La domiciliación de recibos trae muchos beneficios y pocos inconvenientes. Al hacer este proceso, estás al corriente de tus obligaciones siempre, no estando pendiente de los plazos ni vencimientos, y de esta manera evitas que un olvido se convierta en un perjuicio.
Casi cualquier servicio público, incluidos impuestos, tasas y contribuciones, son susceptibles de ser abonados bajo la modalidad de domiciliación bancaria. Así ahorras en preocupaciones y evitas que se te pase el plazo para realizarlos. Sin embargo, a pesar de que es un sistema útil, es necesario que apliques ciertas precauciones para evitar desagradables sorpresas.
Cuidado con esto
Al domiciliar un recibo, siempre debes pendiente de qué sucede con el primer pago. La solicitud no siempre puede llegar a tiempo y conviene ver si realmente el banco lo paga o si debes hacerlo por tu propia cuenta.
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Otra de las grandes desventajas de la domiciliación es que complica el proceso de queja o aclaración en caso de que se presente algún problema con el servicio contratado.
Además, necesitas estar atento para evitar que un descuido te pueda ocasionar multas, recargos o incluso la desconexión del servicio, por lo que es aconsejable contar con un medio ágil y sin costo para verificar tus movimientos bancarios.
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Lo que no debes domiciliar
Pese a todo, hay cinco recibos que los expertos aconsejan no domiciliar:
- Facturas de teléfono móvil. Pagar el teléfono por domiciliación implica que podrías llevarte una sorpresa desagradable en tu cuenta y luego, ya sin el dinero, embarcarte en un interminable proceso de revisión y reclamación, incluso en el caso de que el error en la factura sea de la compañía.
- Servicios de suscripción a descargas de tonos de llamada o aplicaciones de pago, son un riesgo alto de que tu factura engorde, sobre todo si hay niños en casa.
- 2.- Pagos de seguros. De vida, de coche, de hogar… cada vez utilizamos más los seguros, y la domiciliación es el método elegido por la mayoría para evitar que se nos pase un pago. Sin embargo, hacer el esfuerzo de clasificar las facturas y realizar los pagos de manera presencial, te podría evitar encontrarte con situaciones incómodas como subidas de cuotas sin previo aviso o la inclusión de coberturas no contratadas.
- 3.- Servicios. Sentarse a pagar agua, electricidad puede parecer una tarea tediosa, pero es la única manera de saber si hay algo fuera de control. Si la factura de electricidad es muy alta, tal vez significa que alguno de los electrodomésticos está fallando. De esta manera podrías solucionar el problema antes de que nos cueste aún más dinero.
- 4.- La cuota del gimnasio. De acuerdo con un estudio realizado por investigadores de las universidades estadounidenses de Stanford y Berkeley, la mayoría de la gente sobrestima el número de veces que va al gimnasio cada mes.
- 5.- Televisión de paga. La llegada de Internet ha revolucionado también la televisión. Los servicios de suscripción se están viendo superados por los pagos ocasionales, así que podrías estar perdiendo una fortuna por la "comodidad" de contratar sin medida y pagar sin fijarte.