El Gobierno Federal ha mantenido un discurso de austeridad fiscal, aunque su aplicación no ha sido generalizada. El gasto público ha alcanzado niveles máximos históricos, el endeudamiento y su costo financiero siguen avanzando y el espacio fiscal se ha reducido. De acuerdo con datos del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), el costo financiero de la deuda, es decir, el pago de intereses que realiza el gobierno federal por ésta, aumentará de 615,040.6 millones de pesos en el 2018 a 1.26 billones de pesos en el 2024, un crecimiento de 53.3% real.
Los investigadores del CIEP advirtieron que, pese a los cambios normativos, la austeridad no ha sido aplicada en el país para todas las dependencias de la Administración Pública Federal. De hecho, el gasto total aumentó 20.5% en términos reales de 2018 a 2024. En contraste, los ingresos presupuestarios aumentaron 14.4% en el mismo periodo. Mientras que los ingresos derivados de financiamiento incluidos en la Ley de Ingresos aumentaron 158.5%.
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"Se trata de una austeridad selectiva en la que, si bien se observan recortes al presupuesto de varios ramos administrativos, se privilegia a otros con incrementos considerables", dijo el CIEP.
Ramos como Defensa Nacional, Bienestar, Trabajo y Previsión Social y Energía, se encuentran entre los que han recibido, en conjunto, 190 % más recursos. Mientras que otros, como el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH), Comisión Reguladora de Energía (CRE), Salud y Economía, tienen recortes en sus presupuestos de 44.1 % en términos reales.
"Estos recortes ponen en riesgo la entrega de bienes y servicios públicos de calidad y reducen la capacidad de las instituciones para brindarlos".
En cuanto al IMSS e ISSSTE, tuvieron incrementos por 47.2% y 22.6%, en cada caso. Mientras que para Pemex y CFE se reportan reducciones por 4.6% y 17.5%, respectivamente.
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Pero no sólo el gasto programable aumentó, también lo hizo el gasto no programable el cual se elevó 29.2% en términos reales en el periodo de análisis. Dentro de este, el costo financiero de la deuda tuvo un aumento de 53.3% en términos reales.
Pasan la tijera
Según el análisis del CIEP, en lo que se refiere a los Órganos Autónomos, el aumento en el gasto fue de 4.1%; sin embargo, sólo el INE y el INEGI reportan incrementos presupuestales, por 1.9% y 35.3%, de 2018 a 2024. El resto de los órganos autónomos observa recortes, destacando el de 42.1% al IFT, de 33.8% a la CNDH y de 21.4% al INAI.
En lo que se refiere a los ramos administrativos, el incremento del gasto fue de 38.4% y se concentró en 8 dependencias. Destaca el aumento de 2,097.2% para Energía; 370.6% para Trabajo y Previsión Social; 302.9% para Bienestar (antes Desarrollo Social) y 139.1% para Defensa (aunque gran parte del aumento corresponde al presupuesto del Tren Maya). Para Marina el aumento fue de 50.7%, para Medio Ambiente de 20.2% y para las Entidades no sectorizadas el aumento fue de 1,119.4% (Cuadro 3).
En contraste, entre los ramos que, en términos relativos, observan mayores recortes se encuentran: Gobernación, con 90.5%; Turismo con 84.9%, Presidencia con 81.3% y CRE y CNH con 81.4 y 80.9%, respectivamente. Otros recortes relevantes se observan en Economía con 71.2%, Hacienda y Crédito público con 54.7%, Infraestructura, Comunicaciones y Transportes con 55.1% y Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano con 54.9%. También destaca que Salud presenta un recorte de 41.4% en el período.
¿Cómo afecta la deuda pública?
Un alto nivel de deuda pública puede frenar la inversión privada, aumentar la presión fiscal, reducir el gasto social y limitar la capacidad gubernamental de implementar reformas.
De acuerdo con el CIEP, las consecuencias de la carga tributaria de la deuda pública, entre presentes y futuras generaciones, impactará en el bienestar social y en los recursos disponibles para ofrecer bienes y servicios públicos, entre presentes y futuras generaciones.