Por los bajos costos que ofrecen, entre 25 y 30 pesos por un envase de 20 litros, las rellenadoras ilegales – o mal llamadas purificadoras de agua– se han convertido en una opción asequible para muchas familias, sin embargo, la falta de supervisión en el cumplimiento de normas operativas supone riesgos para la salud en el corto, mediano y largo plazo.
Sabemos que en México el agua que llega a nuestros hogares no es para consumo humano y a partir de esto, las familias tienen que buscar la manera de satisfacer las necesidades del consumo de agua que sea “segura”, de ahí la proliferación de las rellenadoras de agua, que no garantizan que los mexicanos tengan acceso a agua de calidad.
Según un análisis de la Red Nacional de Medición de Calidad de Agua (Renameca), más del 70% de pozos y ríos en el país tienen contaminación con plomo, mercurio y otros metales pesados por arriba del límite establecido para consumo humano, lo cual podría tener consecuencias severas cuando ingresan al cuerpo por ingesta directa o por alimentos contaminados.
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De ahí que, de acuerdo con datos del INEGI, en los últimos 2 años, se ha visto un incremento de más del 50% de negocios rellenadoras de agua y al día de hoy, hay poco más de 24,000 establecimientos registrados. Sin embargo, el número podría ser mucho mayor debido a que se presumen muchos más negocios que operan en la clandestinidad, “ya que estos lugares abren diariamente sin avisos ni supervisión”.
Juan Francisco Bustamante Ruisanchez, director de la Asociación Agua en México advirtió que la falta de control y supervisión de las empresas rellenadoras de agua potable está causando un problema de salud pública. Alertó que siete de cada 10 litros que surten estas empresas “presentan algún tipo de contaminación”.
Desafortunadamente el problema del agua contaminada es nacional y sin un correcto manejo y purificación de ella, puede causar severas enfermedades en la población convirtiéndose en un problema de salud pública. Hasta ahora, solo Oaxaca ha aprobado una reforma de ley para facultar a los municipios de otorgar permisos para su funcionamiento.
Estudios realizados, en diversas ciudades del país, por Agua en México y el Instituto Politécnico Nacional (IPN), la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la Universidad Autónoma de Guadalajara y la Universidad Autónoma de Chiapas revelan que la calidad del agua que venden las rellenadoras “no es apta para consumo humano”. “La contaminación del agua que ofrecen estos establecimientos ilegales obedece, primordialmente, al mal manejo del personal, la falta de mantenimiento y saneamiento de las instalaciones, y la mala calidad de los botellones”.
Incluso, se ha identificado que 70% de los envases analizados mostraron algún tipo de contaminación, principalmente con bacterias de materia fecal.
Pese a que la Cofepris debe vigilar a los negocios de rellenadores, ésta no tiene la infraestructura para dar la atención necesaria que le garantice a la población que el agua que está adquiriendo es de calidad.
Sin duda, el agua es indispensable para la supervivencia, por eso es demandada por las personas a diario. De acuerdo con Juan Francisco Bustamante invertir en una purificadora de agua resulta un negocio “rentable” pues requiere de una inversión relativamente baja- unos a cambio de “agua de mala calidad que puede poner en riesgo la vida de quienes la consumen”.
¿Qué debes revisar?
Juan Francisco Bustamante Ruisanchez, Presidente de la Asociación de Agua en México nos comparte lo que debemos considerar la próxima vez que consideremos adquirir el agua en un negocio de rellenadora:
-Que tenga avisos de funcionamiento, avalados por las autoridades competentes.
-Estudios bacteriológicos menores a 6 meses
-Revisar buenas prácticas de limpieza
En caso de que no cumplan con la norma, Juan Francisco Bustamante, invita a que estos establecimientos sean reportados a las autoridades para su revisión.
Toma en cuenta que el agua contaminada puede provocar enfermedades provocadas por diversos parásitos o bacterias, que te pueden generar desde dolores leves a intensos e incluso provocar la muerte.