En los últimos 30 años, México ha sido testigo de una transformación radical en el acceso y uso de internet, un fenómeno que ha remodelado no solo la comunicación social, sino también la economía, la educación y el sector empresarial del país. Desde sus primeros días, cuando el acceso a la red era una rareza limitada a algunos sectores académicos y gubernamentales, hasta la actualidad, donde más del 80% de la población tiene acceso a Internet, la evolución de esta tecnología ha sido clave.
Para darnos una idea de como el servicio de internet a evolucionado en el país, solo cabe recordar que en la década de 1990, el acceso a Internet en México era un lujo al que solo algunas instituciones gubernamentales y universidades podían acceder. A principios de los 2000, la llegada de empresas de telecomunicaciones extranjeras y la expansión de la infraestructura de fibra óptica marcaron el inicio de una verdadera democratización del acceso a la red. Para 2006, ya se contaba con más de 10 millones de usuarios.
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A partir de 2010, México vivió una era de expansión vertiginosa en cuanto a la cobertura de internet. Las compañías de telecomunicaciones, entre ellas Telmex propiedad del multimillonario Carlos Slim, comenzaron su expansión a la red 4G llegando así a más regiones, incluidas zonas rurales, llevando internet de banda ancha a millones de mexicanos. El uso de smartphones disparó el acceso a internet, convirtiéndolo en una herramienta accesible para más personas en todo el país.
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Esta es la otra compañía de internet de Carlos Slim que pudo borrar a Telmex del mapa
A pesar de ser propietario de una de las compañías de internet más usadas en México, Carlos Slim Helú estuvo a punto de firmar un negocio con el magnate Elon Musk el año pasado, lo que hubiera transformado el panorama de las telecomunicaciones en América Latina.
Y es que vale la pena recordar que en octubre del año pasado, América Móvil, la empresa de telecomunicaciones propiedad de Carlos Slim, comenzó a explorar la posibilidad de formar una alianza estratégica con SpaceX, la empresa de tecnología espacial dirigida por Elon Musk. La propuesta era simple: América Móvil revendería el servicio de internet satelital Starlink de SpaceX en América Latina, una región que presenta grandes desafíos en cuanto a conectividad.
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Sin embargo, a pesar de las negociaciones avanzadas entre ambas partes, el trato no se concretó. Según fuentes cercanas a las negociaciones, el principal obstáculo para la formación de la alianza fue una decisión estratégica de Carlos Slim. El magnate mexicano, conocido por su enfoque conservador y meticuloso en los negocios, optó por rechazar la oferta de SpaceX y decidió invertir una suma considerable de dinero en la expansión y modernización de las infraestructuras de su propia empresa.
En lugar de revender el servicio de Starlink, Slim Helú destinó 22,000 millones de dólares a fortalecer las redes de telecomunicaciones de América Móvil, una inversión destinada a la construcción de plantas, torres de telecomunicaciones y el despliegue de fibra óptica en diversas regiones de América Latina. Esta jugada le permitió consolidar aún más el dominio de su empresa en el sector de telecomunicaciones, una prioridad para Slim en sus estrategias empresariales.
AJA