Las tarjetas de crédito son una de varias fuentes de información que tiene el Servicio de Administración Tributaria (SAT) para obtener datos sobre los gastos de los contribuyentes.
La autoridad fiscal incluso puede solicitar a los bancos la información que considere necesaria para poder fiscalizar a las personas.
Tips
- Utiliza tu tarjeta de crédito hasta el monto del ingreso que percibes y que éste ya esté declarado ante el SAT, que haya declarado impuestos
- Cuidado si usas tu tarjeta de crédito y estás recibiendo ingresos y no los estás declarando
- Si pagar tu tarjeta, que sea a través de transferencia; evita usar efectivo
Toma en cuenta
1. Evita sacar dinero en efectivo
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Esto te puede meter en problemas, porque si el SAT lo revisa supondrá que no se pagaron los impuestos correspondientes a ese dinero. Es decir, aunque sea un ingreso por el que se pagaron impuestos, la autoridad puede suponer lo contrario.
2. Solo para uso personal, no prestes las tarjetas
Otro problema común es que prestes o uses tu tarjeta para pagar algo de otra persona. Por ejemplo, si prestas tu tarjeta de crédito para que un amigo o familiar pueda pagar algo a meses sin intereses, el SAT podría detectar una discrepancia fiscal.
3. Evita tener más gastos que ingresos
Si el monto de tus gastos es mayor que el de tus ingresos podrías tener conflictos con el SAT. Las personas físicas pueden ser objeto del procedimiento de discrepancia fiscal. Esto sucederá cuando el monto de las erogaciones del contribuyente en un año sea superior a sus ingresos declarados, según el portal especializado.
¿Qué es la discrepancia fiscal?
La discrepancia fiscal ocurre cuando las autoridades fiscales comprueban que las erogaciones de una persona (lo que gasta) en un año calendario son superiores que los ingresos declarados.
Aunque esa situación puede verse como algo bueno porque el poder adquisitivo ha crecido, para Hacienda es una señal de alarma pues significa que la persona está pagando un Impuesto Sobre la Renta (ISR) menor al que debería.
Para determinar las erogaciones de una persona física se toman en cuenta todos sus gastos, desde compras, depósitos en cuentas bancarias, inversiones o compras en tarjetas de crédito. También se toman en cuenta otros ingresos como donativos, premios y préstamos personales que superen los 600 mil pesos.
Con todo eso la autoridad fiscal puede hacer un cálculo entre los ingresos y gastos de la persona para determinar si incurrió o no en discrepancia fiscal.