¿Te ha pasado que tu celular suena una sola vez pero del otro lado de la línea nadie responde y tampoco te dejaron mensaje de voz? No trates de devolver la llamada, pues podrías ser víctima de una nueva modalidad de estafa denominada “Wangiri”, que ya fue alertada por las autoridades estadounidenses.
“Wangiri”, proviene del japonés “llamada y corte”, también es conocida como “One Ring”. Es una nueva estafa que tiene como víctimas a usuarios de telefonía móvil. Ésta se activa cuando un robocaller llama repetidamente a un número determinado y cuelga después de una o máximo dos timbradas.
Si la víctima elegida por ellos decide devolverles la llamada empiezan a cobrar dinero. Mientras más tiempo se encuentre en línea, a pesar de que no le contesten o trate de descifrar lo que le dicen, más ganan estos individuos.
Las llamadas devueltas a los números que salen en su celular como pérdidas se traducen en dinero en efectivo, que irá directo a la cuenta de los estafadores.
La víctima de esta modalidad de estafa se da cuenta del robo cuando le llega en su recibo de facturación un monto superior al que paga mensualmente. Del dinero que deposita, un gran porcentaje se va a los bolsillos de estas personas.
¿Cómo detectar si es una estafa?
La Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) de Estados Unidos ha alertado a los consumidores sobre oleadas de este tipo de llamadas fraudulentas. Para identificarlas detectaron que las llamadas se basaban en el código de país 222 de la nación de África Occidental de Mauritania y que se estaba extendiendo en Nueva York y Arizona.
Sin embargo, los robocallers se han vuelto más avanzados a cuanto al ocultamiento de la numeración con la que llaman y ahora están falsificando o imitando números de otros lugares.
¿Cómo actúan los estafadores?
Primero, el atacante obtiene información confidencial sobre su víctima, como su nombre y apellidos, el correo, domicilio, parte de los datos de su tarjeta de crédito... utilizando técnicas como el phishing.
Una vez obtenida esta información, llaman a la víctima, a quien tratan como un cliente, haciéndose pasar por su banco, una empresa de mensajería o un servicio técnico para utilizar la información anterior y que su víctima confíe en él. Tras esto, tratarán de obtener más información, conseguir que el usuario instale algún malware en su equipo o realice algún tipo de pago.
Puede que, en lugar de llamarte directamente, utilicen un mensaje grabado generado por un robot, en el que se informa a la víctima sobre un problema y se facilita un número de teléfono para que contacte con el fin de solucionarlo.