La inflación está ‘golpeando’ el bolsillo de los ‘godínez’ chilangos, quienes ahora tienen que elegir entre pagar más por su comida o ‘echarse’ un taco menos. Oficialmente, la inflación en México registró un aumento de 0.89% en enero de 2024; sin embargo, las cocinas económicas y loncherías de la Ciudad de México han aumentado hasta 30% el precio de sus alimentos.
Esto se debe a que las frutas y verduras con los que se preparan los desayunos y comidas de miles de oficinistas han aumentado considerablemente de precio en las últimas semanas.
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Tan sólo el jitomate -producto indispensable en las cocinas mexicanas- aumentó 52% en enero, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). La cebolla subió 20.1% por ciento el primer mes del año; mientras que la calabacita y los refrescos también subieron de precio.
“Este año todo aumentó. El jitomate subió demasiado, está hasta en 40 o 50 el kilo, dices, ¿cómo es posible? Las carnes aumentaron más o menos un 20%, también los lácteos aumentaron. El huevo llegó a estar más caro que la carne y nosotros vendemos desayunos, utilizamos huevo para todo”, lamenta Lucero Rodríguez, trabajadora de la cocina 'La Bomba de Lerma', ubicada en la alcaldía Cuauhtémoc.
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Debido a esto, sus patrones subieron el precio de los platillos de su menú. Los desayunos completos que antes constaban 70 pesos, ahora cuestan 90 pesos. Los chilaquiles y enchiladas con carne que costaban 100 pesos, hoy están en 120 pesos, aumentos de entre el 20 y 30%.
“Sí, inevitablemente tuvimos que subir los precios. Los desayunos subieron 20 pesos”, dice apenada Lucero, quien también dice que debido al aumento de precios sus propinas se han visto afectadas.
Miedo a perder clientes
A pesar del encarecimiento de las frutas y verduras, algunas cocinas se resisten a subir sus precios por el miedo de perder clientes.
Tal es el caso de la cocina 'Candy', también ubicada en la alcaldía Cuauhtémoc, establecimiento que sigue ofreciendo sus desayunos y comidas en 65 pesos.
“Aumentaron los productos básicos y nos vino a afectar mucho. Lo que es jitomate, el tomate, la cebolla, son los tres productos que se elevaron bastante este año y son los productos que se ocupan más en la cocina, no lo puedes cambiar, se tiene que comprar. Yo compro por semana, el año pasado me gastaba 3 mil en surtir, ahorita 4 mil o 4 mil 500. Una caja de jitomate ya está arriba en 500 pesos, antes la compraba en 200”, se queja Flavio Sánchez, dueño de la cocina Candy.
“No hemos aumentado (los precios), porque si aumentamos (los clientes) ya no vienen. Nos está perjudicando, más que nada en las utilidades. Nosotros no podemos vender más caro, nuestros clientes que tenemos son de oficinas, ahora sí que lo que ganan menos”, menciona.
Sin embargo, el señor Sánchez señaló que será inevitable subir, aunque sea cinco pesos, el costo de sus desayunos y comidas este año.
“Subiríamos los desayunos y comidas a 70 pesos, porque más, ya no lo pagan. Te preguntan y se van, aunque esté buena la comida. Es un riesgo aumentar los precios”.
Trueque y Uber Eats vs la inflación
Para minimizar pérdidas, los dueños de cocinas económicas han ideado estrategias para mantener clientes y no subir “tanto” sus precios.
Algunos ofrecen un “extra” en sus platillos para consentir a sus clientes y se han registrado en aplicaciones de entrega de comida a domicilio, como Uber Eats, para expandir su negocio.
Otros, incluso, han ‘rebajado’ el pico de sus salsas, para atraer a clientes extranjeros, que invaden varias colonias de la CDMX.
“Hemos tenido que cambiar de proveedores, además de estrategias para tratar de subir lo menos posible los precios. Una de ellas es que ofrecemos ‘cortesías’ de hotcakes en los desayunos completos, por eso la gente no ha dejado de venir”, dice Miguel Ángel, encargado de La Bomba de Lerma.
“También hemos tenido que meternos en plataformas en línea para entregar a domicilio”, añade.
Otra de las estrategias que han implementado es el trueque, como lo hace Evelyn de la cocina 'Álvarez', quien cambia su comida por frutas y verduras.
“Yo consigo mis insumos con trueque o cambalache con la persona que vende la verdura aquí dentro del mercado (Cuauhtémoc). Yo le doy la comida a sus trabajadores y él me da toda la verdura que necesito”, explica.
“Él me da todo, desde un chile hasta la caja de jitomate. A mí me conviene porque yo no siento cómo aumentan los precios, este sistema a mí me funciona muy bien. Sé que todo está muy caro porque lo oigo en comentarios”, dice.
Con esta estrategia, la cocina de Evelyn ha mantenido sus precios en 65, 75 y 80 pesos.