos ni para planear a futuro. Esa tensión prolongada desgasta emocionalmente, deteriora relaciones personales y laborales, y puede llevar incluso a desarrollar cuadros de depresión o trastornos de ansiedad.
Te podría interesar
Vivir "al día" no solo impacta la estabilidad financiera, sino también la salud emocional:
- Cada quincena se convierte en una cuenta regresiva.
- Las decisiones cotidianas, como comprar fruta o pagar el gas, se llenan de ansiedad.
- Las deudas con tarjetas, tandas o aplicaciones de préstamos exprés se acumulan.
- Muchas personas posponen consultas médicas, compras necesarias o actividades recreativas por falta de dinero
También puedes leer: CETES o Afore: ¿qué te conviene más para ahorrar a largo plazo?
¿De cuánto es el salario mínimo mensual en México?
Contexto: desde el pasado 1 de enero está vigente el nuevo monto del salario mínimo, el cual equivale a cerca de 8,475 pesos al mes.
El salario mínimo en 2025 tuvo un incremento anual de 12% para alcanzar un nivel de 278.80 pesos por jornada diaria. De esta manera, la referencia salarial acumula un alza de 135% desde el 2018 cuando su monto era igual a 88.40 pesos.
A pesar del incremento, la situación es difícil para muchas familias; de junio a julio del 2025, la canasta básica alimentaria de 44 productos, tuvo un costo de 1,963.94 pesos, al aumentar su precio en promedio 13.32 pesos, lo que significa una variación al alza de 0.68%.
De acuerdo con un estudio de mercado de la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC), los cinco estados con la canasta básica alimentaria más encarecida son:
- Veracruz, con un aumento de 7.26%
- San Luis Potosí, 6.22%
- Chiapas, 5.87%
- Morelos, 5.20%
- Hidalgo, 3.65%
Los productos que más aumentaron en el último mes son:
- Huevo (6.34%), pasó de 54.19 a 57.63 pesos
- Zanahoria (6.31%), pasó de 18.81 a 20 pesos
- Pasta para sopa (4.66%), pasó de 12.06 a 12.62 pesos
- Leche (4.04%), pasó de 30.19 a 31.41 pesos
- Tortilla (3.93%), de 25.47 a 26.47 pesos
Historias de quienes sobreviven quincena tras quincena en la CDMX
Leticia cobra su quincena cada viernes 15, y para el lunes por la mañana, su cuenta prácticamente está en ceros. Tiene 42 años, trabaja como auxiliar administrativa en una empresa en Insurgentes Sur y gana 9,500 pesos al mes. Renta un cuarto en Iztacalco, gasta 90 pesos diarios en transporte, 130 en comida y todavía manda dinero a su madre. “El dinero me dura dos, máximo tres días. El resto, sobrevivo con lo que puedo”, dice.
Como ella, miles de personas en la CDMX viven en una carrera constante contra el calendario. Apenas llega el depósito y ya se fue: renta, servicios, comida, deudas. Vivir al día no es una expresión coloquial, es una realidad cruda que revela un modelo económico donde trabajar no garantiza estabilidad.
José Miguel, repartidor de Uber Eats, lo resume así: “Apenas saco para la gasolina, el súper y pagar mi celular. Si me enfermo, no sé qué haría”.
No tener un “colchón financiero” —un ahorro que cubra al menos tres meses de gastos— no es una omisión personal, es una imposibilidad estructural para millones.
¿Por qué importa?
Porque millones de personas lo están viviendo ahora mismo, en silencio y sin red de apoyo. Hablar del costo de vivir al día es ponerle nombre y rostro a una realidad invisibilizada: la de quienes trabajan, pero no alcanzan a cubrir sus necesidades básicas; la de quienes pagan más por tener menos; la de quienes se acuestan pensando si mañana podrán comer o pagar la luz.
Vivir al día no es una elección, es la consecuencia de sueldos bajos, informalidad, desigualdad y políticas públicas insuficientes. Y mientras no se entienda esto como un problema estructural, se seguirá culpando a las personas por no ahorrar, no invertir o no "saber administrarse", cuando el problema de fondo es que simplemente no alcanza.
El estrés financiero enferma, desgasta y rompe relaciones. Es una bomba silenciosa que afecta la productividad, la salud mental y el bienestar colectivo.
De acuerdo con datos de la Condusef, el 56% de la población adulta en México (50.6millones) reportó haber tenido afectaciones económicas derivadas de la pandemia, las cuales fueron menores en el Norte y mayores en regiones del Sur y Centro del país.
ÚNETE A NUESTRO CANAL DE WHATSAPP. EL PODER DE LA INFORMACIÓN EN LA PALMA DE TU MANO
