Claudia Sheinbaum, presidente electa de México enfrentará grandes desafíos para que el país avance hacia una mayor estabilidad y equidad fiscal. Recibe una economía con bajo crecimiento económico con posibilidad de caer en recesión, incertidumbre respecto a la política económica interna, alto endeudamiento y necesidad de disminuir rápido el déficit presupuestario, advierten analistas.
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Gabriela Siller, directora de Asuntos Económicos de Grupo Base dijo que la presidenta electa de México, Claudia Sheinbaum recibe una economía afectada por la falta de gasto público en infraestructura. Además, existe el riesgo de perder el grado de inversión los siguientes años.
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Así como una economía con el lastre de Pemex, a la que tendrá que seguir apoyando financieramente, pero tendrá también que cambiar su modelo de negocio. Recibe una economía con el problema estructural de muy larga historia de la alta informalidad laboral y baja productividad.
En los aspectos positivos recibe una economía con menor pobreza laboral y crecimiento de la masa salarial. Sin embargo, los ingresos de los hogares dependen ahora más de las transferencias del gobierno y de las remesas.
“Recibe una economía en peor estado de cómo la recibió el presidente Andrés Manuel López Obrador”, sentenció.
Retos: inversión, ingresos, certidumbre
Jorge Cano, investigador de México Evalúa dijo a La Silla Rota que, por la parte de los ingresos, éstos han sido muy limitados este sexenio por la falta de una reforma fiscal. La estrategia de fiscalización no ha sido suficiente, aunado al bajo crecimiento económico que se anticipa en 2025 y una producción que no repunta, no se espera que haya crecimiento económico para el siguiente año en materia de ingresos, lo que va a limitar el gasto público de la siguiente administración.
Por la parte del gasto, el compromiso de la presidenta Claudia Sheinbaum de limitar el déficit presionará para que se hagan recortes importantes al gasto y lo más probable es que se realicen recortes a la inversión ya que es lo que tiene menor costo político, a diferencia de los programas sociales, pero el recorte a la inversión puede agudizar el estancamiento económico hacía el siguiente año.
En cuanto a la deuda y costo financiero de ésta, preocupa las llamadas de atención de las calificadoras de riesgo, lo que seguramente incrementará el servicio de la deuda y difícilmente se logrará bajar el costo de los 1.2 billones que está actualmente y eso limitará el espacio fiscal del gobierno.
Por el lado de la solidez de las finanzas públicas, la presidenta Sheinbaum va a recibir un menor blindaje ya que los fondos de estabilización después de que se ocuparon durante la pandemia no se restituyeron, el FEIP llegó a mantener más de 300 ,000 millones de pesos al cierre del 2018 y actualmente está en alrededor de 45,000 millones de pesos, es decir, en caso de una crisis hay menor margen de acción para atenuar sus efectos.
El gobierno federal destinó un total de 664,067 millones de pesos al costo financiero de la deuda entre enero y julio de este año, lo que representa un incremento del 4.1% en comparación con el mismo periodo de 2023. Esta cifra equivale al 2.5% del Producto Interno Bruto (PIB), porcentaje que aumentó a 3.3% en 2023 y se espera que alcance un 3.6% este año.
Por su parte, Alejandra Macías, directora del CIEP destacó que, las calificadoras, organismos internacionales y diversos países han señalado un entorno global marcado por el bajo crecimiento y una creciente incertidumbre que, inevitablemente, afecta a México. “A esta situación se suman los múltiples cambios que estamos experimentando en los ámbitos político, económico y social, lo que contribuye a acentuar la percepción de incertidumbre en nuestro país”.
Dijo que, la nueva administración federal enfrentará una serie de retos y dilemas relacionados con la necesidad de incrementar los ingresos públicos; la distribución del gasto que definirá las prioridades gubernamentales; y el manejo de una deuda que muestra signos de un posible crecimiento acelerado.
Dio como referencia que, el presupuesto de 2024 estima un endeudamiento equivalente al 5.9% del PIB, con la promesa de reducirlo a la mitad para 2025. Sin embargo, desde la presentación del Paquete Económico 2024, el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP) ha señalado que el déficit, medido a través de los Requerimientos Financieros del Sector Público, es considerablemente alto, alcanzando un nivel que no se había registrado en los últimos 15 años. “Esta situación evidencia la limitada capacidad del gobierno para generar los ingresos necesarios que permitan cubrir sus compromisos de gasto, incluidos aquellos que garantizan los derechos de la ciudadanía en su conjunto”.